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《𝙰𝚁𝙲 𝙾𝙵 𝙲𝙷𝙸𝙻𝙳𝙷𝙾𝙾𝙳》
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Pasaron los días, y las heridas de Yami finalmente sanaron. Con su cuerpo recuperado, su entrenamiento intensificó. Aunque su habilidad para manipular la energía maldita había mejorado, notaba que se agotaba rápidamente, dejándola vulnerable. Pero eso no la desanimaba; al contrario, la impulsaba a esforzarse más.
Una mañana, mientras el sol apenas se asomaba, el sonido de pasos apresurados rompió la tranquilidad del bosque. Los animales cercanos huyeron, alertados por el estruendo inusual.
Con sus navajas en mano, Yami se movía con una confianza recién adquirida. Cada ataque era fluido, cada movimiento, preciso. Ryu, por su parte, manejaba su bo con la destreza de un maestro, bloqueando cada intento de Yami con movimientos calculados y eficientes.
El choque del bo contra las navajas resonaba en el claro, mientras Yami intentaba forzar a su tío a retroceder. Aunque sus ataques eran cada vez más rápidos y fuertes, Ryu respondía con una calma imperturbable. Con un giro del bo, desvió otro ataque y lanzó un contraataque controlado, que Yami apenas pudo esquivar.
A pesar del esfuerzo visible en su rostro, Yami no se rendía. Sabía que aún tenía mucho que aprender, pero también sentía que cada momento de ese duelo la hacía más fuerte. Con una respiración profunda, intentó canalizar su energía maldita hacia las navajas, sintiendo el leve brillo rosado que comenzaba a emanarlas. Sin embargo, la energía se desvaneció rápidamente, dejándola sin aliento.
—No te fuerces demasiado, la energía es algo difícil de manejar al principio —dijo Ryu, relajando su postura y aflojando el bo en sus manos.
La niña lo miró con un brillo decidido apareció en sus ojos. Aprovechando que Ryu había dejado su postura de defensa por una más relajada, decidió que era el momento de intentar algo diferente, algo que había estado ideando durante los últimos días de entrenamiento. Esta soltó las navajas dejandolas al suelo emitiendo un sonido sordo.
Yami se acercó rápidamente hacia él, sus pies apenas tocando el suelo mientras cerraba la distancia. A medida que se acercaba, Ryu levantó el bo, anticipando un ataque directo. Sin embargo, en el último momento, Yami cambió su dirección, girando bruscamente hacia un lado.
