❛7. Papá esta en casa❜

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Apolo era un dios, el más poderoso de los hijos de Zeus, nacido en la isla de Delos, cuyo suelo se santificó en su presencia

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Apolo era un dios, el más poderoso de los hijos de Zeus, nacido en la isla de Delos, cuyo suelo se santificó en su presencia. Junto a su hermana, fue venerado en todos los rincones del mundo, recibiendo numerosos dominios y reflejando la más pura imagen de la belleza masculina.

Lo tenía todo.

Excepto el amor. Apolo estaba maldecido para amar. A lo largo de su inmortalidad, conoció a muchos amantes y los amó con la profundidad de su ser. Sin embargo, mientras algunos de sus amores encontraron su propio final feliz, otros se vieron sumidos en la tragedia.

Dafne, Coronis, Cipariso, Jacinto...

Ningún mortal le causó tanto dolor como Jacinto. Jacinto fue la razón por la que Apolo levantaba el sol cada mañana, solo para ver cómo su piel morena se bañaba en la luz dorada. Sus ojos, más amables que los de cualquier otro ser, revelaban una familiaridad traviesa que desafiaba el estatus divino de Apolo.

Pero el cruel destino se llevó a Jacinto. Céfiro, el viento envidioso, lo arrancó de su lado, cubriendo su cabeza con la sombra de los celos. Apolo se sumió en una penumbra de dolor y odio que lo envolvió durante siglos. A pesar de los muchos amantes que pasaron por sus brazos, ninguno pudo llenar el vacío dejado por la muerte de Jacinto.

Apolo aprendió a vivir con ese peso. Como dios del conocimiento, aceptó que su amor podría hallar la felicidad en otro lugar. Sin embargo, como todos los dioses, Apolo era posesivo con lo que consideraba suyo, especialmente con sus hijos.

Todos sus hijos eran suyos, descendientes del sol. No había un solo rayo de luz en la tierra que no tocara a sus hijos. Entre ellos estaba Troilo, hijo de la reina de Troya, a quien Apolo había entregado como obsequio. Sin embargo, pronto se dio cuenta de su error, y Apolo detestaba equivocarse. Hécuba, madre de Troilo, ya era demasiado mayor para dedicarle atención, ocupada por las preocupaciones de una guerra que la mantenía alejada de su hijo menor.

El pobre Troilo era un niño solitario, encerrado tras grandes murallas que le impedían ver el mundo y disfrutar de los juegos y la alegría que deberían ser su derecho. Su mayor deseo era experimentar la felicidad, pero la guerra y la indiferencia de su madre se lo impedían.

Apolo deseaba ardientemente que su hijo encontrara la felicidad, pero los griegos lo impedían.

Apolo aún recuerda cómo comenzó todo, a pesar de que solo han pasado dos días desde el incidente. Apenas había salido de una reunión del consejo cuando escuchó.

Los gritos de auxilio de su hijo.

Enloquecido, Apolo dividió su consciencia para observar lo que sucedía. Allí estaba su hijo, en lo más alto de su altar, en su propio templo, siendo atacado por el hijo de Tetis. En ese instante, Apolo vio el destino de su hijo: asesinado y violado por aquel monstruo.

El peso del dolor volvió a su pecho. Su hijo, asesinado en su templo, en el hogar de su padre. Y el padre debía observar sin poder hacer nada, pues sus manos estaban atadas por la ley divina que prohibía cualquier intervención de los dioses.

❝ Ocean's eyes. ❞             ⋆.ೃ࿔*:・❪ Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora