El timbre toca una y otra vez pero no me levanto. ¿Quién podría ser? Mis hermanos no sabían cuál era mi apartamento, Sera había prometido dejar de molestarme por hoy y... no había nadie más que me buscara si desaparecía un día.
Miro la hora en el reloj que está sobre la mesita de noche.
20:49.
Maldición, ¿había dormido tanto?
Suspiro y decido ver quién era el que no paraba de tocar el timbre. Me levanto con pereza hasta llegar a la puerta y la abro.
Me quedo de piedra. Decir que el tiempo se congeló no sería una exageración. Hyunjin tenía en sus manos dos bolsas llenas de refrescos, que caen silenciosamente al suelo mientras su expresión somñolienta y aburrida cambiaba a una más seria y tensa.
— Sunbae. — murmuro sorprendida por su visita.
Pero no me responde. Su mano se levanta lentamente, dirigiéndose a mi cara.
— ¿Qué diablos ha pasado? — pregunta sin apartar su mirada de las heridas en mi cara. Su voz totalmente distinta a la bromista y gentil que solía conocer. Ahora casi estaba despojada de toda clase de sentimientos.
— Ah... ¿esto? Tengo un gato travieso que estoy criando en casa. Al parecer no le gustó la comida. — respondo con naturalidad.
— Ling, sé diferenciar un arañazo de un gato de una herida por golpes. — dice mirándome con severidad. — No lo repetiré, ¿quién hizo esto?
Me quedo en silencio, sin saber qué responder. Normalmente la gente se cree la mentira del gato, ¿Hyunjin era demasiado perspicaz? ¿O era tan obvio?
— ¿Tienes un botiquín de primeros auxilios? — pregunta repentinamente y, sin esperar mi invitación, entra como si fuese su casa. Se dirige al baño y busca en la estantería hasta dar con lo que buscaba. — Ven aquí. — añade dirigiéndose al salón, donde me señala dónde sentarme.
Hago lo que me dice y lo miro, todavía sorprendida por tenerlo allí.
— ¿No has desinfectado las heridas? — pregunta mirándome con detención.
— Lo hice.
— ¿Cuándo?
— ... Ayer.
Suspira y no dice nada mientras se queda de pie mirándome como miraría a alguien que no tiene remedio. Pasa el bastoncillo de algodón por las heridas, inclinándose un poco hacia delante . Cuando termina, pone un par de tiritas sobre ellas y cierra la maleta de primeros auxilios.
— ¿Estás bien? — su pregunta me toma por sorpresa, a lo cual asiento.
— Bien, ahora responde con la verdad. ¿Estás bien? — vuelve a preguntar sentándose a mi lado. Por algún motivo, el nudo en mi garganta vuelve, así que me limito a negar con la cabeza.
No, no estaba bien.
Siento su brazo rodearme hasta atraerme a él en un cálido y confortante abrazo. Me acurruco a su lado y relajo mis tensos músculos, todavía razonando la situación en mi mente.
Hyunjin.
En mi casa.
Consolándome.
Con un abrazo.
Sí, me estaba volviendo loca.
No sé cuántos minutos han pasado hasta que escucho cómo el timbre vuelve a sonar. Me limpio las silenciosas lágrimas que se habían deslizado por mis mejillas y me levanto.
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Hyunjin - Cuando no queden más estrellas que contar.
FanfictionAesling Moon ama bailar. Cualquier persona que la viese bailar podría apreciar el esfuerzo y la pasión que le pone a sus coreografías. Muchos incluso la compararon con Hyunjin, uno de los mejores bailarines de la cuarta generación. Cualquier person...