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《𝙰𝚁𝙲 𝙾𝙵 𝙲𝙷𝙸𝙻𝙳𝙷𝙾𝙾𝙳》
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Yami recobró la conciencia lentamente, sus párpados pesados luchaban por abrirse mientras su visión, todavía borrosa, comenzaba a enfocarse. Un dolor agudo atravesaba su cabeza, haciéndola gemir suavemente. Notó una mano cálida descansando en su frente y, con esfuerzo, giró la cabeza hacia la fuente de ese consuelo, encontrándose con la mirada preocupada de su tío Ryu.
Los ojos de Ryu, que normalmente irradiaban una calma inquebrantable, ahora estaban ensombrecidos, como si soportaran el peso de una carga invisible. Al verla despertar, Ryu intentó sonreír, pero su esfuerzo se desvaneció en un gesto triste que apenas tocó su rostro. Fue entonces cuando Yami notó la venda en el ojo de su tío, una herida que ya mostraba signos de cicatrización, claramente tratada con esmero.
Con un gesto tembloroso, Yami extendió su mano y rozó la cicatriz con delicadeza, sintiendo la piel frágil bajo sus dedos. Al levantar la vista, se encontró con los ojos de Ryu, que la observaban con una mezcla de culpa y tristeza que le oprimió el pecho, un dolor que resonaba con el suyo.
Sin poder contenerse, Yami rompió en llanto. Las lágrimas brotaron de sus ojos, cayendo sobre sus manos temblorosas. Se cubrió el rostro, tratando de ocultarse en sus propias manos, pero los sollozos se intensificaron, desgarrados por la confusión y el dolor.
—Soy lo peor... —murmuró entre sollozos, apenas encontrando las palabras en medio de su desespero—. No quiero hacerle daño a nadie más...
Las palabras salieron entrecortadas, llenas de miedo y arrepentimiento, cada lágrima reflejando el terror de lo que había ocurrido, de lo que había hecho bajo el influjo de aquella fuerza oscura que no comprendía.
Ryu la observó en silencio, sintiendo su corazón romperse un poco más con cada sollozo de su sobrina. Se arrodilló junto a ella y, sin decir nada, la rodeó con sus brazos, atrayéndola hacia su pecho. Con una mano, comenzó a acariciar suavemente su cabello, dejando que sus lágrimas se empaparan en su ropa. No había palabras que pudieran sanar el dolor que ambos compartían, pero en ese abrazo silencioso, Ryu intentaba transmitirle que no estaba sola, que él estaba allí para ella, sin importar lo que sucediera.
