Sangre, poder y orden es el lema de los inmortales.
Amor, dolor y humanos no podían mezclarse en su oscura eternidad.
Hyunjin, un vampiro sin ningún respeto por la vida humana conoce a Felix, un chico que le hace poner en duda todos sus ideales
Soci...
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Sus pensamientos son tan confusos que está a punto de ir a la habitación de Hyunjin para conseguir aclarar sus dudas, porque al parecer ese chico sabe muchísimo más que él.
Se levanta decidido y camina por el extenso pasillo hasta llegar a la puerta del mayor, está a punto de tocar, pero una voz a su lado lo sobresalta.
—Felix —Seungmin está a unos centímetros suyos con una pequeña sonrisa, no supo en qué momento llegó a su lado, no lo escucho ni sintió hasta que le habló.
Su cuerpo se aleja rápidamente de aquel sujeto haciendo reír, Seungmin lo mira de arriba a abajo, el chico se muerde su labio sin borrar el claro signo de felicidad, extraño para alguien que hace unas horas le había saltado encima.
—Seungmin —devuelve el saludo.
Para ser el esposo de Minho luce demasiado joven, casi de su edad, eso le molesta.
—¿Cómo está tu mano? —Pregunta el pelinegro tomándolo y examinando la leve hinchazón en esta, el toque lo hace temblar y los ojos fijos en su piel lo incomodan.
—Está mejor, gracias.
—Perdón por lo que pasó, no sé qué estaba pensando en serio, di una muy mala impresión —le dice con un tono sincero—. Y quiero remediarlo ahora que vamos a convivir todos los días.
