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—¡Damián, abre la jodida puerta! —escuche los gritos en mi puerta.

—Mierda —masculle sobre mis almohadas.

Caminé como pude hasta la puerta, al abrirla me encontré con Aaron golpeado y con sangre sobre su rostro.

—¿Tuviste una pelea de box anoche? —pregunte desorientado

—No, después de cerrar el bar, León y unos más se quedaron bebiendo un rato más y yo me fui de casa —comenzó rápido cerrando la puerta detrás de él —Cuando llegue encontré hombres dentro, me atacaron en cuanto me vieron y yo intente defenderme, antes de irse me dijeron que "dejara de buscar" —se pasó una mano por la cara.

—¿Qué dejaras de buscar? ¿Buscar qué? ¿Estas metido en drogas otra vez?

—No, estoy limpio hace años

Iba a decir algo más cuando recibí una llamada, caminé hasta mi habitación para tomar mi teléfono, era Mark un compañero del bar.

Aaron se quedó esperando, mientras intentaba calmarse y pensar.

—Hubo un tiroteo en el bar —dije tan pronto como salí de mi habitación

Ambos corrimos fuera del lugar y subimos a nuestras motocicletas tan rápido como pudimos.

Cuando llegamos al bar, todo era un maldito caos, patrullas y ambulancias rodeaban el lugar, la gente amontonada y las cintas policiales, las sirenas de los vehículos.

Busque a León con la mirada pero simplemente no podía ver nada más que personas chismosas.

Me acerque a las ambulancias, en cuanto lo vimos corrimos hacia él, Aaron lo abrazo con muchísimo temor y León tenía la mirada demasiado perdida. De los cuatro, León es el único que no se ha visto envuelto en peleas, tiroteos e incluso drogas, no sabe pelear ni siquiera a usar un arma. Por ello nos preocupamos mucho por él.

—Gracias a Dios que estas vivo —Aaron susurro

—Efre comenzó el tiroteo —lo escuchamos decir, Aaron se separó al instante.

—¿Qué?

—No supimos cuando entro, el bar estaba cerrado, no sé si forzó las cerraduras, el guardia de la entrada tampoco estaba, todos se habían ido ya, Luke estaba sentado frente a mí, estábamos bebiendo porque hoy era su cumpleaños cuando papá lo mato frente a mis ojos, sus hombres comenzaron a disparar y todo se volvió un caos, Efre me apunto con el arma en la cara y alguien le disparo en la mano y eso lo hizo tirar el arma, solo pude escuchar la vos de Amelie en el fondo, me sentía tan aterrado que ni siquiera voltee a verla en ese momento.

—¿Efre te hizo algo después? —Aaron pregunto

—No, Amelie le disparo en las piernas y se cayó al suelo, no se cuánto tiempo paso desde que Amelie llego hasta que llego la policía, pero no fueron más de diez minutos, sus hombres se llevaron a Efre por la parte de atrás, Amelie intento seguirlos pero no pudo alcanzarlos y la policía tampoco —se acomodó la frazada que tenía sobre sus hombros.

—¿Dónde está Amelie? —pregunte asustado.

—Está hablando con los policías, cuando regreso de atrás ya no tenía su arma en la mano, supongo que la escondió en algún lado, no lo sé, ella fue la que me trajo a la ambulancia —termino viéndonos.

La vimos acercarse con la cabeza agachada y sus manos en las bolsas del pantalón,

Cuando alzo la mirada y por fin nos vio, ella se detuvo, creo que no esperaba vernos tan pronto.

—Pero si son mis crías —sonrió sacando sus manos de los bolsillos

Su cabello chino recogido en una coleta, sus pantalones negros desgastados, esa capucha, me hizo querer llorar, hace años que no la veía con otra ropa que no fuera la de la cárcel.

VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora