360°

2.magdalenas para dos

Ya era un nuevo día,martin había amanecido en su antigua cama,de su antiguo hogar,en la casa donde había crecido,estaba con su familia,su hermana chiara dormía en la habitación de al lado,la podía escuchar roncar a pesar de que ya era la hora perfecta para despertar.
Su madre le había encargado ir a por magdalenas a la panadería de Manuel,bueno Manu para los amigos más íntimos, cualquiera que le llamara Manu pero no tuviera buena relación con él pasaría a la lista negra y probablemente le negaba la entrada,era un viejo bastante curioso,pero era un amor de persona.

-Buenos días Manu-martin sí tenía aquel privilegio,le conocía desde crío,Manu siempre le había adorado y regalado pastas cuando pasaba por su panadería al volver de clases.

-Andaaa,pero a quién tenemos por aquí,si es don Martin,ven aquí grandullón

Le atrajo para darle un abrazo acompañado de una palmadita en la espalda,llevaban 2 años sin verse,martin no había vuelto a ir al pueblo desde que decidió marcharse,y ahora que volvía a estar allí probablemente tendría que soportar reencontrarse con todo el mundo.

-Es un placer volver a verte,te veo más alegre que nunca eh,bueno no quiero hacerte perder el tiempo,ni a mí madre que luego me regaña...las magdalenas de siempre porfavor

El sonido de la puerta cerrarse hizo que ambos pusieran su atención en aquella figura que acababa de entrar en el establecimiento,alto...guapo...y con una cara que no se podía olvidar.

-Aiba que susto

-Buenos días a tí también Manu

¿Manu?acababa de llamarle Manu? cómo aquel chico que se había ganado el corazón de Manuel tan rápido?
Juanjo pasó a mirar a martin,que estaba asombrado con su presencia, realmente seguía sin entender que hacía aquel chico allí,y viceversa,y le hacía tanta gracia volver a encontrárselo que pensó que sería cosa del destino.

Se acercó a ellos para poder comprar aquello por lo que había ido.

-Ya os conocéis?lo dudo bastante,me parece que nunca os habéis visto-ambos se miraron de reojo,con gracia en los ojos,desde luego que sí se habían visto,y bien visto porque ninguno se había olvidado de la cara del otro-bueno él es martin,y martin este es Juanjo

Ahora sí que se miraron de frente

"martin"
"Juanjo"

-Un placer,Juanjo-le tendió la mano,como si fuese la primera vez que se veían,el contrario la miró confuso,no era de dar manitas, simplemente hola y ya,pero le correspondió,y al instante ambos se miraron a los ojos,sus manos eran suaves al rozarse,daba gusto sentir la piel del otro,era cálido a la vez que cosquilleante,era extraño.

-Igualmente...bueno no tengo mucho tiempo,he madrugado para venir a por las magdalenas de mi abuela,si es que te quedan

El anciano arqueó una ceja, revisó los estantes,solo quedaba una bolsa,una sola para 2 clientes,jamás le había pasado algo así,vaya despiste...

-Vaya chicos,pues es que solo me queda una bolsa

-Aiba,y cuál es el problema?

Martin le miró con una mueca, él otro no sabía que también venía a por lo mismo,le hizo gracia su inocencia pero tampoco sabía que decir porque le daba vergüenza, él solo quería coger la bolsa y salir corriendo para dársela a su madre.

-Yo también venía a por ellas

-Anda,bueno pues,has venido antes,llévatela da igual,le compro otra cosa a mi abuela le encanta todo

-nono,no que mal,compro yo otra cosa,las abuelas son sagradas

-Que no que da igual,que a mí abuela le encantan las rosquillas casi como las magdalenas,casi ni notará la diferencia