Capítulo 23

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- Debemos entrar al quirofano. – Discutió el Dr. Jones frunciendo el ceño.

- Dr. McHill, firma los papeles. – Objetó Violeta.

- Vosotros dos, si pensáis que intimidándome a mí y la Dra. Oliver lograréis salir bien de esto estáis muy equivocados. – Dijo el hombre con tono molesto.

- La paciente está demasiado inestable, esperemos unas horas y lo volveremos hablar, no podemos obviar que la paciente además tiene una orden de no reanimar. – Finalizó Chiara.

Violeta suspiró fuertemente saliendo del lugar dirigiéndose a la habitación de Elizabeth Ross, cuando entró la encontró durmiendo, pero debido al ruido de su presencia la mujer abrió los ojos sonriendo levemente.

- Sra. Ross ¿Cómo se encuentra?

Habían pasado unos 30 minutos desde que había entrado a un estado inestable, y aun su estado podía caer rápidamente a uno crítico.

- Algo más tranquila. – Dijo la mujer.

- Sra. Ross, disculpe si soy inoportuna, pero, ¿No desearía que Alexa estuviera al tanto de la situación?

- No, ella no tiene que saberlo, tampoco le ha de importar, aun así, ni con un vuelo express llegaría aquí pronto.

Violeta se cruzó de brazos, alerta, no involucrarse más, sin embargo se acercó aún más a la mujer.

- Debería darse una oportunidad de que ella le perdone y usted a ella. – Dijo con un tono calmado.

- No, las oportunidades ya se han acabado.

Un par de lágrimas rodaron por más mejillas de la mujer, haciendo que Violeta se removiera en su lugar, iba hablar más cuando notó la presencia de Chiara en el marco de la puerta.

- Si me permite, volveré en una hora para chequear su estado. – Se despidió saliendo de la habitación evitando a la cardióloga la cual la siguió por el pasillo hasta atrapar una de sus muñecas.

- ¡Violeta! ¿Me puedes decir qué te pasa? – Dijo abrumada la morena.

- Vosotros, estáis limitando sus opciones. – Espetó la cirujana.

La pelirroja vio la expresión de asombro y enfado en el rostro de su novia, y sintió que el momento era tan tenso que una simple palabra podría cortarlo todo.

- Vendré en una hora. – Dijo la cirujana.

...

Chiara estaba contrariada, por una parte como cardióloga estaba convencida de que la decisión del Dr. McHill había sido la correcta, pero por otro sentía tristeza del modo en que la cirujana le había hablado pero a la vez estaba preocupada por cómo Violeta se estaba involucrando en la situación.

- Dra. Oliver la paciente está desaturando. – Avisó la enfermera rápidamente.

Llegó casi corriendo para encontrar al Dr. McHill mirando el monitor y colocando una mascarilla de alto flujo de oxígeno en el rostro de Elizabeth Ross.

- ¿Dobutamina? – Mencionó la cardióloga.

- No reanimar Dra. Oliver. – Objetó el Dr. McHill.

Sus manos temblaron un poco mientras observaba el monitor, la mujer estaba entrando en un estado crítico, y ellos no podían hacer nada más.

- Iré a buscar en la información si dejó algún número para avisarle a los familiares. – Dijo el hombre saliendo del cuarto.

Chiara asintió sin palabras, mirando como la mujer se agitaba un poco en la cama. Girando el rostro pudo ver como Violeta salía corriendo desde el ascensor hasta el cuarto.

Latidos (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora