Capítulo 7

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El día siguiente a la fiesta de compromiso amaneció con una calma engañosa. La sociedad seguía su curso, pero tanto Penélope como Colin sabían que algo fundamental había cambiado. Ambos intentaban seguir adelante, atrapados en la lucha entre sus corazones y la realidad que habían elegido.

Penélope se despertó temprano, su mente todavía enredada en los eventos de la noche anterior. La imagen de Colin, su desesperación y ese beso robado en el jardín, no la dejaban en paz. Había sido un momento breve pero cargado de significados, un punto de inflexión en su vida que no podía simplemente ignorar.

Mientras se vestía, decidió que debía enfrentar sus dudas de frente. No podía seguir atormentándose con lo que había pasado, o con lo que no podía cambiar. Tenía que hablar con alguien, alguien en quien confiara. La respuesta vino a su mente de inmediato: Eloise.

Eloise Bridgerton, la hermana de Colin y su amiga más cercana, siempre había sido su confidente. Penélope sabía que, si alguien podía entender la complejidad de sus sentimientos, sería ella. Además, necesitaba escuchar una voz objetiva, una que no estuviera nublada por el amor o el deseo.

A media mañana, Penélope llegó a la residencia Bridgerton. La enorme casa era cálida y acogedora, llena de la energía vibrante que siempre caracterizaba a la familia. Fue recibida con la usual cortesía, y al poco tiempo se encontró en la biblioteca, un lugar que tanto ella como Eloise preferían para sus conversaciones privadas.

Eloise llegó con una sonrisa, pero al ver el rostro serio de Penélope, su expresión cambió a preocupación.

—¿Qué sucede, Pen? —preguntó, sentándose a su lado en el sillón de terciopelo.

Penélope miró a su amiga, y las palabras comenzaron a fluir.

—Eloise, estoy comprometida con Lord Capell, y sé que es lo correcto... pero algo ocurrió anoche —dijo, con voz temblorosa—. Colin me... me besó en el jardín.

Eloise se quedó en silencio por un momento, asimilando la confesión. Su rostro pasó de la sorpresa a una comprensión silenciosa.

—¿Y cómo te sientes al respecto? —preguntó finalmente, con suavidad.

Penélope dejó escapar un suspiro largo.

—No lo sé. Fue tan repentino, tan... confuso. He amado a Colin durante tanto tiempo, pero él nunca... él nunca lo vio, o nunca quiso verlo. Ahora, justo cuando estoy a punto de casarme con otro hombre, me confunde más que nunca.

Eloise tomó la mano de Penélope y la apretó con fuerza.

—Colin es un tonto —declaró, su voz cargada de empatía—. Un tonto por no haberse dado cuenta antes. Pero, Penélope, debes pensar en lo que realmente quieres. No por lo que esperas de los demás, sino por lo que tú deseas en el fondo de tu corazón.

Penélope sintió que las lágrimas amenazaban con brotar de nuevo, pero las contuvo.

—Eloise, quiero ser feliz. Quiero un futuro seguro, sin miedo a ser rechazada una y otra vez. Y sé que Lord Capell me ofrece eso. Pero... Colin... él siempre ha tenido mi corazón. No sé cómo dejarlo ir, no sé si puedo hacerlo.

Eloise la miró con ojos comprensivos.

—No tienes que decidirlo todo hoy, Penélope. A veces, el tiempo es el único que puede darte las respuestas que necesitas. Pero sea lo que sea que elijas, debes estar segura de que lo haces por ti, no por nadie más.

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Mientras Penélope reflexionaba sobre sus sentimientos, Colin estaba inmerso en su propia batalla interna. Había pasado la mañana en su club, intentando encontrar consuelo en la compañía de sus amigos, pero nada lograba distraerlo del doloroso hecho de que Penélope estaba comprometida con otro hombre.

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