Capítulo 8

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El jardín de los Featherington estaba envuelto en una quietud casi mágica, con la luz de la luna filtrándose entre las ramas de los árboles, proyectando sombras suaves sobre el sendero de piedra. El aroma de las flores nocturnas flotaba en el aire, y el canto de un grillo solitario rompía el silencio de la noche.

Penélope avanzó con pasos inseguros, su corazón latiendo con fuerza mientras se acercaba al lugar donde Colin había prometido esperarla. Todo en ella estaba lleno de duda y confusión. La carta de Colin había reavivado sentimientos que creía haber dejado atrás, pero también sabía que esa noche determinaría el curso de su vida.

Al doblar la última esquina del sendero, lo vio. Colin estaba de pie junto a un rosal, su figura parcialmente iluminada por la luna. Parecía estar inmerso en sus pensamientos, pero al escuchar sus pasos, levantó la cabeza y la miró. En sus ojos, Penélope vio una mezcla de esperanza, miedo y algo que nunca antes había visto en él: vulnerabilidad.

—Penélope —dijo con voz temblorosa, dando un paso hacia ella—. Sabía que vendrías.

Ella se detuvo a unos pocos pasos de distancia, respirando profundamente para mantener la calma.

—Colin... —comenzó, pero las palabras se le atascaron en la garganta.

Él se acercó más, hasta que quedaron frente a frente. El silencio entre ellos se hizo palpable, lleno de lo que no se había dicho y de lo que ambos sabían que debía decirse.

—No puedo dejar que te cases con él —dijo finalmente, rompiendo el silencio—. No cuando sé que hay algo más entre nosotros, algo que no podemos ignorar. Sé que no he sido el hombre que mereces, y lo siento. Lo siento por todas las veces que no supe ver lo que estaba frente a mí, por todas las veces que te hice esperar.

Penélope bajó la mirada, sintiendo que las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.

—Colin, he esperado tanto tiempo... He soñado con escuchar estas palabras de ti, pero nunca pensé que llegarían. No hasta ahora, cuando todo parece estar decidido.

—No tiene que estar decidido —dijo él con urgencia—. Penélope, te amo. Te amo más de lo que puedo expresar, y si me das la oportunidad, te demostraré que podemos ser felices juntos. No me importa lo que piensen los demás, no me importa lo que digan las reglas de la sociedad. Todo lo que me importa eres tú.

Penélope sintió un nudo en la garganta mientras lo miraba. Sus palabras eran sinceras, lo sabía, pero la decisión no era tan simple. Todo en su vida había estado orientado a seguir las expectativas de su familia, a hacer lo correcto según las normas de la sociedad. Ahora, Colin le pedía que eligiera el amor sobre todo lo demás, una elección que requería un coraje que no sabía si tenía.

—Colin... —comenzó de nuevo, pero esta vez sus palabras estaban llenas de dolor—. Si te hubiera escuchado decir esto antes, no habría ninguna duda en mi corazón. Pero ahora... estoy comprometida. Lord Capell es un buen hombre, alguien que puede ofrecerme una vida tranquila, segura. No sé si puedo romper ese compromiso sin sentir que estoy traicionando a mi familia, a mí misma.

Colin la miró con una desesperación contenida.

—Lo sé, y no te estoy pidiendo que tomes una decisión a la ligera. Pero quiero que sepas que estoy aquí, dispuesto a luchar por ti, por nosotros. Y si decides que lo correcto para ti es seguir adelante con el compromiso, lo respetaré. Pero antes de que tomes esa decisión, quiero que pienses en lo que realmente deseas, no en lo que otros esperan de ti.

Penélope cerró los ojos, sintiendo cómo una lágrima rodaba por su mejilla. Era un momento que había imaginado tantas veces en su mente, pero nunca había considerado lo difícil que sería enfrentarlo en la realidad. Amaba a Colin, siempre lo había hecho, pero también había aprendido a protegerse de ese amor, a aceptar que algunas cosas no estaban destinadas a ser.

Pero ahora, con él frente a ella, ofreciendo todo lo que siempre había deseado, la elección se hacía aún más dolorosa.

—Colin, no quiero que te arrepientas de nada, y tampoco quiero arrepentirme yo —dijo con voz quebrada—. Sé que si elijo casarme con Lord Capell, una parte de mí siempre se preguntará qué habría pasado si hubiera elegido estar contigo. Pero también sé que, si te elijo a ti, estaré rompiendo promesas y compromisos que ya hice, y eso también me destrozará.

Colin la miró con una intensidad que la hizo estremecer.

—No quiero que te destroces, Penélope. Quiero que seas feliz, y si eso significa que debo dejarte ir, lo haré. Pero antes de que decidas, te pido que escuches a tu corazón, no a las expectativas de los demás. Porque al final, el amor es lo único que importa realmente.

Penélope lo miró, viendo el amor y la sinceridad en sus ojos. Y entonces, en un impulso que no pudo contener, dio un paso adelante y lo abrazó con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo.

—No sé qué hacer, Colin —susurró contra su pecho—. Tengo tanto miedo de tomar la decisión equivocada.

Él la sostuvo con ternura, acariciando su cabello.

—No hay una decisión equivocada, Penélope. Solo hay lo que sientes. Y lo que sientes es lo que debe guiarte.

Por un largo momento, permanecieron así, en un abrazo que parecía suspender el tiempo. Penélope sabía que, cualquiera que fuera su elección, las consecuencias serían profundas. Pero también sabía que ya no podía ignorar lo que sentía, lo que siempre había sentido por Colin.

Finalmente, se apartó un poco, lo suficiente para mirarlo a los ojos.

—Esta noche... debo pensar en todo esto —dijo con voz suave pero firme—. Necesito tiempo, Colin. Solo te pido que me des eso.

Colin asintió, su rostro lleno de comprensión y paciencia.

—Tómate todo el tiempo que necesites. Estaré aquí, esperando.

Penélope lo miró una última vez, su corazón latiendo con una mezcla de miedo y esperanza, antes de girarse y caminar hacia la casa. Mientras se alejaba, sintió que cada paso era más pesado que el anterior, como si estuviera dejando atrás una parte de sí misma. Pero sabía que la decisión no podía tomarse en un solo momento, ni en una sola noche.

La luna la guió de regreso a la mansión, donde todo estaba en silencio. Al entrar, Penélope sintió la cálida familiaridad de su hogar, pero también la presión de las expectativas que pesaban sobre ella.

Mientras subía las escaleras hacia su habitación, su mente seguía reviviendo las palabras de Colin, el beso en el jardín, y la promesa implícita de lo que podría ser su vida si lo elegía a él. Pero también pensaba en Lord Capell, en su amabilidad y en el futuro seguro que le ofrecía.

Cuando finalmente se dejó caer en su cama, Penélope supo que esa noche apenas dormiría. Había llegado el momento de enfrentar sus miedos y hacer una elección que cambiaría su vida para siempre. El amanecer traería consigo una nueva claridad, una que esperaba le diera la respuesta que tanto necesitaba.

En el silencio de la noche, entre las sombras de las dudas y los destellos de la esperanza, Penélope Featherington se preparaba para tomar la decisión más difícil de su vida. Una decisión que definiría su futuro y revelaría si su corazón finalmente podría encontrar la paz y la felicidad que tanto anhelaba.

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Holaa, ponedme por aqui de quien queréis que haga el próximo fanfic o si quereis que haga una historia con personajes totalmente inventados.

Espero que os guste y no olvidéis votar y comentar lo que os parezca.

Besoss💋💋💋

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