Capítulo 11

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La mañana siguiente llegó con una calma inquietante. El sol apenas se asomaba por detrás de las nubes, y la lluvia de la noche anterior había dejado un fresco rocío en el aire. Penélope se despertó con una sensación de determinación renovada. Sabía que debía actuar rápidamente para restaurar su honor y enfrentar la amenaza de Cressida Cowper, quien había usurpado el título de Lady Whistledown y amenazaba con arruinar su reputación.

A lo largo de la mañana, Penélope se preparó con la misma meticulosidad que solía poner en sus escritos. Cada prenda, cada accesorio, se elegía con cuidado, como una declaración silenciosa de su intención de luchar por la verdad. Eloise, siempre a su lado, la observó con preocupación y admiración. Sabía lo que significaba para su hermana, y su apoyo era un pilar vital en medio de la tormenta.

—Tienes que ser cuidadosa, Penélope —dijo Eloise, mientras ajustaba el collar de su hermana—. Cressida no jugará limpio, y tendrás que estar un paso adelante para exponerla.

Penélope asintió, su mirada fija en el espejo. Su reflejo mostraba una mujer decidida, aunque su corazón estaba lleno de incertidumbre. Con un último vistazo a su apariencia, tomó el panfleto recién impreso que contenía la verdad sobre Cressida y se preparó para salir. El destino de la temporada y su propia reputación estaban en juego.

Mientras Penélope se dirigía al lugar donde solía distribuir sus panfletos, la ciudad de Londres estaba en un frenesí. La gente comentaba sobre el anuncio de la reina y el escándalo de Lady Whistledown. Las conversaciones en los salones y en las calles estaban cargadas de especulaciones, y el nombre de Cressida Cowper estaba en boca de todos.

Penélope llegó al parque donde había dejado el panfleto la noche anterior. El lugar estaba tranquilo y vacío, excepto por un par de transeúntes que caminaban con prisa bajo sus paraguas. Penélope se dirigió a su escondite habitual, donde había dejado el panfleto, y colocó la nueva edición con la esperanza de que la verdad sobre Cressida llegara a los ojos correctos.

En el momento en que se disponía a salir, un grupo de mujeres elegantes se acercó, y Penélope se dio cuenta de que una de ellas era Cressida Cowper. La figura de Cressida, con su aire de triunfo y su actitud arrogante, era inconfundible. La presencia de Cressida era una fuente constante de irritación para Penélope, y verla tan cerca la llenó de una mezcla de enojo y determinación.

—Ah, Penélope —dijo Cressida con una sonrisa desdeñosa—. Veo que sigues con tus intentos fútiles de recuperar lo que perdiste. ¿No te das cuenta de que el tren ya ha partido?

Penélope respiró hondo, tratando de mantener la calma frente a la provocación de Cressida. Su mirada era firme y decidida, y sus palabras eran elegidas con precisión.

—Cressida, tu engaño no pasará desapercibido —dijo Penélope con determinación—. El verdadero Lady Whistledown no eres tú, y te expondré por lo que realmente eres: una impostora que ha engañado a toda la sociedad.

Cressida rió con desdén, su risa resonando en el aire frío. La indiferencia en su expresión era una provocación a la que Penélope no podía responder con calma. Sin embargo, antes de que pudiera continuar, Eloise apareció al lado de Penélope, ofreciendo su apoyo silencioso.

—Deberíamos irnos, Penélope —dijo Eloise, mirando a Cressida con desdén—. No vale la pena gastar nuestras energías en alguien tan poco honorable.

Cressida se volvió hacia Eloise con una mirada de desprecio.

—Oh, qué nobleza tan inesperada —dijo Cressida—. Pero, si me disculpan, tengo compromisos mucho más importantes que atender. Estoy en el centro de todo esto ahora, y nada cambiará eso.

Penélope y Eloise se dieron la vuelta y se dirigieron a su próxima parada, conscientes de que su misión aún no había terminado. Su objetivo ahora era encontrar una manera de entregar el nuevo panfleto a los medios de comunicación y a las personas influyentes que pudieran difundir la verdad.

Mientras tanto, Colin se encontraba en el club de caballeros, tratando de distraerse de sus pensamientos perturbadores. La noticia de la recompensa y el escándalo de Lady Whistledown aún pesaban sobre él, y la confusión y el dolor lo mantenían en un estado de inquietud constante. Aunque intentaba actuar con normalidad, la verdad sobre Penélope y su engaño lo afectaba profundamente.

En el club, Colin se encontró con algunos amigos, y las conversaciones giraban en torno a los últimos rumores. La presencia de Cressida Cowper y su proclamación como la verdadera Lady Whistledown era el tema principal, y Colin no podía evitar sentirse perturbado por la situación.

—¿Has oído las últimas noticias? —dijo uno de sus amigos—. Cressida ha logrado llevarse la recompensa, y la sociedad está completamente convulsionada.

Colin asintió, aunque su mente estaba ocupada en otra parte. La traición de Penélope y el impacto en su relación seguían siendo una carga pesada en su corazón. A pesar de su intento de mantener una actitud despreocupada, no podía evitar el dolor que sentía.

En ese momento, la puerta del club se abrió, y Penélope entró con Eloise. Su presencia en el club era inesperada, y todos los ojos se volvieron hacia ella. Colin, al verla, sintió un nudo en el estómago. La determinación en su postura y la seriedad en su rostro eran evidentes, y su llegada en ese momento parecía cargada de significado.

Penélope caminó hacia el centro del salón, su mirada encontrando la de Colin. No había forma de evitar el encuentro, y sabía que debía enfrentarlo.

—Colin, necesito hablar contigo —dijo Penélope con una voz firme, aunque sus manos estaban nerviosas.

Colin, visiblemente sorprendido, se levantó de su asiento. La tensión entre ellos era palpable, y el resto de los presentes observaba en silencio, intrigado por la confrontación que estaba a punto de desarrollarse.

—¿Qué quieres decirme, Penélope? —preguntó Colin, su voz tensa—. ¿Cómo puedes aparecer aquí y esperar que todo se solucione de la noche a la mañana?

Penélope respiró profundamente, sabiendo que las palabras eran insuficientes para reparar el daño hecho. Sin embargo, debía intentarlo.

—Colin, lo que hice no fue fácil, ni tampoco lo que estoy pasando ahora. Cressida está tratando de apoderarse de todo, y la verdad está siendo manipulada. Mi intención siempre ha sido luchar por la justicia y la verdad —dijo Penélope, sus ojos buscando la comprensión en los de Colin—. Necesito tu ayuda para exponer a Cressida y restaurar lo que se ha perdido.

Colin la miró con una mezcla de dolor y desconfianza. La herida que sentía era profunda, y las palabras de Penélope no podían borrar el dolor y la confusión que había experimentado.

—¿Cómo puedo confiar en lo que dices, Penélope? —dijo Colin, su voz cargada de tristeza—. ¿Cómo puedo creer en tus palabras cuando todo lo que he conocido parece ser una mentira?

Penélope sintió el peso de su dolor y su frustración. Sabía que sus palabras no eran suficientes, pero tenía que intentarlo. A pesar de la distancia emocional entre ellos, el deseo de restaurar la verdad y el amor seguía presente.

—Colin, sé que estás herido y confundido, y no espero que todo se solucione de inmediato. Pero necesito que me des una oportunidad para demostrarte que mi amor por ti es verdadero y que estoy luchando por lo correcto —dijo Penélope con determinación—. Por favor, ayúdame a exponer a Cressida y a restaurar la verdad.

Colin miró a Penélope con una mezcla de emociones. La tristeza y el dolor eran evidentes en sus ojos, pero también había un destello de esperanza. Finalmente, con un suspiro, Colin asintió lentamente.

—Está bien, Penélope —dijo Colin, su voz aún tensa—. Haré lo que pueda para ayudarte, pero debes entender que esto no será fácil. Tendrás que demostrar que estás diciendo la verdad, y eso tomará tiempo.

Penélope sintió un rayo de esperanza al escuchar las palabras de Colin. Aunque el camino por delante era incierto, al menos había un pequeño atisbo de reconciliación. La verdad y el amor estaban entrelazados en una encrucijada, y la lucha por restaurar la justicia y reparar las heridas había comenzado.

Con Colin dispuesto a ayudar, Penélope y Eloise se prepararon para el próximo paso en su plan. El desafío era grande, pero la determinación y la esperanza seguían siendo sus compañeros en la búsqueda de la verdad.

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Besoss💋💋💋

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