el x venir

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Octubre 2026 — Menorca

—¿No vas a decir nada?

Violeta mantiene su tono ligero, aunque el silencio de la situación no le hace ninguna gracia. Una ansiedad se adueña de su pecho con cada momento que pasa en el que Chiara no abre la boca desde su pregunta.

¿Tan terrible es imaginarse un presente donde puedan volver a tenerse la una a la otra? Eso parece, dada la cara de horror que Chiara dirige hacia la nada. Parece que pasan una eternidad así. Violeta mira a Chiara y Chiara mira a todas partes menos a ella.

Cuando Chiara finalmente habla, Violeta frunce el ceño, completamente desconcertada.

—¿Por qué has venido hasta aquí?

—Ya lo sabes, porque necesitaba aclarar las cosas contigo.

—¿Por qué? —insiste Chiara, sus ojos verdes mirándola fijamente—.

—Porque te he echado de menos cada día de estos dos años, Chiara —dice, ignorando el temblor de su voz, ignorando la forma en la que el aire se escapa de los labios de Chiara con sorpresa—. Primero pensaba que tenía que superarlo, que simplemente no encajábamos como había pensado y se me acabaría pasando con el tiempo.

Chiara aparta la mirada. Violeta se inclina hacia delante.

—Luego, me lamenté de haberte dejado ir así. Empecé a preguntarme qué pasaría si hubiera actuado de otra forma, si no nos hubiera roto... qué pasaría si fuera a buscarte —a Violeta se le escapa una sonrisa triste—. Pero nunca tuve la valentía suficiente para hacerlo, así que solo me quedó la memoria y la imaginación, durante casi tres años. No había día en el que pudiera escapar de ti. Puede que sea patético, pero llegué a pensar que me habías hecho un amarre, o algo...

—No creo que sea patético —murmura Chiara con un suspiro.

—Tienes demasiada importancia en mi vida como para no pensar que hay un lugar en ella para ti . Sea cual sea —Violeta concluye, esperanzada.

Chiara no dice nada, pero Violeta puede ver claramente cómo la chica traga saliva con dificultad. De nuevo, el silencio gobierna el ambiente, y aunque la ansiedad por la incertidumbre de lo que Chiara está pensando la atormenta, también una calma empieza a apoderarse de ella.

La calma de quien por fin ha conseguido abrir una puerta en su interior que estaba tapiada. Pase lo que pase, ha puesto sus cartas sobre la mesa.

Pero cuando Chiara rompe el silencio, de nuevo, no es lo que Violeta estaba esperando escuchar.

—Te están llamando.

—¿Eh?

—Tu teléfono —Chiara señala hacia el teléfono de Violeta encima de la mesa que, a pesar de estar en silencio, su pantalla se ilumina anunciando una llamada entrante.

Violeta cuelga la llamada, haciendo una mueca internamente al leer el contacto de Frani. Debe ser la octava llamada de su representante que deja ir al buzón de voz.

—No es importante —miente.

—Creo que deberías cogerlo —murmura Chiara.

Violeta observa a la chica por un momento, desconcertada por sus palabras, pero le basta mirarla para darse cuenta de lo que Chiara le está pidiendo con otras palabras. Hablar con Frani está muy lejos de las cosas que le apetece hacer ahora mismo, pero si es por Chiara... está dispuesta a hacer el sacrificio.

—Vale... —accede. Gesticula al jardín, nerviosa—. ¿Te importa que...?

—No, claro —Chiara se levanta, recogiendo las tazas de café de ambas—. Tómate tu tiempo.

Silver SpringsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora