El sol ya había comenzado a ocultarse cuando ambos comenzaron a prepararse para su primera cita oficial. El ambiente en la casa estaba tranquilo, pero en el interior de las habitaciones de Martin y Juanjo, la emoción y los nervios se respiraban en cada rincón. Ambos querían que la noche fuera perfecta, aunque ninguno estaba seguro de cómo sería exactamente.
En la habitación de Juanjo, la luz cálida de la lámpara iluminaba el desorden repentino de la cantidad de ropa que había estado probándose durante la tarde. Juanjo se había tomado su tiempo en elegir la ropa, queriendo que fuera casual, pero también que tuviera un toque especial. Miró su reflejo en el espejo mientras se abotonaba los pantalones anchos beige que había elegido, un estilo relajado pero que le sentaba bien. Se inclinó hacia el espejo, enfocándose en su rostro mientras se peinaba el cabello, tratando de darle un aire desenfadado, pero con un toque cuidado.
Se puso un jersey de rayas blancas y azules, ancho para darle forma a lo que había elegido, pero no tanto como para parecer que se había esforzado demasiado. Mientras terminaba de arreglarse, no podía evitar que su mente volara hacia lo que vendría más tarde. '¿Y si todo cambia esta noche? ¿Y si no soy lo que él espera?' se preguntaba, sintiendo un leve nudo en el estómago. Pero cada vez que esos pensamientos lo asaltaban, recordaba los besos de esa mañana, cómo se habían sentido tan bien, tan naturales. Respiró hondo, queriendo tranquilizarse. Esta no era cualquier cita, era con Martin, y eso lo hacía todo diferente. No era un simple juego, esta vez, realmente le importaba lo que pasara.
Tomó un par de zapatos cómodos, esos que siempre le daban confianza, y se los puso mientras volvía a mirarse en el espejo, buscando aprobación en su propio reflejo. 'Vale, no está mal.' Susurró para sí mismo, ajustándose el jersey una última vez. Sabía que aún no estaba listo, pero los nervios empezaban a apoderarse de él.
Para Martin, la situación no era muy diferente. Se había sentado en el borde de la cama durante unos minutos, pensando en lo que iba a ponerse. La idea de una cita hacía que se le revolviera un poco el estómago. No era la primera vez que salía con alguien, pero con Juanjo... era distinto. Este no era un simple encuentro, sino algo más, algo que iba tomando forma poco a poco. Sabía que no tenía que impresionar a Juanjo de ninguna manera, pero al mismo tiempo, quería verse bien para él, quería estar a la altura.
Después de un rato pensando, se levantó y sacó del armario unos pantalones anchos negros que le daban un toque desenfadado pero que también dejaban claro que no había elegido lo primero que encontró. 'Algo cómodo, pero que me quede bien' pensó mientras los colocaba sobre la cama. Luego, eligió una camiseta ajustada de color rojo, esa que siempre le había gustado cómo le quedaba. La sudadera grande y cómoda que eligió para llevar encima completaba el conjunto. Era lo suficientemente informal como para que la cita no se sintiera demasiado intensa, pero lo suficiente como para sentirse especial.
Mientras se arreglaba el cabello frente al espejo, con la sudadera a medio poner, Martin dejó que sus pensamientos vagaran hacia lo que esa noche podría traer. '¿Qué va a pasar? ¿Qué vamos a decirnos?' No podía evitar sentir un cosquilleo en el estómago, mezclado con la expectativa de lo desconocido. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía emocionado ante la posibilidad de algo nuevo, de algo que podía ser tan simple como una cena o tan significativo como el comienzo de algo más.
Cada pequeño detalle, cada gesto mientras se arreglaba, lo hacía con Juanjo en mente. Se preguntaba si Juanjo estaría nervioso también, si estaría pensando lo mismo. '¿Le gustará lo que llevo puesto?' pensó mientras terminaba de acomodarse la sudadera y revisaba su reflejo una última vez.
Finalmente, ambos estaban listos. Las puertas de sus habitaciones seguían cerradas, pero sus pensamientos parecían entrelazarse al otro lado. Los dos estaban pensando en lo mismo, '¿Qué pasará esta noche?'. Cada uno, a su manera, se preparaba no solo físicamente, sino también mentalmente para lo que venía. Había algo en el aire, algo que hacía que ambos sintieran que este momento iba a ser diferente. Y aunque los nervios estaban ahí, había una certeza compartida de que, pase lo que pase, querían vivirlo juntos.
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Amor Prohibido
RomanceLos Urrutia, una de las más ricas del país, dueña de Éclat d'Or una multinacional mundialmente conocida, su hijo Martín acaba de cumplir 18 años y necesitan un chófer para él, el problema es que él chico odia tenerlo. Juanjo, un chico humilde que ac...