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Era anormal que Wukong fuera cariñoso? No, Wukong era él mismo. ¿Era inusual que se acurrucara contra ti? No, haber estado juntos durante años hizo que su cariño fuera algo cotidiano para ti. Sin embargo, hoy no era su habitual apego.
Te despertaste sintiendo el pelo cosquilleándote en la nariz. Intentas apartar la cabeza de tu novio, pero su cabeza se queda en su lugar, firmemente sobre tu hombro.
—Wukong —te quejas, intentando zafarte de él. Tenía un agarre de hierro sobre ti, manteniéndote cerca y debajo de él—. Wukong, por favor, tengo que hacer pis.
—Hmm. Haz pis en la cama —dice, acurrucándose más cerca de ti.
—¡EW- NO! —gritas mientras te retuerces más y logras liberarte de su agarre. Te apresuras a salir de la habitación y al baño, escuchando a tu novio quejarse en la cama que compartían. Habías olvidado cerrar la puerta con llave en tu prisa, lo que permitió que Wukong entrara. Saltaste e intentaste cubrirte, aunque fue inútil ya que Wukong te había visto desnuda muchas veces. —¡¿Qué diablos te pasa hoy?!
En lugar de responder, Wukong se dirige a la bañera y se sienta en el borde. Lo miras, más que desconcertada por sus acciones de hoy. No era raro que se aferrara a ti por las mañanas, el tonto holgazán que intentaba mantenerte en la cama más tiempo del que te gustaría. Sin embargo, nunca te había seguido como un pato perdido.
Una vez que terminaste en el baño, te lavaste las manos y te fuiste, con Wukong todavía siguiéndote. Mientras preparabas el desayuno, tu novio te seguía de cerca mientras comía su fruta. Durante tu turno en Pigsy's, un trabajo que comenzaste como auxiliar, Wukong te observaba. Tang y MK te miraban confusos, a lo que respondiste encogiendo los hombros. Durante todo el día, tu novio te siguió más que a tu sombra.
Al final, cediste a su apego y le permitiste que te asfixiara mientras mirabas sin pensar un espectáculo que tú mismo montabas. Pasabas los dedos por su pelaje y chillabas de felicidad ante tu calor.
—¿Qué te tiene tan pegajosa hoy?—, preguntaste finalmente. Sin embargo, tu novio no responde, lo que te hace bajar la mirada hacia él. Allí lo viste profundamente dormido sobre ti, con una sonrisa en su rostro. Formaste una pequeña sonrisa propia, le besaste la frente y seguiste viendo tu programa.
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