10

5 0 0
                                    

AMELIE DE LUCA

—Una Colt 1911 tal y como la pediste —Jack me entregó un portafolio pequeño.

Me acerque, abrí el portafolio y tome el arma en mis manos

—No sé para quieres esa, si ya tienes un arma mejor —me dijo viendo como la sostenía en mis manos.

—Esta es más ligera, además puedo camuflarla mejor

—Bueno tienes razón, el silenciador esta adentro junto con las balas, yo tengo que volver con mi esposa —mencionó mientras se ponía de pie

Jack y yo tenemos una historia un poco complicada, él y yo tuvimos una relación de dos años cuando teníamos 19 años, terminamos cuando yo estaba en la cárcel, la verdad es que entendí el motivo de nuestra ruptura, a pesar de ello, nunca terminamos en malos términos.

Hace unas semanas que volvimos a encontrarnos, él y su actual esposa me ofrecieron su ayuda y apoyo en lo que fuera, planeaba no involucrar a nadie, pero tanto el cómo su esposa tiene contactos con la policía y con gente del medio, me ayudarían si lo necesitara.

—¿Estas segura que no necesitas que vayamos contigo? Puedo pedirles a algunos hombres que vayan contigo —pregunto ya casi en la puerta

—No quiero arriesgarme a que salgan heridos, iré sola —comente vagamente mientras metía la pistola nuevamente en el portafolio.

—Bien, avísanos si necesitas algo, sabes donde vivimos

—Claro, gracias de todos modos

Cerro la puerta y yo me quede viendo la hora. Mi plan de investigación ha avanzado un poco, me he enterado de que uno de los amigos de Efre estará esta noche en un local lejos de aquí, aun no sé qué es lo que hace aquí ni donde se está quedando, pues he ido a la antigua casa y no se está quedando ahí.

Por la noche tome mi chaqueta y me cubrí hasta la cara con un cubrebocas, tome el arma y salí de la casa. No quería tardar tanto, las noticias en esta ciudad siempre corren rápido y la policía estaría en ese lugar tan pronto escuchen disparos.

Cuando llegue ahí, ya habían llegado, sus autos aparcados uno junto al otro, camine entre los autos en busca de alguien que pudiera ser una molestia, pero afortunadamente no había nadie.

El local era bastante pequeño, solo tenía tres pequeñas mesas y un mostrador que abarcaba de lado a lado. Sin pensarlo saque el arma y apunte a los hombres junto con el amigo de Efre quien me miraba fijamente tratando de adivinar quien era yo.

Disparé al hombre que estaba sentado justo a su lado y este cayó al suelo. Los empleados comenzaron a gritar y se escondieron detrás del mostrador.

El amigo de Efre sacó una navaja y me apunto con ella, el otro hombre que venía con él, se lanzó sobre mí con otra navaja, no logre esquivarla a tiempo y logro cortarme en el brazo, le di un golpe seco con el mando de la pistola en la cabeza y este cayó al suelo. El amigo Efre se lanzó sobre mi e intentó enterrar la navaja en mi estómago, sin embargo no lo logro pues le dispare en la pierna.

Volví hacia el otro hombre en el suelo y le disparé dos veces en el pecho que lo hicieron morir al instante. Voltee hacia el amigo de Efre, patee su mano donde tenía la navaja y le tome del cuello.

—¿Qué es lo que quieres? —habló con voz ronca

—¿Dónde está Efre? —pregunté apuntando su cabeza con el arma.

—No sé de qué me hablas —sonrió un poco sínico.

—No te hagas idiota, sabes de quien hablo —le golpee la cabeza con el arma.

—¿Quién lo busca?

—Su hija

—¿Qué no estabas en la cárcel?

—¿Hay rejas aquí? —amargamente contesté

—No sé dónde está —se burlo

Cargue el arma y le apunte nuevamente a su cabeza, él me dio un puñetazo en el estómago que me descompenso un poco, se zafó de mi agarre e intento alcanzar su navaja, sin embargo yo dispare en su pierna, lo que lo hizo gritar de manera horrible.

Me acerque y le di la vuelta nuevamente, podría gritar todo lo que quiera, pero jamás olvidare que este hombre alguna vez violó a Aaron frente a mis ojos y no pude hacer nada.

—Te lo preguntare nuevamente, ¿Dónde está?

—No sé dónde esta

Le apunte nuevamente en la cabeza y este comenzó a reír

—Hazlo, cuando viole a tu hermano me apuntaste y no disparaste por miedo

—Es una historia distinta

—Eres una cobarde

Sin decir nada, me enderece y le dispare en el estómago que lo hizo retorcerse

—No tengo tiempo, dime donde está mi padre

—¡De verdad, no lo sé! —esta vez grito de dolor —¡Se que volvió a la ciudad, pero nada más!

—Estuviste en contacto con uno de sus hombres ¿Quién fue?

—No lo se

Otro golpe en el rostro

—¡No lo sé! ¡Se comunican por medio de un teléfono desechable siempre son números distintos y siempre son hombres diferentes, nunca es la misma voz!

—Te piden cosas ¿Qué es lo que te piden?

—Efre tiene una fábrica a las afueras de la ciudad, no se la ubicación exacta, pero es una distribuidora de drogas mezcladas con medicamentos que se venden de forma ilegal y las transportan a distintos países del mundo, también distribuyen cajas en este país, nos piden dejar los paquetes en distintas ubicaciones.

—¿Qué ubicaciones?

La sirenas de la policía comenzaban a escucharse, tenía que irme de ahí ya

—Toma mi teléfono y el de los otros dos, ahí encontraras los registros de llamadas, mensajes, todo, está ahí adentro —hizo una pausa, comenzaba a agonizar —Mata a Efre, tu padre debe morir —yo quede atónita cuando escuche eso

Iba a preguntarle por qué pero ya había perdido la vida, tomé todo y corrí de ahí.

Cuando llegaron al lugar los empleados estaban temblando, los policías interrogando y tomando fotos. Afortunadamente ninguno logro ver mi rostro y no pudieron dar muchas descripciones.

Me fui del lugar y llegué a la casa gris con todo lo que pude obtener. Cure mi brazo con alcohol y vendas que era lo único que tenía a la mano.

Al día siguiente me encontraba sentada en el sofá, y en la televisión comenzaron a pasar las noticias.

Mencionaban el ataque reciente a un pequeño local de comida casera el día anterior, la muerte de tres personas de traje y la búsqueda del atacante que los empleados afirmaban que era una mujer, me aparte del televisor después de que dijeran que los oficiales seguirían investigando acerca del caso.

Tome mi celular y llame a Jack.

—Acabo de ver las noticias ¿Todo bien?

—¿Sabes rastrear mensajes?

—No, pero tengo un amigo que sabe hacerlo

—Llámalo, te un trabajo quepedirle.

VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora