Max había dado como siempre una fiesta en sus mansión ubicado en aquel peñasco a las orillas del acantilado de Chesapeake, muchos habían asistido como siempre era invitado lo más top de la socialité de Virginia.
Estas fiestas eran dadas en muy marcados tiempos 3 veces al mes, había bailes como del siglo 15 y todo mundo deleitaba los manjares que Max se dedicaba a hacer desde una noche anterior, los años anteriores los preparaba solo y ahora de un año para acá contaba con la ayuda de un investigador del FBI que había conocido cuando fue consultado por estos para darle su punto sobre unos asesinatos que jamás tuvieron solución.
Sergio Pérez le había tomado mucho cariño a Max y siempre lo defendía de las constantes acusaciones de Helmut, quien decía que Max era el llamado destripador de Chesapeake. Por más que Helmut se esforzaba de culpar a Max de los homicidio nada le resultó, no había pruebas no había testigos ni nada que lo vinculará.
Unos días antes el Dr. Esteban Ocon había hablado mal de Pérez llamándolo un perro faldero, carente de rasocinio alguno, su falta de experiencia quedaba claro cuando no veía a la bestia que defendía.
Al leer eso Max se lleno de odio hacia el doctor y sin pensarlo más la noche que hizo la fiesta lo invito pero este rechazo su invitación haciendolo enojar más.
Por la noche cuando los invitados se habían retirado y solo quedaban Max y Sergio en la mansión, Max se acercó a Sergio quien trataba de tocar el piano.
S: Se que todavía recuerdo mis lecciones de hace años. Solo estoy algo oxidado
M: Solo deja que tu corazón hablé a travez de tus manos y te indiquen que hacer.
Max tomo las suaves manos de Sergio entre las suyas y las posiciono en las teclas del marfil más puro y comenzó a deleitarse con la melodía que salía de estás. La respiración de Max sobre el cuello de Sergio hicieron que esté cerrará los ojos y se dejará llevar por el momento, cuando abrió los ojos vio esos dos ojos azules como el mar verlo con pasión y solo se sumergio en ellos para perderse entre besos ansiosos y sábanas de algodón egipcio.
Después de hacer el amor con Sergio, Max salió de la mansión a hacer justicia por su propia mano y por fin darle su merecido a él Dr. Ocon, pero lo que no contó es que Sergio se le unió y aunque al principio le sorprendió, Sergio le explicó que sabía muy bien quien era él y que sus sentimientos nunca cambiarían, se besaron dulcemente y se dirigieron hacia el hogar de Esteban.
A la mañana siguiente el constante timbrar de la puerta principal despertó a los enamorados, Max a regaña dientes se levantó poniendo su pantalón de pillama y un suéter rojo de punto y bajo descalzo hasta la puerta principal encontrándose con Helmut en ella.
H: Buenos días Dr. Verstappen
M: Buenos días agente Helmut, en qué puedo ayudarle
H: Quisiera hablar algo con usted
M: Claro pase, quiere café?
H: No gracias seré rápido, sabe usted lo que le pasó al Dr. Ocon ayer por la noche?
M: Disculpe mi ignorancia, que le pasó?
H: Fue brutalmente asesinado y sus labios y lengua fueron mutilados además de algunos órganos.
M: Que desgracia para el Dr. Ocon, tal vez alguien no tomo bien sus críticas y quiso hacerlo pagar.
H: Eso es una confesión?
M: Yo solo digo lo que veo en estas fotos, hay mucha irá en la heridas. Pero yo estuve aquí anoche.
H: Solo?
M: Creo que eso no le importa
H: Si me importa, si usted está involucrado. Hay alguien que pueda corroborarlo?
S: Yo Marko!
Los dos hombres voltearon hacia donde salió la voz y Max vio como su amado Sergio estaba parado en las escaleras vistiendo solo la camisa de seda que ayer había utilizado para la fiesta, el de menor estatura camino hacia Max y le rodeo con sus brazos la cintura.
S: Estuve con el toda la noche.
Marko solo se sorprendió era una broma acaso, el mejor perfilador del FBI con un sospechoso de homicidio, no podría ser posible.
M: Como lo ves, estuve toda la noche complaciendo a mi querido Sergio, sería un tonto si lo dejaba solo un solo minuto.
S: Si gusta puedo dar testimonio y contar todo lo que hicimos anoche, verdad Maxie.
M: Si Mijn lief
H: No es necesario, me disculpo por molestarlo tan temprano, que tengan buen día.
Y con eso Marko salió de prisa de la casa de Max de nuevo con las manos vacías.
M: Bueno mi querido Sergio te haré el desayuno. Que se te antoja?
S: Sabes Max se me antoja un rico desayuno belga, crees que puedas darmelo?
M: Con gusto cariño.
Max cargo a Sergio y se encerraron en su habitación para seguir amándose.
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Shot f1- Chestappen y más
FanfictionUna serie de pequeñas historias con diferentes temáticas