Hyunjin - Cuando no queden más estrellas que contar.

Capítulo 14

Mi cuerpo me dolía. Cada paso que daba era un infierno. Quizás por la adrenalina de ayer los golpes no dolían tanto pero ahora incluso respirar costaba.

Eso no es lo peor.

Lo peor es que era la evaluación semanal y el señor Park iba a verme bailar. A mí, en este estado.

Camino por el pasillo de la empresa y un suspiro tembloroso se escapa de mis labios. Las chicas habían vuelto tarde ayer y me habían dicho que el asunto estaba solucionado. No sabía qué habían hecho pero por algún motivo, eso me tranquilizó.

En cuanto a mi agenda hoy... estaba apretada. Tenía la evaluación semanal a las siete, entrenamiento físico a las ocho, práctica con los chicos a las diez, práctica de canto a las doce... Y la lista seguía y seguía hasta las diez de la noche. Había soportado cosas peores, esto no es nada.

— Ling, ¿estás bien? — pregunta Sera mirándome con preocupación. — No tienes que forzarte, puedo hablar con Park y lo arreglamos para otro día.

— No, queda menos de dos semanas para el debut, no puedo descansar ahora. — digo y sonrío. — Estoy bien, sólo es un dolor muscular, se me pasará.

— ¿Has tratado las heridas? No las de tu cara, las de allí abajo. — señala mi estómago y brazos.

— Están bien, no te preocupes. No son tan graves como pensaba. — sonrío y le señalo los vestidores. — Me cambiaré e iré a ver al señor Park, no me esperes. — le digo y me despido antes de entrar.

Me quito la sudadera y suelto un jadeo de horror al ver mi cuerpo. Grandes moretones cubrían mi cuerpo. No estaban así ayer, ¿por qué ahora... ? Unas inmensas ganas de vomitar me entraron de repente así que corrí al baño y devolví todo lo que había desayunado.

Era desagradable.

Todo mi cuerpo lo era.

Me limpio las lágrimas y la cara con rapidez y evito mirarme al espejo. Tenía menos de dos semanas para estar perfecta para el debut, pero sinceramente, me sentía un completo desastre ahora mismo y no me sentía preparada.

— ¿Ling? El señor Park está aquí. — dice Sera fuera de los vestidores.

— ¡Ya voy! — grito de vuelta y me apresuro a salir.

— Hola Aisling. — dice Park mirándome. Evalúa mi cuerpo y vuelve a mi cara. — No tienes buena pinta, ¿estás enferma? — pregunta analizándome.

— No, señor. — digo dejando mi bolso en la vitrina.

— ¿Y esas heridas en tu cara? ¿Te has metido en alguna pelea? — dice frunciendo el ceño. — Sabes que no puede haber ningún escándalo antes de tu début.

— Lo sé, señor. Sólo fue una pelea con mis hermanos, nada serio. — respondí con una pequeña sonrisa.

— Ten más cuidado, tu rostro es importante también. — repuso asintiendo. — Puedes empezar.

Pongo la música y empiezo a moverme al ritmo de la música como siempre lo hago. Los minutos pasan y la música para de golpe.

— Tus movimientos son rígidos y no concuerdan con el ritmo. Esto no había pasado antes, ¿segura que todo anda bien? — vuelve a preguntar mirándome jadear.

— Lo siento, lo haré de nuevo. — digo y le asiento a Sera para que vuelva a poner la música.

Esta vez bailo con todas mis fuerzas, sintiendo cada músculo desgarrarse del dolor. Cuando creo ver todo borroso, escucho cómo grita.

— ¡Para, para! — dice aplaudiendo dos veces. — Ya es suficiente, no te sobreesfuerces si no quieres lastimarte. Tu baile ya es perfecto de por sí, pero si te extralimitas, no llegarás a ningún lado. — dice palmeando mi hombro.