La situación llegó a un punto culminante cuando el CEO actual, en un intento por resolver la creciente rivalidad y encontrar una solución que beneficiara a la empresa, decidió que la mejor forma de decidir quién sería el nuevo CEO era evaluarlas en un proyecto conjunto.
La decisión estaba motivada por el deseo de ver cómo cada una podía trabajar en equipo, una habilidad crucial para el rol de liderazgo que estaban disputando.
En una reunión privada con Lingling y Orm, el CEO anunció la decisión. La sorpresa y la frustración fueron evidentes en los rostros de ambas.
Lingling sintió que su preparación meticulosa estaba siendo ignorada, y Orm experimentó una mezcla de sorpresa y desagrado al tener que colaborar con alguien a quien consideraba fría y grosera, algo extraño en Orm que era la representación de la amabilidad y la paciencia.
"Sé que esto puede parecer inesperado" dijo el CEO, "pero quiero ver cómo pueden manejar un proyecto complejo trabajando juntas. La habilidad para colaborar y superar diferencias es esencial para el rol de CEO. Confío en que podrán demostrar su valía a través de este desafío."
Lingling y Orm aceptaron la tarea con una mezcla de resignación y frustración.
Ambas sabían que sus habilidades serían evaluadas no solo en función de sus resultados individuales, sino también en su capacidad para superar la enemistad y trabajar juntas eficazmente.
Después de la reunión, Lingling y Orm se quedaron a solas en la sala de conferencias. El silencio entre ellas era palpable, lleno de la tensión que ambas habían acumulado. Finalmente, Lingling decidió romperlo, su voz cortante y directa.
"Orm, escúchame," dijo Lingling, su tono frío y calculador, "tengo una idea que podría ahorrarnos tiempo y conflictos. Yo me encargaré de todo el proyecto. Lo haré a mi manera, y al final, simplemente decimos que trabajamos juntas. Tú no tendrás que preocuparte por nada y yo me aseguraré de que salga perfecto y que escojan a la que crean mejor."
Orm, que había estado escuchando con una expresión serena, negó con la cabeza, una pequeña sonrisa triste apareciendo en su rostro.
"Lingling, no puedo aceptar eso," respondió Orm suavemente, pero con firmeza. "Entiendo que prefieras trabajar sola, pero este proyecto no se trata solo de obtener resultados, sino de cómo los conseguimos. El CEO quiere vernos colaborar, y yo realmente creo que podemos hacerlo. Podemos aprovechar lo mejor de ambas."
Lingling frunció el ceño, claramente irritada.
"Orm, no tienes que ser tan ingenua esto es una competencia. Sabes que esto solo complicará las cosas. En ese caso podríamos terminar más rápido si cada una hace lo suyo."
Orm suspiró, sabiendo que no sería fácil convencer a Lingling.
"No se trata de ser ingenua, Lingling. Se trata de hacer lo correcto. Entiendo que somos muy diferentes y que estemos compitiendo por el mismo puesto, pero eso no significa que no podamos aprender algo la una de la otra. Propongo que dividamos las responsabilidades según nuestras fortalezas. Yo puedo encargarme de la parte de comunicación y relaciones, algo en lo que tengo experiencia. Tú puedes liderar la planificación estratégica y los detalles técnicos. Podemos coordinarnos y asegurarnos de que ambas estemos al tanto de cada parte del proceso. De esa manera, no solo demostramos que podemos trabajar juntas, sino que también jugamos con nuestras fortalezas."
Lingling la miró por un momento, evaluando la propuesta.
"Y si algo sale mal, ¿de quién será la culpa?"
"Sería nuestra culpa," respondió Orm sin titubear, "pero también nuestro éxito si lo logramos. Creo que el CEO verá más valor en un equipo que supera sus diferencias que en dos personas que se evitan mutuamente."
Lingling suspiró, consciente de que Orm no iba a ceder. Al final, asintió con un gesto breve, aunque su expresión seguía siendo reservada.
"De acuerdo, lo haremos a tu manera, pero no te sorprendas si esto termina siendo un desastre."
Orm sonrió, agradecida por el pequeño paso de Lingling hacia la colaboración.
"No lo será, Lingling. Estoy segura de que lo haremos bien, juntas."
Orm no pudo evitar sentir una chispa de esperanza. Sabía que este proyecto no solo determinaría quién sería el próximo CEO, sino también si podían superar sus diferencias y encontrar una manera de trabajar en equipo.
Después de salir de la sala de conferencias, Lingling caminó en silencio junto a Orm hacia el ascensor.
Mientras esperaban sin cruzar una palabra más con la otra, su mente comenzó a divagar, algo poco común en ella. Normalmente, Lingling mantenía un enfoque total en su trabajo, en los detalles y la precisión, pero la conversación que acababan de tener con Orm seguía resonando en su cabeza.
Lingling se dio cuenta de que, a pesar de su resistencia inicial, había algo en la actitud de Orm que le hacía sentir una extraña calma. Orm no solo era amable y paciente, sino que también poseía una confianza tranquila que contrastaba con su propia rigidez y control.
Mientras se dirigía a casa, Lingling se sorprendió a sí misma pensando que tal vez había subestimado a Orm.
Aunque prefería trabajar sola y que solo se siguieran sus órdenes, algo en la sinceridad de Orm la había tocado, incluso si no quería admitirlo.
Lingling no estaba acostumbrada a confiar en los demás, pero la firmeza amable de Orm le había mostrado que tal vez, solo tal vez, había una forma diferente de hacer las cosas.
Lingling miró por la ventana de su auto, observando cómo la ciudad pasaba a su lado. Mientras las luces nocturnas iluminaban su rostro, no pudo evitar sentir una pequeña chispa de admiración hacia Orm. "Es una persona más decidida de lo que parece,"** pensó Lingling para sí misma.
Por primera vez en mucho tiempo, Lingling se permitió considerar que tal vez no estaba completamente sola en esta competencia, y que aprender algo de Orm podría ser más valioso de lo que había imaginado.
Aunque no lo mostraría abiertamente, había comenzado a ver en Orm a alguien digno de respeto, y eso, para Lingling, era un pensamiento bastante agradable.
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Entre rivalidades y corazones (LingOrm)
RomanceEn la competencia por el puesto de CEO de Aurora Enterprises, Lingling y Orm, dos mujeres con personalidades opuestas, se enfrentan en una batalla por el liderazgo. Lingling de 29 años de edad, es una profesional meticulosa y reservada, conocida por...