Capítulo 6: Malestar I

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El astro rey saludó al planeta con su cálido abrazo. Su luz se filtró por la ventana de la habitación, despertando a su inquilina como lo hacía cada día. Ashika se revolvió con pesar en sus sábanas, evitando que el resplandor del sol le diera directamente en los ojos, todavía quería seguir durmiendo. Este sería el momento en que Alma la llamara para que bajase a desayunar. Sin embargo, en su lugar, la comadrona entró directamente a la habitación.

—Ashika, ¿Ashika? Despierta.

El suave llamado logró hacer que nuestra pelirroja abriera los ojos con pereza.

—Buenos días. ¿Cómo te sientes hoy?

—Hmm…

Ashika lo tuvo que pensar un poco antes de responder. A ver, reflexionó, no tengo esa horrible jaqueca, ni el cuerpo me pesa. Eso sí, tengo un hambre voraz.

—Estoy bien, creo que hoy sí podré levantarme.

—No te fuerces, recuerda que ayer también lo intentaste y terminaste vomitando.

—Incluso si eso pasa de nuevo, no puedo perder más días de escuela.

—Entiendo— Asintió Alma— Entonces te ayudaré a levantarte. Vamos.

Su cuerpo estaba entumecido después de estar dos días en cama, hoy era jueves. Con ayuda de la comadrona, pudo levantarse con relativa facilidad. Aún sentía algunos mareos, pero no era nada que no pudiese manejar si se acostumbraba.

—Creo que así está bien— Dijo— Voy a asearme y cambiarme.

—Está bien, si necesitas ayuda solo grita. Estaré abajo, terminando el desayuno para cuando bajes.

—Gracias, Alma. Bajaré lo más rápido que pueda.

Una vez la comadrona se fue, Ashika fue directamente hacia el baño. Todavía sentía sus párpados pesados después de tanto tiempo durmiendo, sentía que de estar mucho tiempo quieta se quedaría dormida de pie. Apuró lo más posible su baño frío para ir a cambiarse. No pudo parar de cabecear mientras elegía la ropa, y casi se queda dormida en el proceso. Nadie tenía idea del esfuerzo sobrehumano que la tenía de pie en estos momentos.

No se molestó demasiado con el cabello y el maquillaje, no tenía ganas de meterse en tareas tan engorrosas. Una vez estuvo medio decente, bajó a donde Alma la esperaba con el desayuno servido. El atractivo olor de la comida fue lo único que logró disipar su cansancio desde que se había levantado, en serio estaba hambrienta.

—¡Huele delicioso!

—Me alegra. Ven, vamos, come.

Obedeciendo la sugerencia de la comadrona, Ashika se sentó con prisas a la mesa y comenzó a engullir su comida como si se le fuese la vida en ello.

—Oh, vaya. Alguien parece estar hambrienta. ¿Quieres un poco más?

—¡Por supuesto!

Alma le volvió a servir, como siempre, sin tener idea de que su inquilina no pararía en su quinta ración. Después de acabar su décimo plato, nuestra pelirroja decidió que ya era suficiente por hoy y se marchó a la escuela lo más rápido que pudo, esa comida le había dado energías. ¡Hoy vamos con toda la energía!, pensó mientras se despedía de Alma. Se fue dando saltitos como si todavía fuese una niña. Sin embargo, la vitalidad no le duró ni dos manzanas, ya a los cinco minutos de viaje, la somnolencia de antes la atacó de nuevo.

Quiero irme a dormir. Suprimiendo las ganas de quedarse dormida en el sitio, junto con los mareos que al parecer eso traía, Ashika pasó todo el camino a la universidad luchando contra el dios del sueño, y la batalla recién comenzaba.

Technomancy #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora