capitulo 4

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La mañana siguiente llegó demasiado rápido. El primer rayo de luz atravesó las ventanas del laboratorio, iluminando el desorden que habían dejado atrás. Ford despertó con la mente nublada su cuerpo aún sintiendo los rastros de la pasión de la noche anterior. Durante unos breves instantes, dejó que la calma lo envolviera, sin pensar en lo que había sucedido. Pero la realidad no tardó en golpearlo.

Con un sobresalto, Ford se apartó del borde de la mesa donde había caído exhausto, sus ojos recorriendo el espacio a su alrededor. Bill no estaba a la vista, pero su presencia se sentía en el aire, una carga que oprimía el pecho de Ford.

"¿Qué he hecho...?" Susurró para sí mismo, su voz llena de incredulidad y vergüenza. Había prometido resistirse, había intentado mantener el control, pero todo se había desmoronado en un instante. No era solo que había cedido; era el hecho de que lo había disfrutado, de que había encontrado un retorcido placer en lo que había compartido con Bill.

Ford cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear los recuerdos que lo asaltaban. Pero casa intento de olvidar solo hacía que las imágenes regresaran con más fuerza: las manos de Bill en su piel, la intensidad de sus besos, la forma en que había perdido todo lo sentido de sí mismo.

"Esto no puede volver a pasar," se dijo en con baja, pero incluso mientras lo decía, una parte de él sabía que era una mentira. La atracción que sentía por Bill, por más oscura y retorcida que fuera, no desaparecería simplemente porque él lo deseara.

Ford comenzó a ordenar el laboratorio, intentando recuperar algo de normalidad, pero sus manos temblaban con casa objeto que tocaba. El sonido de pasos ligeros lo hizo girar rápidamente, su corazón saltando en su pecho, pero no era Bill quien había entrado.

"Mabel, Dipper, ¿qué hacen aquí tan temprano?" La voz de Ford sonó más brusca de lo que pretendía.

"Vinimos a ver si necesitabas ayuda," dijo Dipper, observando a su tío con preocupación. "Pero parece que... algo pasó aquí."

Mabel, siempre más perceptiva de lo que la gente le daba crédito, frunció el ceño mientras miraba a Ford. "¿Estás bien, tío Ford? Pareces... diferente."

Ford intentó sonreír, pero era un esfuerzo en vano. "Estoy bien, chicos. Solo... tuve una noche difícil."

Dipper intercambio una mirada con Mabel antes de hablar de nuevo. "¿Tiene algo que ver con Bill? Sabemos que ha estado cerca, y si está intentando hacerte algo, debemos saberlo."

Ford sintió una punzada de culpa al ver la preocupación en los ojos de sus sobrinos. Quería decirles la verdad, explicarles lo que había sucedido, pero ¿cómo podía hacerlo? ¿Cómo podía admitir que, en lugar de resistir a Bill, había sucumbido a él?

"Buenos días, Sixer," dijo Bill con una sonrisa que Ford deseaba poder borrar. "Pareces haber tenido una noche agitada."

Ford lo fulminó con la mirada, luchando por mantener la compostura. "No vuelvas a aparecer aquí, Bill. Lo que sucedió anoche fue un error."

Bill levantó una ceja, claramente divertido. "¿Un error? ¿Es asi como lo llamas? Por que, desde donde yo estaba,parecía que estabas disfrutando bastante."

Ford apretó los puños, tratando de no dejar que las palabras de Bill lo afectaran, pero era inútil. Cada palabra, cada gesto, solo servía para recordarle lo vulnerable que había sido.

"Esto no volverá a suceder," dijo Ford con una firmeza que trataba de imponerse al temblor en su voz.

Bill dio un paso más cerca, su sonrisa ensanchándose. "Oh, Ford. Sabes qué no puedes resistirte a mí. Lo que sientes no es algo que puedas apagar con una simple decisión. Lo que pasó anoche fue solo el comienzo."

Ford retrocedió, intentando poner distancia entre ellos, pero Bill no se lo permitió, acorralándolo una vez más contra la pared. "Admite que lo disfrutaste, Ford. Admitelo, y todo será mucho más fácil."

Pero Ford se negó a ceder esta vez. "No soy tu juguete, Bill. No voy a permitir que me manipules más."

Bill inclinó la cabeza, sus ojos brillando con una mezcla de diversión y desafío. "Veremos cuánto tiempo puedes mantener esa determinación, Sixer. Pero te aseguro que no pasará mucho antes de que vuelvas a ceder."

Con un último vistazo cargado de promesas veladas, Bill se desvaneció en el aire, dejando a Ford solo una vez más en el laboratorio. Ford se dejó caer contra la pared, cerrando los ojos mientras trataba de contener el torrente de emociones que lo atravesaba. Sabía que la batalla estaba lejos de terminar, pero por ahora, todo lo que podía hacer era resistir un poco más.

fuego en la mente (Billford)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora