Capítulo 7

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Al otro lado de la ciudad, Satoru estaba disfrutando de una mañana tranquila en la residencia temporal que sus padres le habían proporcionado. La casa era amplia y lujosa, pero sin el toque personal que convierte una vivienda en un hogar. Se sentó a la mesa del comedor, donde un desayuno cuidadosamente preparado lo esperaba. Aun así, la comida le parecía insípida, más un recordatorio de su soledad que un placer matutino.

Mientras daba mordiscos distraídos a su tostada, su teléfono vibró en la mesa. Lo tomó, viendo que era un mensaje de su madre. Lo abrió con cierta expectativa, pero al leer las primeras líneas, su semblante se volvió serio.

"Querido Satoru, la videollamada programada para hoy se cancela. Tu padre y yo tenemos una reunión de último momento con los ministros. Esperamos poder hablar contigo pronto. Cuídate."

Satoru suspiró, casi resignado. Era la historia de su vida, y aunque se había acostumbrado a este tipo de situaciones, no podía evitar sentirse un poco decepcionado cada vez que ocurrían. "Está bien", escribió como respuesta, sabiendo que lo que más deseaba en esos momentos era una conversación normal con sus padres, no las formalidades de siempre.

Para despejar la mente, se dirigió al gimnasio privado de la residencia. Se puso los auriculares y comenzó su rutina de ejercicios, tratando de canalizar su frustración en algo productivo. Sin embargo, a mitad de una serie de abdominales, el teléfono vibró de nuevo. Lo tomó, notando con sorpresa que era un mensaje de Utahime.

"Hola, Satoru, ¿Qué tal estás? Se me ocurrió que podría enseñarte más de la ciudad hoy, ¿te gustaría? Sería una especie de tour improvisado para que conozcas algunos lugares que te podrían interesar."

Satoru parpadeó, ligeramente sorprendido, pero no pudo evitar sonreír. No esperaba que Utahime le enviara un mensaje tan pronto. Sin pensarlo demasiado, respondió.

"¡Claro! Suena genial. ¿Dónde te veo? O puedo pasar por tu casa si prefieres."

La respuesta de Utahime llegó casi de inmediato, acompañada de una dirección que él no reconocía, pero que asumió debía ser algún lugar céntrico de Londres.

"No hace falta que pases por mi casa. Te veo en este lugar, nos vemos en un rato"

"De acuerdo, ahí estaré, nos vemos pronto."

Satoru dejó el teléfono a un lado, salió del gimnasio con un nuevo aire, dispuesto a prepararse para la salida. Mientras se duchaba y se arreglaba, no pudo evitar pensar en cómo se había desarrollado todo tan rápido. Quizá Londres le tenía preparadas más sorpresas de las que había anticipado. Y de alguna forma, no podía evitar sentirse emocionado por ello. 

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