Capítulo 9

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La noche en Featherington Manor era un tapiz de luces parpadeantes y aromas embriagadores. Los jardines, cuidadosamente adornados con faroles y guirnaldas de flores, ofrecían un espectáculo encantador que enmarcaba el dramatismo de los eventos que estaban a punto de desencadenarse. La luna llena bañaba el jardín con un resplandor suave, creando un halo mágico en torno a cada rincón.

Penélope caminaba lentamente por uno de los senderos, su mente agitada por las recientes revelaciones y decisiones. La confesión de Colin había sido un torbellino de emociones, un giro inesperado que sacudió las bases de su mundo. Se dirigía a su alcoba, tratando de calmarse y ordenar sus pensamientos. La tensión en el aire era palpable, y sabía que estaba a punto de enfrentarse a un momento decisivo.

Al abrir la puerta de su habitación, se encontró con Colin esperándola en la penumbra. Sus ojos, normalmente tan tranquilos, estaban llenos de una intensidad que la sorprendió. La luz de las velas proyectaba sombras suaves en las paredes, creando un ambiente íntimo y cargado de expectativa.

-Penélope -dijo Colin, su voz temblando ligeramente-, no puedo dejar que esto continúe sin hablar contigo. No puedo soportar la idea de perderte sin que sepas lo que realmente siento por ti.

Penélope, con el corazón palpitante, se detuvo en seco. La confesión de Colin la había dejado sin aliento, y la seriedad en su tono la hizo darse cuenta de que el momento había llegado. Sin responder de inmediato, se acercó a él, y sus ojos se encontraron en una conexión cargada de emoción no expresada.

-Colin, yo... no sé si esto es lo correcto. Estoy confundida y no estoy segura de qué es lo mejor para mí -dijo Penélope, su voz quebrada por la emoción.

Colin no necesitó más palabras. Se acercó a ella con un movimiento decidido y, sin dejar espacio para dudas, la besó. Fue un beso ardiente y lleno de desesperación, una mezcla de amor y súplica que trascendía las palabras. Penélope, al principio sorprendida, pronto se entregó por completo, sus labios correspondiendo con la misma intensidad. La pasión entre ellos creció, cada caricia y susurro expresando todo lo que habían guardado durante tanto tiempo.

El momento, sin embargo, fue interrumpido abruptamente por el sonido de pasos en el pasillo. La realidad volvió de golpe cuando una criada apareció en la puerta, con el rostro pálido y la expresión llena de preocupación.

-Señorita Featherington, señor Bridgerton, la boda de Lady Penélope y Lord Capell está a punto de comenzar -dijo la criada con voz temblorosa.

Penélope y Colin se separaron con dificultad, el corazón acelerado y las emociones a flor de piel. El mundo exterior, que antes parecía lejano, se hizo presente de golpe, obligándolos a enfrentar la inminente realidad.

Mientras se dirigían hacia el gran salón, el bullicio y la excitación de los invitados llenaban el aire. La ceremonia estaba a punto de comenzar y, a pesar del caos interno, Penélope se preparó para cumplir con su compromiso. El altar estaba adornado con flores frescas y el salón estaba lleno de miradas expectantes. La sala estaba decorada con elegancia, pero la sensación de una tormenta inminente era palpable.

Penélope, vestida con un majestuoso vestido de novia, estaba a punto de dar el siguiente paso en su vida. Sin embargo, sus pensamientos estaban enredados en la declaración de Colin y en el conflicto emocional que le había provocado. Justo cuando el oficiante se disponía a comenzar la ceremonia, la puerta del salón se abrió de golpe, y Colin irrumpió con una determinación feroz.

-¡Deténganse! -gritó Colin, su voz resonando con una autoridad que capturó la atención de todos los presentes.

El silencio que siguió a su entrada fue abrumador. Los invitados se giraron hacia él con sorpresa y curiosidad, mientras que Lord Capell, visiblemente alterado, dio un paso hacia adelante.

-¿Qué ocurre, Colin? -preguntó Lord Capell, su voz cargada de furia y desconcierto.

Colin avanzó hasta el altar, sus ojos fijos en Penélope. La emoción y la determinación se reflejaban en su rostro mientras hablaba.

-Penélope -dijo Colin con una voz llena de sinceridad-, no puedo permitir que te cases con él. No sin mostrarte lo que realmente siento por ti. No puedo seguir adelante con esta boda sabiendo que mi amor por ti es la verdad que necesitamos enfrentar.

Penélope, con lágrimas en los ojos y el corazón acelerado, se volvió para enfrentar a Colin. La confusión y el dolor se reflejaban en su rostro, pero también había una chispa de esperanza. Su corazón, dividido entre el deber y el amor, finalmente encontró claridad en el momento.

-Lord Capell -dijo Penélope con firmeza-, lamento profundamente el dolor que esto pueda causar, pero mi corazón pertenece a Colin. No puedo seguir adelante con esta boda.

Lord Capell, furioso y humillado, frunció el ceño y, sin decir una palabra, dio un golpe en el suelo con su bastón. La furia y el desdén eran evidentes mientras se giraba y salía del salón, dejando un ambiente cargado de conmoción y murmullos.

Con Lord Capell desaparecido de la escena, Colin se acercó a Penélope y se arrodilló ante ella. La sala estaba llena de murmullos expectantes y miradas curiosas, pero en ese momento, solo existían Penélope y Colin. La emoción en el aire era palpable, y el mundo parecía detenerse para ellos.

-Penélope Featherington -dijo Colin con una voz temblorosa-, ¿quieres casarte conmigo?

Penélope, con lágrimas de felicidad en los ojos, asintió con un "sí" que resonó en todo el salón. La emoción y el alivio se reflejaban en sus rostros, y los vítores y aplausos comenzaron a llenar el aire, celebrando el compromiso de Colin y Penélope.

En medio de la celebración, la reina hizo su entrada con una declaración que capturó la atención de todos. Con su presencia imponente y su voz autoritaria, la reina se dirigió a los presentes.

-Queridos invitados -anunció la reina-, deseo hacer un importante anuncio. A partir de este momento, ofrezco una recompensa considerable a quien descubra la identidad de la enigmática Lady Whistledown. Quien revele su verdadera identidad recibirá una suma significativa de dinero y un lugar destacado en la corte.

El anuncio causó un murmullo de sorpresa y especulación entre los asistentes. La identidad de Lady Whistledown, la misteriosa cronista de la alta sociedad, había sido un enigma durante mucho tiempo. La oferta de la reina prometía desencadenar una nueva ola de intriga y rumores en la temporada social.

Mientras la fiesta continuaba, Penélope y Colin disfrutaron de su momento de felicidad, sabiendo que su amor había superado obstáculos y que el futuro les deparaba nuevas aventuras. La recompensa por descubrir a Lady Whistledown era solo el comienzo de un nuevo capítulo lleno de posibilidades. Sin embargo, por ahora, ellos se permitieron disfrutar de la dicha de su amor y del prometedor futuro que les esperaba, sabiendo que su compromiso era un símbolo de un nuevo y brillante comienzo.

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Es mi cumpleaños asi que os voy a hacer un regalito y os voy a subir tres caps seguidosss🫶🏻🫶🏻

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Besoss💋💋💋

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