Sangre, poder y orden es el lema de los inmortales.
Amor, dolor y humanos no podían mezclarse en su oscura eternidad.
Hyunjin, un vampiro sin ningún respeto por la vida humana conoce a Felix, un chico que le hace poner en duda todos sus ideales
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—Explícate —le ordena Hyunjin apenas lo deja entrar—. ¿Por qué dices que Felix debió ser el líder?
—Ponte cómodo —dice soltando un suspiro, hay mucho que contar—. Felix tiene mucho más pasado de lo que tú crees.
Se remonta a su existencia, a la vez que pisaron la tierra por primera vez.
Como ángeles puestos en el infierno por Dios.
Seres preciosos y poderosos con una sed insaciable de sangre humana, los mortales eran su elixir, y ellos sus verdugos.
Infiltrándose desde su creación a sus pueblos y tierras, liderando y haciéndolos sus sirvientes, alimentándose de la sangre de simples inocentes.
¿Quién podría negarse? Después de todo, eran más fuertes, más veloces, más inteligentes y más capaces. Eran, en pocas palabras, los seres perfectos.
Pero con almas tan podridas y aterradoras.
A excepción de Felix.
Felix fue el más fuerte, el más leal, el más comprensivo e inteligente, el más bello de todos.
Amado por muchos, usando sus poderes para el bien, era como si en su corazón no hubiese ningún ápice de maldad.
Él era igual al resto, traído junto a los demás Inmortales, pero a diferencia de los otros, Felix no era un demonio, él fue un verdadero ángel.
El pecoso tenía otros ideales, él no creía que hubieran sido mandados a la tierra para hacer el mal, él quería que dejaran de transformar a los humanos, era el único con el raciocinio suficiente para poner un alto a la guerra sangrienta que los Inmortales habían iniciado.
"Si los matamos a todos, también moriremos nosotros".
Se decidió que vivirían en las sombras, alimentándose en silencio, ayudando a la creación de la humanidad y disfrutando de las grandes ventajas que da la Inmortalidad.
Todos miraban a Felix diferente, pero siempre lo siguieron como a un líder, y ahí fue cuando se creó La Orden, su organización secreta para salvaguardar la existencia de los Inmortales.
