Epílogo

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6 meses después.

- ¿Chiara dónde estás? – Dijo desesperado Martin al otro lado de la línea.

- ¡En un atasco horrible! No tenía que haber ido al hospital hoy por la mañana. – Suspiró exasperada la cardióloga.

- ¡Por Dios Chiara! Hamilton te había dado el día libre pero tú has decido ir de todos modos al hospital. Joder... Ya todos están aquí, ni siquiera he ido a ver a Violeta que debe estar subiéndose por las paredes. – Susurró Martin para que nadie más escuchara la conversación.

Miró con odio a Juanjo quien estaba riendo al volante, el castaño llevaba un elegante esmoquin color gris con una camisa y corbata ambas negras.

- ¡Pues tu novio podría conducir más rápido! – Gritó Chiara enojada.

Escuchó a Martin reír nervioso al otro lado de la línea mientras Juanjo intentaba adelantar a un coche en la autopista. Violeta iba a matarla, la cirujana le había prohibido ir al trabajo aquel día, pero Chiara Oliver había dejado una interconsulta de pre operatorio sin complementar porque el laboratorio había dañado su muestra para las pruebas de coagulación... Sí, otra vez.

- Te dejo, dile a Violeta que voy de camino. – Dijo finalmente cortando la llamada.

...

Violeta volvió a sentir que los zapatos le quedaban pequeños, pero no lograba mencionar una sola palabra impresionada de cómo Emma llevaba fácilmente 1 hora hablando sin parar, sus ojos pidieron piedad en dirección a Jasmine quien estaba en la misma habitación donde la cirujana se había estado vistiendo para la ceremonia.

- Mamá... - Llamó finalmente Jasmine.

- ¿Qué? – Dijo Emma nerviosamente.

- Será mejor que dejes unos minutos a Violeta, la estás poniendo nerviosa. – Hizo una divertida mueca.

La mujer asintió y luego de volver a recalcar cuánto le gustaba el peinado de Violeta salió del lugar.

Respiró hondamente mirándose al espejo, estaba segura de que el vestido celeste había sido la mejor opción. Miró nerviosamente la hora en su móvil, Juanjo todavía no llegaba, y ya se estaba preguntando si en los siguientes minutos tendría que buscarse un nuevo padrino, pero no podía, Juanjo tenía los anillos... Iba a matar a su primo.

La puerta se abrió de sorpresa dándole un susto a la cirujana, Juanjo entraba con una sonrisa de espectáculo, llevaba el cabello desordenado y los zapatos desabrochados.

- Joder Juanjo ¿Dónde mierda estabas? – Dijo enojada la cirujana.

- Ey prima, calma, calma, está todo bien.

El castaño se peinó al espejo y luego de asegurar sus zapatos le ofreció un brazo a Violeta para que esta se sujetara y salieran a donde sería la ceremonia.

- Como no hayas traído los anillos podrás olvidarte de tu hermoso rostro que estaré gustosa de arruinar y ni el mejor cirujano plástico del país podrá arreglar.– Dijo mordazmente la pelirroja.

- Veo que estás un poco nerviosa. – Rió el castaño.

- ¿Nerviosa? En primer lugar, no sabía si mi padrino iba a llegar, en segundo lugar, no sabía si los anillos llegarían, en tercero, Chiara tiene 3 madrinas, y en último lugar ¡Mi padre ha venido con ésa estúpida y horrible camisa hawaiana color naranja a mi boda!

...

La cardióloga detalló los Lirios amarillos que tenía en sus manos recordando aquel día en el que Violeta había aparecido en su piso junto a la pizza y un montón de besos.

Latidos (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora