-Nudo-Lixjin

25

Hyunjin se veía en el espejo con gran inseguridad, era su cuarto mes y su vientre comenzó a crecer, no se sentía conforme con lo que veía en el espejo.

Su cintura comenzaba a disminuir, y su vientre creció.

Bajo su abrigo y se recostó en la cama, sintió como Felix rodeo los brazos alrededor de su cintura y sintió como esos labios en forma de corazón, dejaron un corto beso en su cuello.

—¿Qué pasa amor? Puedo sentir tu inseguridad—le preguntó, acariciando de manera leve su vientre.

—No es nada importante Hyung ¿Cómo le fue en el trabajo? —trato de cambiar el tema, haciéndole una pregunta.

—Te amo, Hyun, lo sabes y tal sabes que puedes confiar en mí, así que por favor amor no me cambies el tema, quiero saber como te sientes para poder cuidarte—le pidió, y con cuidado hizo que Hyunjin se diera media vuelta para poder mirarlo a los ojos.

—Son... mis cambios físicos, me causan inseguridad—le confesó, apoyando su mejilla sobre los pectorales de Felix.

—¿Qué cambios físicos amor, lo dices por tu vientre? —le preguntó Felix, acariciando el oscuro cabello de Hyunjin.

—Si, además que la doctora dijo que como nuestro bebe debe de alimentarse, me va a crecer el pecho y no quiero, ya se comienza a notar un poco y molesta. Se nota un poco atreves de la ropa—se quejó, aunque algo cambio sus hormonas.

El aroma que sentía sobre se Hyung era ¿canela?

—¿Por qué hueles a canela? —le pregunta Hyunjin a Felix.

—Si te cuento ¿vas a molestarte? Y antes de eso, eres hermoso, tu vientre es muy lindo y tierno, aquí cargas a nuestro bebe siéntete orgulloso mi vida, además no veo problema en que por nuestro bebe te crezca el pecho yo gustoso—dijo Felix, haciendo que Hyunjin alcé la vista.

—Hyung, le estoy pidiendo de manera amable que me diga el por que usted huele a canela—le insistió.

—En la empresa llego una empleada nueva, que desde ahora será mi asistente, resulta que la chica justo en su primer día, ósea hoy, le llego el celo y según que no se dio cuenta por lo que sus feromonas quedaron esparcidas en la oficina. Por eso huelo a canela, por lo que con gusto mi Omega puede marcarme con su aroma para que demuestre de quien soy—las ultimas palabras no reconfortaron a Hyunjin.

—Entonces ve y le dices que te marque con su aroma, con permiso—le dijo, apartándose.

—No vas a ninguna parte, ven aquí amor, soy tuyo, de nadie más, solo tuyo. Eres la madre de nuestro pequeño cachorro, eres con quien me voy a casar algún día y eres con quien quiero y con quien pasare el resto de mi vida, solo tú, Hwang Hyunjin. Tu eres mi Omega, tú—sus brazos volvieron a rodear su cintura, y sus labios dejaron cortos besos en las mejillas de Hyunjin.

—¿Lo promete? —le preguntó Hyunjin.

—Lo prometo—le aseguró.

—¿Y promete no volver a llegar con otro aroma? —más que nada aquello fue una petición.

—Lo prometo—