Octubre 2026 — Madrid
Violeta se deja caer en el asiento de su bici, agotada y empapada de sudor tras una intensa clase de spinning. La música para y el resto de la clase se va dispersando mientras ella termina de recuperar el aliento. A su lado, Denna da un trago a su botella, ni la mitad de machacada que ella.
Sus piernas protestan cuando se baja de la bici. Se ha olvidado su propia botella, así que le pide un trago a Denna, que pone los ojos en blanco, conociendo a su amiga.
—Si no tuvieras la cabeza unida al resto del cuerpo se te olvidaría también —le dice, pasándole su botella.
Violeta bebe. —Eso es lo que pasa por venir a la clase de primera hora de la mañana, Almudena, así que no me culpes.
—Eres tú la que está ocupada el resto del día.
—Ni me lo recuerdes —Violeta se estremece—. Llevo cinco días encerrada en esa cueva sin descanso. Hasta me estoy planteando quedarme a la siguiente clase y hacer doble sesión infernal antes que volver al estudio.
—Si ya tienes ese pedazo de culo, no quiero imaginarme qué sería del resto de nosotras si hicieras doble sesión de spinning.
Violeta ríe, de buen humor por la compañía de su amiga y la energía del ejercicio mañanero. Se limpia un poco el sudor con la toalla, y las dos se dirigen a la salida del gimnasio con algo de prisa.
Tiempo atrás, Denna y ella habían pensado que al apuntarse a un gimnasio de señoras y madres pijas en su propio vecindario, no tendrían ningún tipo de problemas, pero no tardaron en descubrir que locos hay en todas partes.
Cuando empezaron a venir al gimnasio, venían preparadas para ducharse y cambiarse en el mismo lugar, algo mucho más rápido y efectivo. Hasta que un día, Violeta salió de la ducha, envuelta en una toalla, y descubrió a una mujer de unos cincuenta años rebuscando entre sus cosas. Al principio, pensó que se había equivocado de bolsa, y se lo dijo a la mujer amablemente, pero pronto le quedó claro que aquello no era una equivocación, la mujer la había reconocido porque su hija era fan y sentía que lo más lógico era llevarle algo suyo a su hija, como un souvenir. Incluso después de ser pillada en pleno acto, tuvo la valentía de pedirle a Violeta un saludo para su hija.
Esta mañana, Violeta va con el tiempo un poco justo para volver a casa, ducharse y llegar al estudio, así que no le viene nada bien que, justamente hoy, Denna parece querer enredarse en una conversación.
—¿Te acuerdas de la prima de Álex? —Denna pregunta. Violeta frunce el ceño, pensativa—. ¿Mónica? ¿La restauradora?
—No conozco a ninguna prima de Álex.
—Ya, no la conoces. Pero hablamos de ella hace unos meses porque lo estaba pasando fatal cuando lo dejó con su novia.
Violeta se encoge de hombros, recuerda la conversación brevemente, pero no entiende la relevancia.
—¿Ha vuelto con la novia?
Denna suelta una pequeña risa, y Violeta observa intrigada que su amiga parece algo nerviosa.
—Para nada, todo lo contrario. Eso está completamente superado y está buscando el amor otra vez.
—Ah, bien por ella.
—Pero no está teniendo mucha suerte la pobre, la verdad.
—Mmm —Violeta asiente distraídamente, dando la respuesta justa para no ser una borde, aunque lo cierto es que no encuentra interés ninguno en la conversación.
—Así que Álex y yo pensamos que justamente tenemos una amiga soltera con la que podría hacer una parejaza.
—¿Qué amiga? —pregunta Violeta con fingido interés.
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Silver Springs
FanfictionDos años después de Operación Triunfo 2023, Violeta, a pesar de ser la sexta expulsada, ha mantenido una de las carreras más exitosas y estables y tras el lanzamiento de su primer disco. Violeta prepara su segundo álbum, buscando una voz más persona...