Capítulo 15: La Propuesta

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La noche había caído sobre la ciudad, y las luces parpadeantes de los edificios brillaban como estrellas en la tierra. Orm se acomodó en el asiento del auto, disfrutando del suave roce del cuero. Miró a Ling, que se sentaba al volante con una sonrisa enigmática.

"¿A dónde vamos a comer?" preguntó Orm, ajustándose el cinturón de seguridad. Notó que ya era un poco tarde y sintió una punzada de preocupación por si Ling se estaba desvelando.

"Es un secreto," respondió Ling, con un brillo travieso en los ojos. "Pero, ¿podrías confiar en mí? Sé que es tarde y que puedes estar cansada después de un largo día de trabajo, pero he estado planeando esto desde que salí. Sé que puede parecer una locura, pero permíteme desvelarte esta noche. Regálame esta madrugada a tu lado y te prometo que valdrá la pena. Quería hacerlo después, pero no quiero esperar un día más."

Orm suspiró, sintiendo cómo su corazón se llenaba de calidez al ver la sinceridad en el rostro de Ling.

Recordó el detalle de la cajita con tiernas notas, y se dio cuenta de que Ling tenía un talento especial para convertir incluso los momentos más simples en recuerdos inolvidables.

"Me preocupa que no puedas descansar bien, pero si has puesto tanto empeño en esto, ¿cómo podría decirte que no? Te regalo esta y todas las madrugadas que me pidas, Ling.

No necesitas hacer nada para que mi tiempo contigo valga la pena. Siempre lo vale," dijo Orm, intentando ocultar una sonrisa.

"¡Te prometo que te gustará!" exclamó Ling, dando un giro inesperado en la calle. "Solo confía en mí, cariño."

Mientras se adentraban por calles poco familiares, el cansancio de Orm fue reemplazado por una creciente emoción.

La intriga la mantenía alerta, y aunque el sueño aún la acechaba, algo en la voz de Ling le decía que esa noche sería especial. Verla tan emocionada no era común y solo hacía que la expectativa creciera, haciendo que el corazón de Orm latiera con más fuerza.

Después de unos minutos, Ling finalmente se detuvo frente a un pequeño restaurante de luces cálidas y un ambiente acogedor. El letrero de neón brillaba suavemente, iluminando la entrada, pero no había nadie dentro.

Ling abrió la puerta del auto y le extendió la mano, esperándola con una sonrisa encantadora.

"¿Un restaurante de comida tailandesa?" preguntó Orm, sorprendida y con un destello de interés en sus ojos. La comida tailandesa era su favorita, y recordaba haberlo mencionado de manera casual a Ling.

No pudo evitar sentir ternura al darse cuenta de que Ling realmente prestaba atención a cada detalle, incluso aquellos que ella consideraba triviales.

"Me dijiste que era tu comida favorita. Quería traerte a comer algo delicioso después del día tan agotador que tuvimos. Te mereces esto y más," dijo Ling, mirándola con ternura.

"Me sorprende que esté abierto. No conocía este lugar y no sabía que cerraban tan tarde. ¿Estás segura de que está abierto? No veo a nadie dentro," respondió Orm, con una mezcla de curiosidad y duda.

Justo en ese momento, un hombre se acercó, sonriendo con calidez. "Hola, chicas. Soy el dueño de este lugar, y seré su mesero esta noche. Espero que disfruten de la comida."

"Gracias por abrir solo para nosotras," dijo Ling.

"Es un placer," respondió él, antes de invitarlas a pasar.

"Esta es la primera sorpresa que tengo para ti. Normalmente, el restaurante estaría cerrado, pero el dueño es un conocido. Quiero que esta noche esté llena de momentos especiales," dijo Ling, estirando su mano para acariciar suavemente la mejilla de Orm.

Entre rivalidades y corazones (LingOrm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora