Utahime Iori no conocía al príncipe Satoru Gojo, heredero al trono en Japón. Ella había vivido toda su vida en Reino Unido. A pesar de tener ascendencia japonesa por parte de su padre, no conocía nada del país, excepto lo poco que él le había contad...
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La luz del amanecer atravesaba los grandes ventanales de la habitación. Sobre la cama, la pareja estaba despierta; estaban abrazados sin querer soltarse aún, y las sábanas se enredaban alrededor de sus cuerpos. Satoru descansaba su cabeza sobre el pecho de Utahime; ella acariciaba las hebras de su cabello con delicadeza. No querían levantarse; el día apenas comenzaba, y con él, las responsabilidades de cada uno.
—Satoru, debemos alistarnos. No quiero llegar tarde. Además, Yaga puede entrar en cualquier momento —susurró Utahime con tranquilidad.
Satoru se quejó en protesta y levantó su cabeza para mirarla con una sonrisa pícara. —¿Y qué si viene? Igual, no creo que le importe mucho.
Utahime lo miró divertida. —Tal vez a ti no, pero a mí sí. Además, no puedo faltar; el rector se daría cuenta —contestó, deteniendo las caricias en su cabello. —Sabes que necesito estar puntual en las asesorías. Y si mi único "alumno" no llega a tiempo, entonces ese ya no es mi problema —agregó con tono burlón.
Satoru rió y luego besó castamente sus labios, una muestra rápida pero llena de cariño, para proceder a levantarse de la cama. Le ofreció su mano para que ella también se levantara. Cuando la tomó, Satoru, sorpresivamente, la cargó sobre su hombro. Ella gritó con sorpresa por su repentino movimiento.
—Bueno, al menos hay que aprovechar el tiempo juntos —dijo mientras caminaba en dirección al baño, ignorando las protestas de Utahime para que la bajara.
—¡Satoru, suéltame! —golpeó su espalda riendo.
Utahime caminaba bajo la lluvia; su ropa se encontraba completamente empapada, el frío y la humedad se filtraban sobre su cuerpo. Lágrimas caían de sus ojos marrones, ahora sin brillo y opacos, reflejaban el dolor que surgía en su pecho. No podía creer lo tonta que había sido. Rió con dolor al recordar los momentos que pasaron juntos; cada caricia, cada promesa, al final, solo era una más en la lista. Se sentía como una tonta por creer en sus palabras, en sus mentiras.
—¡Utahime, por favor, espera! —El grito desesperado de Satoru interrumpió el sonido de la lluvia cayendo sobre el pavimento. —¡Déjame explicarte, no es como tú piensas!
Utahime se detuvo; lentamente se giró para encarar al causante de su dolor y lamento. Sus ojos reflejaban el odio que sentía en ese momento, pero también la tristeza al recordar la verdad sobre la persona que amaba. La lluvia seguía cayendo sobre ellos, sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia que atravesaban su rostro. Satoru la miró con arrepentimiento; su rostro expresaba dolor y tristeza, que incrementaron al observar el estado en que ella se encontraba .
—¿Qué vas a decir, que me lo ibas a decir? ¿Qué es mentira lo que vi? —replicó bruscamente; su voz se quebró en un sollozo reprimido, cada palabra dicha solo aumentaba el dolor en su corazón.
Satoru se acercó. —No es mentira. Sé que me equivoqué, pero compréndeme por favor. Tenía miedo de que dejaras de amarme y te alejaras de mí por salir con un príncipe —intentó acercarse más a ella, para poder abrazarla.
Utahime retrocedió al ver sus intenciones. —Deja de ser tan cínico. No puedo creer lo tonta que fui. ¿Es que aún no te es suficiente mi dolor? ¿Qué más quieres? Siempre fui sincera, nunca te mentí, pero eso es algo que tú no pudiste hacer por mí —sollozó con tono lastimero.
Lágrimas comenzaron a caer de las mejillas de Satoru; cada palabra dolía más que la anterior, no podía perderla. —Por favor, amor, perdóname, te prometo que jamás volveré a mentirte, pero no me dejes, eres lo único real que he tenido en mi vida —suplicó con voz temblorosa; la abrazó con rapidez para retenerla, al menos por un momento, quería sentirla otra vez entre sus brazos.
—Suéltame, no quiero volverte a ver —se soltó de su abrazo bruscamente; cada palabra resonó dolorosamente en el corazón de ambos. —Realmente te odio —pronunció; le dio la espalda para comenzar a correr, dejando a Satoru solo bajo la lluvia, con su corazón quebrado en mil pedazos.
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Hola, espero que les guste :)
El primer capítulo lo publicaré el viernes o sábado, depende del tiempo libre que tenga esta semana :(
