1. CONVENIO DE MATRIMONIO

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Los ojos claros se fijaron con observación en aquellas personas a la distancia.

Sus padres conversando con una pareja, no recuerda haberlos visto antes pero eso no sería una novedad.

La familia Park es sumamente numerosa. En su propio hogar siempre estuvo rodeado de sus hermanos y hermanas, claro que los años le enseñaron a tener que despedirse de cada uno de ellos porque ese era el orden de las cosas.

Su infancia había sido divertida, rodeada de alegría y felicidad pero eso había cambiado hace dos meses exactamente.

Se fija en las manos que los adultos estrechan con sonrisas de satisfacción en el rostro de cada uno. No es consciente de lo que se haya tratado la agradable charla pero de pronto su madre voltea hasta dar con su presencia, ella le sonríe con calidez haciendo que todos ellos se volteen también en su dirección y por reflejo se cohibe en su lugar.

—- Anda Jiminnie, es hora de presentarte.

No se percató de la persona a su lado hasta que habló, Jaeryn es la criada de la casa y ultimamente se ha mantenido a su lado más de lo que debería.

Pasos inciertos pero curiosos al mismo tiempo son los que sus pies le obligan a dar, siendo impulsado por la beta que le acompaña en su camino hasta plantarse delante de sus padres y aquella pareja desconocida. Estos últimos le mantienen la mirada por unos momentos considerables en los que le barren de pies a cabeza.

—- Les presento a mi hijo, Park Jimin ¿No es una belleza? -- sugiere la señora Park Hyeji.

En efecto la belleza del jovencito era sobresaliente, ojos claros de mirada tierna, mejillas y labios rellenos, cabello rubio dorado y un cuerpo curvilíneo que se aprecia a través de la fina túnica dejando ver la piel que esconde, piel sin imperfecciones y ligeramente acaramelada que le convierte en una digna figura de arte y de su cuello puramente limpio pueden ser capaces de distinguir un peculiar aroma dulzón.

—- Si que lo es. -- apoya la mujer que se aferra al brazo de su esposo, su alfa.

—- Y como dije, mi pequeño acaba de presentarse como omega, se encuentra en la cúspide de su ciclo y está más que preparado para un alfa dominante.

—- ¿Cómo sabremos que no miente? -- preguntó el hombre de porte intimidante con su voz ronca.

—- He pasado estos últimos meses educando a mi hijo, le aseguro señor Min que no se arrepentirá, Jimin es un omega bien portado, obediente y sumiso. Ven aquí, cariño.

El menor se acercó más a su madre, ella tomó de sus hombros y deslizó la tela de su cuerpo lentamente, dejándole exhibido de cuerpo completo, tragó saliva sintiéndose incómodo ligeramente cuando ella le volteó para quedar frente a la pareja de desconocidos, inevitablemente bajó la cabeza.

—- Nuestro Jiminnie ha tenido ciclos de calor muy fuertes, fue difícil mantenerle tranquilo. -- informó su padre, recordando un mes atrás.

La mujer se separó de su alfa y quedó frente al omega menor, levantó su mirada para conectar con la suya y efectivamente veía sumisión y sobretodo olía a pureza. Eso la dejó convencida.

—- Me gusta. -- dijo formando una sonrisa y volviendo con su alfa. -- La siguiente semana realizaremos la fiesta de cumpleaños de nuestro primogénito, quiero al omega preparado para entonces, anunciaremos el compromiso y podrán contraer matrimonio para su siguiente ciclo.

—- Así será querida Seulgi.




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Se sentía nervioso, sus manos sudan apretando el pañuelo entre ellas y su vientre es una maraña de movimiento gracias al carro que los lleva con prisa. No van tarde, de hecho es el horario perfecto para llegar a su destino a las diez de la noche. Aún así, su madre había insistido tanto en demostrar respeto y responsabilidad a la hora de entregarle en bandeja.

—- Todo saldrá bien Jiminnie. -- afortunadamente es la voz de Jaeryn tomando su mano para evitarle los nervios.

Ella le regala una cálida sonrisa que tranquiliza su ser consiguiendo suspirar con alivio, pese a sentir la presión del corset que encierra su cuerpo, se permite removerse ligeramente en el asiento trasero.

Llegaron al poco tiempo y su vista se agrandó al contemplar el palacio donde se adentrarían, una ostentosa construcción de arquitectura moderna con diseños rústicos y adornos verdes gracias a la vegetación que la rodea, plantas, flores y árboles de muchos tamaños.

El camino de piedras es corto hasta llegar a la entrada donde cinco escalones le permiten ingresar por las puertas abiertas de par en par. Allí son recibidas por un mayordomo que se inclina y les dirige hasta el salón donde mucha gente se encuentra reunida.

Omegas y alfas en su mayoría, no hay niños o bebés y los bocadillos abundan en las mesas. Antes de poder acercarse a degustar algún platillo, la señora Min apareció magicamente.

—- Has llegado justo a tiempo. -- luce un vestido negro ceñido al cuerpo, mostrando una figura estilizada que determina su belleza y destaca entre los invitados. No continúa hablando hasta que ve la inclinación que le hacen.

—- Los señores Park me han encargado cuidar a Jiminnie esta noche, señora Min, ellos le envían sus cordiales saludos. -- dice la beta de cabellos rizados al lado del omega.

—- Es exactamente lo que quería y te ves perfecto. -- detalla en la vestimenta del omega.

Jimin lleva un corset entallado sobre una blusa de lino y una larga pollera, el color blanco le sienta bien en contraste con su piel acaramelada y por si fuera poco, el peinado de lado que le hicieron deja exhibir su cuello y clavículas perfectamente sin adornos ni marcas, en una clara invitación para cualquier alfa del anhelo por ser tomado.

—- Ven cariño, te llevaré a conocer a la familia. -- anunció tomándole de la cintura. —- Jaeryn puedes ir por bocadillos, yo cuidaré del omega mientras. Además, Jimin tiene que acostumbrarse.

Así lo hizo la beta, se fue confiándole la única relíquia que debía cuidar esta noche.

Min Seulgi se encargó personalmente de llevarle con algunos de sus parientes, enseñándoles al omega que prontamente se volvería parte de su familia, le presentaba con orgullo y seguridad entre sus más conocidos e importantes siendo consciente del asombro que cada uno de ellos demostraba al ver la belleza y educación del omega.

Jimin sonreía cuando debía, se inclinaba apenas miraba a los ojos a alguien y desprendía un aura inocente y angelical, que no le hacía parecer un pequeño indefenso como en la mayoría de veces sucedía en omegas recién presentados, al contrario, le sentaba con delicadeza y elegancia características de un omega perfecto.

Dejando a los invitados de lado, Min le condujo cerca de un salón más acogedor, estaba lleno de hombres trajeados, se trataba del salón de fumadores, allí se quedaron en la entrada y fue como si lo supiera o quizás el centro que llamó su atención al ver a un joven de cabello azabache y piel pálida, labios finos que envuelven un habano y figura jovial aunque sus ojos rasgados y negros como la noche, mantienen una seriedad inquebrantable mientras lo ve conversar entre otros alfas.

—- Mi hijo es demasiado atractivo, difícil de no reconocerlo. -- suelta en un susurro cerca del oído del menor, quien se mantiene mirando al susodicho. —- Su nombre es Yoongi y será tu dueño, lo harás feliz y en su momento le darás hijos.

Fue entonces cuando aquellos ojos de mirada felina se encontraron con los ojos claros que irradian pureza en su esplendor.

El inicio de su historia.

EL PESO DEL DINERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora