Capítulo 4

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Chiara se removió en su asiento, habían separado las mesas por servicio, y obviamente ella estaba en la mesa de medicina, junto a sus jefes, sin Martin, y un poco ofuscada al querer terminar rápido la comida para luego estar con sus amigas, cual chica del instituto.

Había logrado ver a Violeta y Juanjo llegar, ambos iban vestido casi de portada de revista, no podía negar lo sexy que se veía la chica de ojos avellana con aquel vestido color negro y el cabello atado perfectamente.

Sacó su móvil mientras esperaba la comida y le envió un whastapp a Martin junto a una selfie con cara de aburrida.

- "Ven aquí! Estoy en la mesa del parque jurásico, lo prometo... :( "

No logró leer la respuesta de su amigo ya que la cena había comenzado.

...

Había pasado la cena, Violeta agradeció que Juanjo estuviera en la misma mesa, a los otros cirujanos los admiraba, sin dudas, pero no encontraba interés en entablar amistades con ellos, al final, el trabajo era trabajo.

Mordió sus labios, la mesa de Chiara estaba frente a ellos, pero la morena estaba de espaldas, y vaya espalda. Tragó saliva lentamente, Chiara llevaba un vestido que mostraba generosamente su piel bronceada para alguien quien vivía en Madrid, y el final estaba cerca de la curva de su cintura.

- Deja de mirarla así. – Susurró Juanjo a su oído.

Violeta lo miró de soslayo y terminó su comida.

En alguna parte del salón el Dr. Hamilton se levantó para dar algunas palabras.

- Bueno, que soy malo para éste tipo de cosas, y no quiero darles lata por la noche... Sólo espero que estéis disfrutando, que es muy grato trabajar con todos vosotros, y que tengáis una buena noche.

...

Chiara se encontraba bebiendo una copa de champán mientras conversaba animada con las chicas, hasta que logró percibir que Violeta la miraba desde el otro lado del salón. Los nervios se apoderadon de ella por lo cual comenzó a beber más rápido y le dio la espalda.

- Si le das la espalda con ése vestido, no esperes más que una larga noche de sexo Chiara. – Dijo Denna.

Las chicas rieron y siguieron comentado los vestidos de sus otras compañeras o sobre los otros médicos.

La morena volvió a girarse y confirmó que Violeta estaba mirándola con una mirada penetrante, incluso sintió cómo el calor se apoderaba de su rostro.

- Es una lástima que sea una pesada. – Mencionó Ruslana.

Chiara rodó los ojos, aquella noche sería interesante.

...

- Invítale a tomar algo contigo. – Habló Juanjo mientras se aflojaba un poco la corbata.

- ¿Si? Seguro que aun está enfadada conmigo, hasta el jefe ha hablado con ella.

- Si no lo haces tú, le diré que te mueres por besarla.

Violeta miró casi sin sonreír a su amigo, terminó su copa de vino y se encaminó donde las chicas.

...

Bea abrió los ojos y la boca al percibir que Violeta se encaminaba a donde estaban ellas.

- Chiara, Violeta viene hacia aquí.

La morena no tuvo tiempo de responder cuando sintió un leve toque en uno de sus hombros.

- Dra. Oliver... - Pronunció Violeta.

Chiara tragó saliva, y sus ojos rápidamente vieron cada detalle de Violeta, aquel vestido le quedaba excelente, el maquillaje hacia resaltar sus ojos aún más, y el peinado le otorgaba algo sexy.

- Dra. Hódar...

Bea y las chicas inmediatamente se fueron con una excusa tonta para dejarlas solas.

- Te ves muy bien. – Dijo Violeta mientras intentó mirar otra vez la espalda de Chiara.

- Igualmente.

- Quería invitarte a una copa

- Claro

- ¿Vino?

- Que sea champán mejor.

Violeta intentó guardar su sonrisa, pero no lo consiguió del todo, a lo cual Chiara respondió mordiendo su labio inferior.

- No me has presentado a tus amigas. – Dijo Violeta mientras se encaminaban a la barra.

- Lo siento, han desaparecido de la nada, pero si aún lo quieres podemos buscarlas.

- Con tu compañía me basta y sobra.

La morena sintió su estómago tensarse, y quiso casi gemir al sentir como Violeta miraba sus labios.

- ¿Eres de Madrid? – Preguntó la cirujana.

- No, mi familia vive aquí, pero nací en Menorca, ¿Y tú?

- Nací y me crié en Granada, pero me formé como médico en Londres.

Chiara tragó saliva, vaya, parecía que Violeta sería mucho más interesante de lo que ella quería admitir.

- ¿Y tu amigo? – Dijo Violeta.

- De guardia, tendrá un año completo para quejarse. – Rio.

- Ya veo.

Violeta no estaba siendo nada discreta, miraba sus labios sin tapujos, su cuello e incluso sus pechos.

- Dime que por lo menos no tienes a otra chica esperándote en tu piso. – Dijo casi susurrando Chiara.

- No, pero podría tener una chica que me acompañe ésta noche a mi piso. – Se lo dijo mirando directamente a sus ojos.

Chiara se mordió los labios, miró el salón intentando encontrar a sus amigas, las cuales se encontraban hablando con otros médicos, y para su sorpresa junto a Juanjo.

- ¿No vives con él? – Dijo Chiara.

- No te preocupes, es posible que hoy no vuelva.

Violeta se bebió lo que quedaba en su copa de vino y esperó en silencio la decisión de Chiara.

- Vámonos. – Sentenció saliendo del salón, sorprendiendo a la cirujana.

...

Entraron a la habitación de Violeta aun sin tener ningún tipo de contacto físico entre ellas, sin embargo la morena se vio sorprendida cuando Violeta la atrapó contra su cuerpo y la puerta dejando su rostro peligrosamente cerca del suyo.

- Tus ojos son increíbles. – Dijo sin pensarlo.

- Shh...

Violeta besó lentamente el rostro de la morena, luego bajó por su su cuello, lo cual hizo reaccionar a Chiara haciendo que su cabeza cayera hacia atrás para dejar que Violeta pudiera besarla más.

- Ayúdame a quitarte el vestido. – Dijo con voz ronca Violeta.

Chiara sintió cómo el fuego subía por su cuerpo, quiso gemir al sentir las manos de la chica en su espalda, pese a que sólo entraba la luz de la ciudad por la persiana de aquel doceavo piso, sintió que Violeta podía ver todos los detalles de su cuerpo.

- No sabes lo sexy que estás con éste vestido, he podido mirar tu espalda toda la noche. – Murmuró Violeta ayudando a Chiara a desvestirla hasta dejarla sólo en lencería.

- ¿De verdad? – Intentó provocar la morena.

- Sí joder, te has vestido así a propósito.

La morena no respondió y sólo se acercó más al cuerpo de Violeta para comenzar a desvestirla. Así ambas sólo quedaron en ropa interior.

- Ven aquí. – Dijo Violeta antes de darle un fuerte beso en la boca.

La morena gimió levemente, eso había sido inesperado, rápido, y sensual, e incluso, sabía que toda la noche sería así.

- Oh dios mio... - Suspiró Chiara al sentir las ambas manos de Violeta agarrando fuertemente su culo.

Latidos (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora