Capítulo 22

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- Tenemos a esta paciente, sexo femenino, 55 años, insuficiencia mitral post infarto hace 2 años, por lo cual se ha mantenido con una insuficiencia cardiaca en tratamiento casi adecuadamente, pero ya ha llegado el tiempo para hacer la cirugía de recambio valvular. – Explicaba Violeta frente al Dr. McHill, al Dr. Jones también de cirugía cardiovascular y a Chiara.

- Sin embargo Dr. Hódar, ya sabe que la Dra. Oliver y yo estamos preocupados por los exámenes de pre operatorio. – Mencionó el Dr. McHill.

- Lo sé, es por eso que aun la paciente no está en tabla quirúrgica, pero me temo, que si no actuamos ahora luego podríamos tener más riesgos, ¿No? – Objeto la pelirroja.

- ¿Beneficios versus riesgos? – Preguntó Chiara.

La cardióloga observó cómo Violeta se acomodaba un poco la bata frunciendo el ceño.

- Estamos preocupados y si esperamos más la insuficiencia cardiaca pueda empeorar, no queremos llegar al punto de que la paciente se haga un edema pulmonar y esté totalmente inestable para entrar a quirófano. – Explicó Violeta. - De parte de cardiovascular creemos que lo mejor es correr el beneficio sobre los riesgos.

- No. – Dijo seriamente el Dr. McHill. – La paciente ha sido muy explícita con nosotros, no se hará cirugía a menos que la cirugía sea segura.

Chiara parpadeó sorprendida frente al tono del hombre, él era mucho mayor que ella, llevaba años en el hospital, siempre había sido un médico correcto, algo a la antigua, pero siempre respetando sobre todo la opinión de sus pacientes.

- Dr. McHill, esto es cuestión de tiempo. – Intentó suavizar el ambiente el Dr. Jones.

- Dra. Oliver. – El hombre se giró hacia ella. - Hará una orden para nuevos exámenes, y nos volveremos a reunir mañana para evaluar y tomar una decisión final. – Dijo cerrando el asunto el Dr. McHill.

Todos se levantaron de sus asientos y dejaron la pequeña sala de reuniones, vaya lunes, eran apenas las nueve de la mañana y estaba segura que el asunto no abandonaría su cabeza hasta que mañana hubiera una solución.

- Dra. Chiara, a consulta por favor. – Mencionó Violeta en tono neutral por la presencia de los otros médicos.

- Por supuesto.

Ambas fueron caminando hasta el ascensor.

- ¿Qué opinas? – Preguntó sincera Violeta.

- No lo sé Violeta, sabes que no me gusta mezclar el trabajo con nosotras. – Dijo algo agobiada.

- Cariño, trabajamos juntas, y cabe a destacar que eres de cardiología y yo de cardiovascular.

La morena sonrió contrariada, mientras escondía sus manos en ambos bolsillos de su bata.

- Cuando tenga los resultados del laboratorio te los haré saber. – Le respondió con un tono suave.

Ambas se miraron con complicidad entrando al ascensor, Violeta tenía una cirugía y Chiara mucho papeleo de sus pacientes en el servicio de medicina.

- Que tengas una buena cirugía cariño, hasta ahora. – Dijo saliendo del ascensor Chiara.

Si todo iba bien, quizás luego de ese caso hablaría con Violeta para dejar aquello de andar secretamente juntas en el trabajo, quizás ambas sí lo podían afrontar de una buena forma, eran profesionales, sabrían comportarse y no mezclar las cosas.

...

La cirujana se bebía lo poco que quedaba de su café bajando por el ascensor, la cirugía le había dejado más cansada de lo que imaginaba, aunque sonrió, amaba su trabajo, no había mejor sensación que tener un bisturí en la mano y ver un corazón latiendo con el tórax del paciente abierto.

Latidos (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora