𝐏𝐀𝐑𝐓 𝐎𝐍𝐄 ──── 𝐗𝐈. 𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐎𝐍𝐄 𝐖𝐎𝐋𝐅 𝐀𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐌𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍

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CHAPTER ELEVEN

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La brisa helada del lejano norte ha comenzado a recorrer desde la gigantesca y congelada Muralla hasta el abarrotado White Harbor. Anunciando la llegada del invierno y el fin del largo de verano, aunque por debajo de los vientos fríos que solo hacen saber a todos los maestres en los Siete Reinos del inicio de un nuevo invierno, se oculta la verdadera amenaza más allá del Muro acechando todo el continente.

Mientras que el frío del norte se dirige al sur, los cuervos y las palabras del sur vuelan y recorren más rápido que los vientos fríos que poco a poco se irán asentando en cada reino. La noticia de la traición y ejecución de Eddard Stark, llegó a cada rincón de los Siete Reinos. Incluso en el Muro, donde los cuervos no dejaban de llegar pero lo que Guardia Nocturna solicitaba eran más hombres para vigilar la muralla, en su lugar solo llegaban noticia tras noticia, primero el encarcelamiento de Ned Stark, después la muerte del Rey Robert y ahora la decapitación del Guardián del Norte y anterior Mano del Rey.

Esas tres noticias habían hecho que Jon quisiera actuar, abandonar la Guardia Nocturna, a la que hace poco pronunció sus votos, la primera vez fue aconsejado por el maestre de Castle Black, Aemon Targaryen, que antepuso su honor antes que el amor y su lealtad a su familia, aquello lo detuvo de ir con Robb para rescatar a su padre y la segunda noticia, la que lo sorprendió y le dolió más, no lo hizo titubear, tan pronto como todo el castillo dormía, el Snow se escabullo entre los establos tomando a una yegua, llevando unas cuantas provisiones para el viaje hacia al sur y unirse a Robb en la guerra, para hacer que los Lannister paguen por su crimen y para salvar a Arya y Sansa que eran prisioneras en Kings Landing. Las emociones estaban al borde, el enojo y frustración de acumulaban en la boca de su estómago, no estaba seguro de cómo podrían ir las cosas, probablemente lo tacharan de desertor y habrá quien pidan su cabeza pero no iba a dejar a su familia en estos momentos de mayor necesidad.

Pero esa misma noche, sus hermanos de la guardia lo hicieron recapacitar sobre sus decisiones y lo hicieron volver casi a la fuerza a Castle Black, recordandole sus votos, su deber estaba en la Muralla, sin importar las adversidades que la vida le pueda presentar, su lugar estaba en la Guardia Nocturna. Al día siguiente llevó el desayuno al Lord Comandante Mormont, a la Torre del Rey. Mormont estaba sentado junto a la ventana, leyendo un pergamino.

—Pon el desayuno en la mesa. — le dijo Mormont. —Para beber quiero un poco de cerveza. — le ordenó a Jon y se dirigió a la cornisa. —Pareces exhausto. ¿Tu cabalgata de anoche fue agotadora?

Jon se volvió hacia el Viejo Ojos, con los ojos abiertos y los nervios en todo su cuerpo.

—No te asustes. — respondió el Lord Comandante. — Si decapitamos a todos los que huyen por la noche, solo los fantasmas vigilarían la Muralla. — el muchacho lleno un cuerno de cerveza y se lo tendió en la mesa. — Al menos no fuiste con las putas de Mole's Town. El honor te hizo partir y el honor te trajo de regreso.

𝑨 𝑺𝑶𝑵𝑮 𝑶𝑭 𝑰𝑪𝑬 𝑨𝑵𝑫 𝑭𝑰𝑹𝑬 (𝐒𝐚𝐧𝐬𝐚 & 𝐃𝐚𝐞𝐫𝐨𝐧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora