Capítulo 5

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Chiara despertó sintiendo el peso de un brazo sobre su espalda desnuda, abrió los parpados con pereza y se encontró con el rostro de Violeta durmiendo pacíficamente. Intentó desarmar el nudo de brazos y piernas y se sentó en el borde de la cama.

Buscó su móvil y vio que eran las 9 de la mañana. Le dolía todo el cuerpo, pero con solo recordar el origen de aquello una sonrisa se le dibujó en la cara y sus mejillas se ruborizaron. Vaya noche, vaya chica Violeta, había perdido la cuenta de cuántos orgasmos había tenido luego del quinto.

Se mordió el labio inferior pensando qué sería lo mejor, ambas sabían que sólo había sido una noche de sexo, un grandioso sexo, pero ambas se seguirían viendo en el hospital.

...

La cirujana despertó con el alboroto que Juanjo hizo al entrar a su habitación.

- Me debes contar todo! – Gritó el.

Violeta rodó los ojos, mientras intentaba cubrir su cuerpo desnudo con las sábanas.

- Deja que me duche, haz café y te lo contaré.

...

- ¡Lo sabía! – Gritó Martin del otro lado de la línea.

- Venga ya, cuando termines el turno ven a mi piso, haré algo para comer.

Chiara se apoyó en la puerta de su habitación aun con la toalla amarrada a su cuerpo. Estaba volviendo a repasar mentalmente el camino que marcaron las manos de Violeta en su cuerpo y el camino de sus manos en el cuerpo de la chica.

- Violeta. - Se mordió los labios.

...

Lunes, ninguna de las dos tenía el móvil de la otra, por lo cual, sólo existía la posibilidad de encontrarse en el hospital.

La cirujana salió del deportivo intentando esconder sus manos en los bolsillos de su gran abrigo mientras pequeños copos de nieve chocaban en su rostro.

- Ey! – Escuchó una voz que no conocía.

- Oh... Buenos días Dr. Urrutia. – Dijo Violeta.

- Llámame Martin por favor. – Sonrió el pelinegro.

Violeta sólo sonrió mientras se encaminó a la entrada. Martin siguió sus pasos.

- Disculpa Violeta, ¿Crees que, podrías darme un consejo? Es que, quisiera conocer al Dr. Bona y - Dijo cortado.

- Vaya, no eres nada tímido.

El chico sonrió casi con vergüenza, pero a Violeta le causó gracia.

- Hablaré con él, sutilmente, que tengas un buen día.

La pelirroja desapareció de la vista.

...

Chiara se encontraba ya a mitad de la mañana revisando los nuevos ingresos, y dejando terapias y evoluciones médicas.

- Dra. Oliver, tiene una interconsulta desde cirugía, la han pedido personalmente a usted. – Dijo la enfermera.

- En 30 minutos subiré.

La morena frunció el ceño, cómo sería posible que pidieran personalmente a la doctora más joven del servicio, casi fugazmente pudo concluir que aquella había sido Violeta, pero intentó descartar aquella opción.

...

- ¿Me llamaste? – Dijo casi asustando a Violeta quien se encontraba concentrada revisando el ecógrafo torácico.

- Sí, necesito tu opinión para interpretar un ecocardio de una paciente que al parecer tiene un mixoma, ¿Me ayudas?

Chiara frunció el ceño, aquello era totalmente cirugía cardiovascular y no cardiología, pero sonrió, al fin y al cabo no siempre lograba ella realizar las ecotomografía cardiológicas debido a que era la más joven del servicio.

- ¿Cuántos años tienes? – Preguntó sin pensar la pelinegra.

- 28 y tú? – Dijo la cirujana.

- 25

Violeta miró de soslayo sin dejar de poner atención a la máquina, mientras pensaba en lo interesante que se había convertido Chiara, más de lo que ella imaginaba.

- Iré a buscar a la paciente y vuelvo, ahí en el folio está la historia clínica, te puedes guiar un poco más.

..

Una chica entró a la habitación, no debía tener más de 20 años dedujo Chiara, era rubia, ojos azules, y un cuerpo delgado, sin embargo, se podía apreciar que la falta de aliento dificultaba sus movimientos.

- Buenos días. – Sonrió levemente.

- Buenos días, ¿Alice?

La muchacha afirmó con la cabeza y se sentó al borde de la camilla.

- Bueno Alice, ella es la Dra. Chiara Oliver, cardióloga, juntas te haremos la ecocardio, ya sabes, así podremos tener la información casi exacta de lo que podría estar afectando a tu corazón.

Alice se recostó levemente en la camilla, y ambas médicas notaron como el ahogo empezaba a aumentar.

- Alice, sé que te sientes incómoda, y ahogada, pero necesito que estés tranquila, sólo serán unos minutos, y esto es lo que ayudará a tu futura cirugía.

Chiara miró como Violeta programaba la máquina, vaya, sí que se manejaba bien las cosas.

- Necesito que te quedes solo con el sujetador.

Alice se sonrojó pero sonrió casi de forma coqueta, Violeta no lo notó por estar viendo las maquinas, pero Chiara incluso sintió un poco de celos por aquella reacción.

- Te pondré el gel, está un poco helado. – Dijo casi disculpándose la cirujana.

- Aquí vamos. – Suspiró Alice.

Estuvieron unos 10 minutos viendo la eco, varios ángulos, flujos, y discutiendo la ubicación del mixoma y el compromiso en el funcionamiento del corazón.

- Me estáis asustando, ¿Podéis hablar en español? – Dijo asustada Alice.

Violeta terminó de capturar las últimas imágenes y sacó el gel del pecho de Alice.

- Pues hemos confirmado lo que te he dicho, es un mixoma, un tumor en el corazón, el cual la mayoría de las veces es benigno, pero necesita cirugía o tu corazón comenzará a funcionar peor de lo que ya está.

Alice reprimió unas lágrimas mientras con sus brazos intentaba cubrir sus pechos

- Alice, sé que suena muy peligroso, y créeme que estás en tu derecho de sentir miedo, pero ahora, debes intentar entender que tu mejor opción es la cirugía, y luego esto sólo serán controles y un mal recuerdo. Además, el equipo de cirugía cardiovascular del hospital es excelente.

Violeta miró de soslayo a Chiara y sonrió levemente.

- Lo sé, es sólo que, me he venido a estudiar aquí y mis padres están lejos, tengo miedo.

- Estoy segura que encontrarás la fortaleza que necesitas, y nosotros también te ayudaremos en todos tus asuntos médicos.

Alice sonrió y miró descaradamente los labios de Violeta.

- Bueno, ya puedes vestirte. – Dijo de golpe Chiara.

La cirujana miró divertidamente a la morena, ¿Eso eran celos?

...

Ambas se quedaron solas en la sala, mientras Violeta dejaba ordenada las cosas.

- Sabes hacer muy bien un ecocardio, no necesitabas mi ayuda. – Dijo la morena.

- Puede ser, pero la verdad es que has sido una excelente compañía.

Violeta le sonrió ampliamente mientras se acercaba peligrosamente a su boca.

- Aquí no. - Dijo Chiara.

- ¿Por qué?

- Mi madre está casada con el Dr. Hamilton.

La cirujana se separó y frunció el ceño sin entender nada.

Latidos (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora