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AMELIE DE LUCA

—Bendecidos los ojos que te ven —me burlé mientras me quitaban las esposas

—¿Bromas tan temprano? —Myers estaba cruzado de brazos frente a mi

—La vida aquí no es tan divertida —nos sentamos en una mesa —¿Qué haces aquí Myers?

—Seré breve, porque tampoco tengo mucho tiempo —hablo serio

—Échalo

—Efre volvió a la ciudad, ayer por la noche, mis hombres lo vieron cerca de su antigua casa

—¿Ese idiota volvió?

—La oferta que te hice antes de entrar aquí sigue en pie

Lo vi fijamente unos segundos

—¿Así que por fin saldré de aquí?

—Solo si aceptas

—Cuenta conmigo —conteste rápido

—Aunque, tendrás que estar por tu cuenta

—Es mejor así —me recargue en la silla

—¿Entiendes lo que todo esto implica verdad?

—Myers, se a lo que me atengo, no soy idiota

Si algo sale mal, voy a volver aquí y no podré volver a salir de nuevo, pero vale la pena arriesgarse.

—Serás liberada en unos días, mantente viva hasta entonces

—Lo haré —respondí poniéndome de pie detrás de él

Días después, tal y como prometió, fui liberada, una vez fuera encendí mi teléfono y una notificación apareció en el

Ven a verme en cuanto salgas. M

—Este maldito no pierde el tiempo —sonreí y caminé hasta sus oficinas.

Todo ha cambiado, el edificio es enorme, incluso tiene elevadores. Vi a uno de los hombres de Myers salir de uno y me acerqué a él.

—Hey, vengo a ver a Myers ¿En qué piso es?

—¿Tú quién eres?

—De Luca

—¿Qué usted no estaba en la cárcel? —que discreto

—¿Estamos en la cárcel?

—No señora —agacho la cabeza

—¿En qué piso?

—Piso 32 señora, adelante

—Gracias, no le digas a nadie que me viste

—A la orden

Por fin me encontraba frente a su oficina, abrí sin tocar y ahí estaba él, revisando papeles como siempre

—¿A que hora saliste? —preguntó

—Hace un par de horas, camine hasta aquí —mencione sentándome frente a él

El asintió y abrió uno de los cajones de su escritorio, saco un teléfono de él y me lo entregó

—Solo tiene mi número, úsalo para cualquier emergencia —lo guarde de inmediato

—¿Desde donde me enviaste ese mensaje?

—Desde un teléfono desechable, ¿Has ido a tu antigua casa?

—No, vine tan pronto salí

—Bien, no vayas allí, Efre podría estar ahí —me ordenó

—¿Entonces donde me quedare?

—Toma —me entregó un pedazo de papel —Es una casa gris, es de mi propiedad, úsala como gustes, aquí están las llaves —me las entregó y se recargo en su asiento —Normalmente la usamos como almacén, pero puedes dormir ahí, hay luz y agua, un pequeño sofá, una televisión y un microondas, solo eso

—Esta bien, no necesito tanto —mencione guardando el papel en mi pantalón

—Cuando estés ahí, busca en una de las habitaciones una maleta roja, hay dinero en efectivo, compra toda la ropa y calzado que necesites, comida si hace falta o come en restaurantes, no me interesa, estas por tu cuenta ahora —este es Myers, este siempre ha sido Myers, podrá ser un idiota a veces, pero te ayuda cuando lo necesitas

—Siempre lo he estado ¿No es así?

—Tienes razón, una cosa más, dentro la maleta que te menciono hay un arma, las balas las encontraras detrás del espejo que esta en el baño, úsala para mantenerte viva, sé que tienes tus contactos regados por la ciudad, si necesitas una nueva, entonces consíguela, es todo en lo que lo puedo ayudarte, el resto del plan, lo haces tu —terminó mientras se enderezaba nuevamente

—¿Qué pasa con mis hermanos? —pregunte

—Todos trabajan en el Oasis, si quieres puedes...

—Es mejor no verlos, será más sencillo

—¿Estas segura?

—No quiero ponerlos en peligro, trabajar para ti ya es más que suficiente

—Tienes razón, de igual manera, si cambias de opinión, sabes en donde encontrarlos

—Gracias, por todo

—Solo tenemos una oportunidad, no sabemos que es lo que hará Efre esta vez, así que mantente viva ¿De acuerdo?

—Lo tendré en cuenta —sonreí y me puse de pie, él también lo hizo después de mi

—Cuídate —le dije antes de caminar hasta la puerta

—Tu igual —me respondió y después me dio un abrazo que yo acepte

—Adiós Myers

Al salir de ahí, me dirigí a la dirección que ponía el papel. Una casa gris, como el mencionó, con las llaves que me dio entré y cerré con seguro, de inmediato busque la maleta, en la que encontré demasiado dinero en efectivo, tome un poco de ello y salí de nuevo a comprar ropa y comida

De camino a la tienda, pase por la universidad de Damián, lo vi a lo lejos en las jardineras, estaba discutiendo con una chica, no sé quién era, sin embargo lo ignore y seguí mi camino.

Mas tarde, regresé con varias bolsas, con un par de pantalones, playeras y suéteres, ya que el lugar era muy frio, jabón para ropa, unas botellas de agua y unas cuantas sopas instantáneas y también unas golosinas ya que hace años que no comía unas

Jamás una sopa instantánea me supo a gloria hasta ese momento, mientras la disfrutaba, el sonido de la televisión llenaba todo el lugar, al terminar, me di un baño de agua fría, busqué el arma en la maleta y las balas en el baño, cuando finalicé, salí al bar Oasis.

Una vez ahí, me senté en una mesa alejada, los busqué con la mirada y allí estaban mis crías, riéndose entre ellos, León y Damián sentados en la barra y Aaron tras ella, preparando bebidas. Le pedí a un hombre que pidiera una botella de Whisky para mi sin que dijera para quien era y eso hizo.

Los vi a lo lejos, vestidos de manera extravagante, también vi como Damián volvía a su trabajo en las habitaciones, León al escenario y Aaron a los clientes, y así en una rutina constante, riendo y bromeando entre ellos, terminé mi botella y deje el dinero sobre la mesa, voltee a verlos una vez mas antes de irme, memorice sus sonrisas

Volví a la casa gris a tratar de dormir y poder crear un plan. Me aterra pero tengo que hacerlo.

VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora