Capítulo 8: Un Viaje Inesperado y un Juego Peligroso

980 82 10
                                    

El clima en la oficina había cambiado sutilmente en los últimos días. Lingling, conocida por su actitud fría y distante, había comenzado a mostrar una actitud más cordial hacia Orm. Aunque los cambios eran pequeños—a veces un comentario menos cortante, un gesto de aprobación o incluso pequeños halagos —eran lo suficientemente notables como para que el resto del equipo lo percibiera.

"¿Has notado cómo Lingling está siendo más... no sé, amable con Orm?" comentó Ying en voz baja a Jakarin mientras revisaban algunos documentos juntos. "Es raro, ¿no?" había un toque de celos en su voz.

Jakarin asintió, compartiendo la curiosidad de Ying. "Sí, lo he notado. Quizás finalmente se esté dando cuenta de que trabajar juntas es la mejor opción para el proyecto. O tal vez... no, no olvídalo." 

Sonrió levemente, con la intención de no especular demasiado, pero no pudo evitar preguntarse si había algo más profundo en ese cambio de actitud.

Rati, queriendo unirse a la conversación, comentó: "Pensé que solo yo lo había notado. Lingling no es precisamente conocida por ser amable con nadie, lo digo con conocimiento de causa, ya que he intentado por todos los medios que lo sea conmigo."

Ying, sin poder ocultar su desagrado, respondió: "Tal vez se ha dado cuenta de que su actitud arrogante no contribuye en absoluto al equipo."

Jakarin, deseando defender a su amiga, puso fin a la discusión: "Bueno, enfoquémonos en lo que realmente importa. Lo positivo aquí es que estamos cultivando un ambiente más amigable entre todos, incluyendo a Lingling y Orm."

Por su parte, Orm también notaba el cambio en Lingling desde la cena y el abrazo que habían compartido. No pudo evitar sentir una mezcla de alivio y relajación al estar en su presencia.

Los días transcurrían con una cooperación más fluida, Lingling mantenía su habitual actitud reservada, había pequeños gestos que no pasaban desapercibidos para ella, le ofrecía su café favorito sin que esta tuviera que pedírselo, y cuando discutían el progreso del proyecto, era evidente que Lingling prestaba especial atención a sus ideas, mostrándose sorprendentemente receptiva.

Después de una larga jornada de trabajo, la oficina había quedado transformado en un caos de papeles y tazas de café vacías.

La luz del escritorio parpadeaba débilmente, proyectando sombras inestables en las paredes, mientras el cansancio se acumulaba en cada rincón de la oficina. Orm y Lingling estaban absortas en una minuciosa revisión de los detalles de marketing del proyecto, ambas dedicadas a asegurar que todo estuviera perfecto para la presentación final.

La fatiga de horas de arduo trabajo se reflejaba claramente en sus rostros concentrados.

Lingling, con la vista fija en la pantalla, se levantó para alcanzar un archivo en la estantería detrás de ella. Sin darse cuenta, su codo golpeó el borde del escritorio. El café caliente, que descansaba peligrosamente al borde del escritorio, se volcó de manera descontrolada y se derramó sobre el regazo de Orm.

"¡Ay!" exclamó Orm, levantándose rápidamente de su silla, sorprendida por el ardor repentino y el líquido caliente que empapaba su ropa.

Lingling, alarmada por el accidente inesperado, se acercó de inmediato. "¡Lo siento muchísimo! No era mi intención. ¿Estás bien?" Su tono de voz, cargado de una preocupación sincera, era casi irreconocible.

Orm trató de secarse con las manos, pero el café había manchado gran parte de su ropa. "No te preocupes, fue un accidente," dijo, intentando mantener la calma a pesar de la incomodidad. "Solo... esto está muy caliente."

Entre rivalidades y corazones (LingOrm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora