16. "If I were the..."

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NARRADOR

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NARRADOR.

Cristal se sentía cada vez más presionada y asustada. Había pasado una semana desde la última vez que supo algo de su acosador, quien indirectamente había confirmado que era el cazador. No salía de su casa y dormía la mayoría del día, cuando se despertaba, era para ingerir algo de comida, aun si tiempo después terminaba vomitando todo.

La chica estaba verdaderamente mal, consumida por el miedo y el terror. Buscaba formas para escapar y salir de aquella pesadilla que estaba atormentandola, pero las autoridades siguieron sin creer en sus pruebas y ella quiso dejar de darle vueltas al asunto.

No quería correr el riesgo de volver a jugar con la ira del cazador, le asustaba lo que pudiera pasar después, no por ella, sino por Jack, Angie, sus amigos y cualquier persona que la rodeara con buena intención. Incluso Tom.

Después de unas horas de luchar con su aburrimiento, en el primer momento en el que se sintió consumida por el sueño y el cansancio, fue inmediatamente a tumbarse en su cama. Se sentía vigilada, incluso cuando las puertas y las ventanas estaban cerradas y cubiertas. Aunque comenzaba a ser menos molesto el hecho de tener unos ojos centrados específicamente en ella. Después de todo, no querían específicamente aterrarla.

Por otro lado creyó, que si ella hacía las cosas bien y a su manera, los problemas iban a cesar y todo marcharía "normal". Pero le seguía aterrando el hecho de ser atrapada por la bestia en el momento menos esperado; del dueño de aquellos ojos que la admiraban desde las sombras, que vigilaban cualquier movimiento suyo, esperando poder acercarse y tumbarse junto a su bella durmiente como todas las madrugadas.

Los pasos no tardaron de resonar, fuertes y precisos desde el pasillo de las afueras de la habitación de la morena, quien ya estaba profundamente dormida como para poder escuchar o ser consciente de lo que empezaba a suceder afuera. Ella cayó dentro de un pozo oscuro y espantoso, del cual le resultará difícil salir de el hasta unas largas horas después.

Los ojos oscuros y penetrantes del hombre, se posaron fríamente sobre una cámara que el mismo había colocado. La cámara era muy pequeña y estaba perfectamente camuflada, haciendo que sea muy díficil encontrarla. Pero para el fue muy fácil verlas, después de todo, se había tomado el tiempo de acomodar cada una en su lugar hasta que apuntaran incluso el punto menos importante del apartamento.

Últimamente, su desesperación por estar junto a ella y sentirla cerca de el era incluso más fuerte que antes. En ciertas ocasiones se sentía incluso sediento por probar sus labios suaves y cálidos. Amaba tenerla a su lado igual que una muñeca, débil y sin escapatoria.

Su monstruo interior, por alguna extraña razón, también empezaba a obsesionarse con la chica. Ambos eran una personalidad distinta, como el fuego y el agua. Ambos lados tenían su grande pizca de cinismo y locura, pero cada uno la manejaba de forma muy distinta. De lo único que estaban conscientes, era de que secuestrarla y aterrarla no era un buen paso. Por ahora.

𝙈𝙔𝙎𝙏𝙀𝙍𝙄𝙊𝙐𝙎 𝘽𝙊𝙔 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora