Capítulo I

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Martin era un joven de 18 años arrastrado por su familia a una vida llena de privilegios, no le faltaba nada, vivía en una casa con la que muchos soñaban, tenía todo lo que él quería a su disposición. Tenía amigos, muchos, pues el hecho de que su padre fuera el dueño de la multinacional mas rica y famosa del país, le había ayudado a hacerse un hueco en la dura vida de un adolescente.

Éclat d'Or, la multinacional de cosméticos mas conocida internacionalmente, era dirigida por una de las familias mas ricas de España. Hacía unos años que la empresa de la familia Urrutia había saltado a la fama gracias a una de sus campañas mundialmente conocida como "Golden Veil", la empresa se dedicaba a la producción de productos de cosmética y maquillaje, así como cuidados para la piel.

La campaña trató de evocar la imagen de un velo dorado que cubre la piel, realzando su belleza natural con un brillo sutil y elegante. Algo que estaba a la orden del día, y que gracias a la participación de numerosos influyentes del país, todo el mundo empezó a conocerla.

Desde aquel entonces la vida de Martin cambió, en aquel momento el director de Éclat d'Or era su abuelo y su padre era tan solo el jefe de unas de las secciones que había dentro de ella. Pero cuando Ernesto Urrutia murió a sus 83 años, el legado pasó a su único hijo, Rafael Urrutia, padre de Martin. Todo empezó a ir cuesta abajo en lo que a la familia respecta, pues, su padre comenzó a viajar mucho y a estar ausente la mayor parte del tiempo.

Su madre... bueno, su madre les abandonó cuando el tenía 13 años, tan solo le dejó una nota diciéndole. "Martin, no seas como tu padre" pero la realidad era que no sabía a lo que se refería. Llamó a su padre, que como la gran cantidad del tiempo, estaba en un viaje de negocios y su única respuesta fue un "No te preocupes, mandaré a alguien para que te cuide".

Desde que tuvo 13 años su vida se vio envuelta por personas que apenas conocía, mujeres que le preparaban la comida, que le limpiaban la casa, incluso hombres de mediana edad que se dedicaban a llevarle de un sitio a otro siempre que lo necesitaba.

A día de hoy, acababa de cumplir sus 18 años, su padre había encontrado a una mujer encantadora, Martin al principio no quería aceptar que estuviera reemplazando tan fácilmente a su madre, pero al final, acabó aceptándolo, y aunque no fuese de su devoción, aquella mujer se había comportado como una madre con él y terminó cogiéndole cariño.

Creía que al cumplir sus 18 todo aquel barullo de gente que siempre había en su casa se acabaría, que ahora sería más independiente, pero para su mala suerte no fue así. Martin era un chico bueno con sus estudios, nunca había suspendido nada, siempre lo llevaba todo al día; pero como cualquier otro adolescente con una vida como la suya, de vez en cuando se metía en problemas, en casa cada vez discutía más con su padre, cuando salía de fiesta volvía borracho e infinidad de cosas más irían saliendo a la luz con el tiempo.

No sabían que le había pasado a ese pequeño niño que se veía feliz con la vida que tenía, pero que ha día de hoy se había vuelto un prepotente que solo quería el bien para él. Pero... ¿Qué podemos esperar de un chico que tiene el pasado que tiene? También le sumamos que le habían obligado a estudiar la carrera de Publicidad y Marketing para seguir con el legado de su familia y que eso jamás fue lo que él quiso hacer.

A sus 17 tuvo un accidente con la moto, fue una de las tantas veces que se escapaba de casa para salir de fiesta sin tener que depender del chofer que su padre le puso, odiaba tener que hacerlo y que ese viejo cascarrabias le refunfuñara por estar hasta altas horas de la madrugada en la calle un día entre semana. Aquel accidente no fue grave, tan solo un rasguño y la moto destrozada, lo material podía arreglarse, pero el verdadero motivo por el que Martin salió aquella noche aun le causaba tormentosas pesadillas.

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora