👁️La Verdad en sus Ojos🖤

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El silencio entre ellos se hizo visible, solo roto por el susurro del viento a través de los árboles. Hipo no podía apartar la mirada del hombre frente a él, su mente luchando por comprender lo imposible.

-¿Chimuelo? -murmuró Hipo, dando un paso más cerca, sin darse cuenta de que había soltado la empuñadura de su espada. Sus ojos no paraban de ver el rostro del extraño, buscando alguna señal, algo que confirmara o desmintiera lo que acababa de oír. Pero el hombre, este supuesto "Chimuelo," mantenía su mirada fija en Hipo, como si le pidiera que lo reconociera, que viera la verdad oculta tras esos ojos humanos.

El corazón de Hipo latía desbocado. En su mente, se repetía una y otra vez que esto no podía ser real. Y aun así, no podía ignorar lo que sentía. Había algo en esa mirada que le era tan familiar, tan reconfortante, que hizo que su incredulidad se tambaleara.

-Lo sé... sé que es difícil de creer -dijo el hombre, con voz temblorosa, dando un paso adelante. Su mano se alzó lentamente, como si dudara en acercarse más-. Pero soy yo, Hipo. Soy Chimuelo.

Hipo retrocedió un paso, su respiración acelerándose. ¿Cómo podía ser cierto? Los dragones no se convertían en humanos. Eso era un mito, una leyenda, algo que solo existía en los cuentos que les contaban a los niños antes de dormir. Y sin embargo, cada palabra del hombre parecía sincera, y cada gesto, cada mirada, era innegablemente... Chimuelo.

-Si realmente eres Chimuelo, entonces... demuéstralo -exigió Hipo, tratando de mantener la compostura. Su voz era firme, pero dentro de él, la confusión y el temor batallaban por el control.

El hombre asintió lentamente, como si hubiera estado esperando esa solicitud. Se agachó hasta quedar a la altura de Hipo, acercándose con cuidado para no asustarlo. Luego, con un gesto tan natural y familiar, posó una mano en el hombro de Hipo, igual que solía hacer con su hocico cuando buscaba consuelo o trataba de comunicar algo importante. El calor de esa mano, la suavidad del gesto, era inconfundible.

Hipo sintió un nudo en la garganta mientras su mente comenzaba a aceptar lo que su corazón ya sabía. Nadie más que Chimuelo tenía ese toque, esa forma tan única de transmitir seguridad y cariño. Nadie más podía hacer que Hipo se sintiera tan... en casa.

-Esto... no puede ser -susurró Hipo, sintiendo que las lágrimas comenzaban a picar en sus ojos. Toda su vida había sido dedicada a proteger y entender a los dragones, a cuidar de Chimuelo como su mejor amigo. ¿Cómo podía enfrentarse a esta nueva realidad?

El hombre que decía ser Chimuelo bajó la mano, dándole a Hipo el espacio que necesitaba para procesar todo. Pero en sus ojos, en esos profundos ojos verdes, había una mezcla de tristeza y esperanza, una súplica silenciosa para que Hipo le creyera.

-El brujo... me dio la oportunidad de ser humano, de estar más cerca de ti -explicó, su voz cargada de emoción-. Pero no sabía cómo sería para nosotros... No sabía si me reconocerías.

Hipo tragó saliva, sus pensamientos girando a toda velocidad. ¿Y ahora qué? ¿Qué hacía uno cuando su mejor amigo, su compañero de vida, se transformaba en un ser humano? ¿Cómo podrían seguir adelante después de esto? Pero incluso en medio de toda esa confusión, Hipo sintió que no importaba qué forma tuviera Chimuelo, seguía siendo su amigo, su aliado, su familia.

Finalmente, Hipo dejó que la tensión abandonara su cuerpo. Dio un paso adelante y, con manos temblorosas, tomó las de Chimuelo entre las suyas. Sentir la piel cálida y firme bajo sus dedos le hizo cerrar los ojos por un momento, mientras una oleada de alivio lo invadía.

-No importa cómo te veas, Chimuelo -murmuró, abriendo los ojos para encontrarse con la mirada de su amigo-. Eres tú. Siempre serás tú.

El alivio en los ojos de Chimuelo fue inmediato, y una sonrisa cálida y llena de afecto curvó sus labios. Por primera vez desde su transformación, sintió que todo iba a estar bien.

Pero Hipo sabía que esto era solo el principio. No iba a ser fácil para ninguno de los dos, y las preguntas que tenía eran innumerables. Pero una cosa era segura: lo enfrentarían juntos, como siempre lo habían hecho.

CONTINUARÁ... 🥺🥴

"El Dragón y su Destino" (omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora