"¿No eran también tuyos?" Charlie intenta detener los exterminios un siglo antes de lo previsto, siendo apenas una niña, y se encuentra cara a cara con su líder: Adán, el Primer Hombre. Y lo vuelve a intentar, cada año. Lo que comienza como un obstá...
Bien, una pequeña transición al principio. Aquí hay un mapa del Pentagrama, con un nombre asignado a cada parte/región del Pentagrama. Básicamente, estos son los nombres "históricos/oficiales" que usan los ángeles, pero los nombres locales de las áreas cambian con el ascenso y la caída de diferentes Señores Supremos.
(Ver el final del capítulo para más notas).
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Día E, 1942
Aldona apretó los dientes mientras clavaba con fuerza a un pecador en el suelo. Con tanta fuerza que su lanza se quedó atascada en el suelo hasta que pudo arrancarla.
Su entrenamiento había sido rápido y despiadado para hacerla lo suficientemente decente para ese día, pero demostró que era una de las nuevas exorcistas.
Se dio vuelta justo a tiempo para ver a otro pecador, un hombre-oso que intentaba golpearla con una gran ametralladora como si fuera un garrote. Un compañero exorcista bajó y le cortó la mitad del cráneo desde la parte superior.
"Eso siempre sucede al principio", comentó el ángel más experimentado.
—Capitana Locria —reconoció Aldona, respirando profundamente mientras escrutaba el área en busca de más pecadores que quisieran atacar. La mayoría ni siquiera lo intentó.
"La batalla es diferente al entrenamiento. Se necesita experiencia para aprender a no quedarse atascado con un arma de esa manera", comentó Locria con calma, mientras los dos se paraban espalda contra espalda. "Manejándolo bien".
"La mayoría de ellos simplemente huyen y se esconden", comentó Aldona. "Yo esperaba algo... diferente".
"Los hemos mantenido lo suficientemente débiles para que la mayoría sepa que no pueden hacernos daño. Los Señores Supremos pueden ser un desafío, pero en su mayoría se esconden en el Día E. Hasta que alguien los vende", explicó Locria.
Aldona asintió. Era inquietante lo parecida que parecía a una ciudad humana, pero supuso que los pecadores del infierno se burlarían del mundo que habían abandonado. "Lo siento. Debo estar retrasándote".
"No te preocupes. Mi trabajo es enseñarte cómo funciona todo, ya que tienes que empezar a trabajar desde el principio", aseguró Locria.
Aldona asintió antes de mirar hacia el centro de la ciudad, hacia la Embajada.
A Adán, que estaba en lo alto del edificio con los brazos cruzados.
"No esperaba que fuera un tipo silencioso y vigilante", comentó Aldona.
Locria siguió su mirada y frunció el ceño. —No es así. Todo en la Tierra ha provocado cambios aquí. Está buscando a alguien o algo.
—¿Algo? —preguntó Aldona con el ceño fruncido por la preocupación.
