Capítulo 13

1.6K 63 0
                                    




Se había soltado de los brazos del enfermero que la sujetaba con mucha fuerza, y sólo se dirigió hacia la salida por donde llegaban las ambulancias, hacía un frío horrible, por lo cual comenzó a temblar, aunque no sabía si aquello también sería reflejo de lo enfadada que estaba, se sentía humillada, y peor aún, sentía cómo toda la confianza que había tenido con Chiara se había destruido, era bastante obvio que la morena le había comentado todo aquello a Martin, lo de sus padres, la violencia intrafamiliar, todo.

Tenía apoyada la cabeza contra la pared cuando escuchó los pasos de alguien llegar.

- Dra. Hódar, el Dr. Hamilton la llama a su oficina de forma inmediata. – Dijo la enfermera de pelo rubio.

Afirmó con la cabeza y se llevó ambas manos a la cabeza, lo que faltaba, ahora sí le iban a meter una gran bronca, y ella sólo tendría que callar para no tener que hablar de los verdaderos motivos de aquella pelea.

Cuando llegó a la oficina Martin ya estaba ahí, con el labio partido, y con una clara expresión de vergüenza por lo cual no dijo nada.

- ¿Me quieren explicar cómo es posible que dos de los futuros mejores cirujanos de este hospital se lien a golpes en el servicio de urgencias de mi hospital? – Dijo seriamente el Dr. Hamilton.

Nadie habló, ella sólo apretó los labios, y Martin bajó la mirada.

- Quedáis suspendidos ambos, cinco días, sin sueldo, y con guardia doble cuando volváis, para que aprendáis a trabajar juntos.

...

Vio salir primero a Martin, quien se sacó su bata caminando hasta ella donde lo esperaba en el pasillo, la respiración se le agitó al ver cómo su amigo se quedaba junto a ella.

- Me ha suspendido por cinco días, pero no ha exigido explicaciones. – Dijo cansando el chico.

- Te has pasado cien pueblos Martin, bajo ninguna situación ha sido correcto haberle dicho eso a Violeta, además, aquello de su familia sólo lo saben muy pocas personas y si tú... - Pero dejó de hablar cuando vió a Violeta salir de la oficina.

Cruzaron miradas, y vió como Violeta con determinación se acercó hasta donde ellos.

- Necesito hablar contigo. – Le dijo seriamente, ignorando completamente a Martin.

- Ya he terminado mi turno. - Dijo incómoda la cardióloga.

- Espérame en el parking, necesito volver a agendar todas mis cirugías, estaré ahí en quince minutos.

Y no dijo más. Martin la miró casi sin expresión, pero también se fue de ahí.

...

Cuando salió hacia el estacionamiento, volvió a sentir cómo el frío se colaba por su ropa y su cuerpo se tensó y empezó a temblar un poco, se cruzó de brazos y buscó el coche de la cardióloga, la cual al verla abrió el coche y se subió en la parte del copiloto.

- ¿De qué quieres hablar? Le has partido la cara a mi mejor amigo. – Dijo algo molesta Chiara.

- Él me ha humillado. – Respondió enfadada la cirujana.

Chiara intentó decir algo pero se asustó al ver cómo los ojos de Violeta estaban más oscuros de lo que ella podía imaginar.

- ¡Le has contado algo íntimo que te he contado a ti porque confiaba en ti! – Dijo de golpe la cirujana.

Sería mentira si Chiara hubiera negado que aquello le había dolido, y por dos motivos, primero, porque Violeta estaba casi cegada por aquello y segundo la cirujana había casi dejado en claro que la confianza entre ambas ya no existía.

Latidos (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora