Capítulo 13

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Hyunjin

— Sí, eso es correcto. — digo mientras apunto algo en la pequeña hoja sobre mi escritorio. — Calle Pyeondan, número 7, ¿correcto? Sí, gracias señor Dan.

— ¿Lo tienes? — me pregunta Bang Chan, mirándome expectante junto al resto.

— Sí, vamos. — respondo poniéndome mi chaqueta de cuero.

— Nosotros también iremos. — dijo Félix en ese momento, a lo cual yo niego con la cabeza.

— Sería sospechoso ir todos juntos. — respondo cruzando mis brazos.

— Deja que Félix vaya, yo me quedaré. — me dice Lino. — Tiene cinturón negro en Taekwondo, ¿recuerdas?

Yo miro a Félix y me sorprendo al recordar eso. A veces lucía como un bebé por lo que era difícil recordarlo.

— Bien, iremos Félix, I.N, Bang Chan y yo. Los demás se quedarán aquí por si viene alguien. — digo agarrando las llaves del auto.

Salimos sin hacer ruido y bajamos las escaleras en silencio.

— Oh, ¿no son nuestros hoobaes? — preguntó Nayeon mirando a Bang Chan. Este dio un paso atrás, intimidado por su mirada. — ¿A dónde vais tan tarde? ¿No deberíais estar en la cama ya?

— Tenemos unos asuntos pendientes. — respondí al ver que el resto se había quedado en silencio.

— Oh, ¿qué podría ser tan importante que tengáis que hacerlo a la una de la madrugada?

— Podría preguntarle lo mismo.

— Ah... nosotras vamos a darle una golpiza a unas niñas malas. — me responde Momo con una sonrisa inocente. Un escalofrío me recorre la espalda.

— Espera... ¿son las mismas que golpearon a Aisling? — pregunto cayendo en cuenta.

— ¿Enserio te estás preocupando por eso ahora mismo y no porque se van a meter en una pelea? — me susurra I.N

— Tenemos prioridades. — le susurra de vuelta Félix.

— Sí, al parecer son sus antiguas compañeras, ¿cómo sabes eso? — pregunta Sana mirándonos de forma sospechosa. — No puede ser... ¿vosotros también vais a golpear a esas niñas? Si es así, no hace falta, nosotras solas podemos.

— ¡No! Os dejamos el trabajo de golpear a vosotras. — responde Bang Chan como si la idea de golpear a una mujer le horrorizara.

— Oh... ¿entonces se puede saber a dónde vais? — pregunta esta vez Tzuyu.

— Nosotros pensábamos encargarnos de su presidente. — dice I.N dando un paso adelante.

— No es mala idea. — dice Tzuyu mirándome. — Dale un recuerdo de mi parte, hoobae. — añade y luego se da la vuelta para irse, junto al resto.

— Pobres de las que se atrevieron a meterse con Ling. — murmura Félix y se sacude como si un escalofrío le hubiese recorrido la espalda.

— Vamos, no podemos tardar mucho. — digo dirigiéndome al auto.

Después de salir de casa de Ling, debatimos entre todos qué podría haber pasado. No éramos tontos, sabíamos que no era una pelea de gatos ni cualquier tontería que ella hubiese dicho.

Eran golpes. Y encima habían golpeado su cara, no su cuerpo. Eso sólo quería decir una cosa: querían arruinar su carrera. Sólo de pensarlo me enfurece.

Al final, resultó que un amigo del instituto de Han trabajaba allí, así que nos contó directamente todo lo que pasó estos años.

Creo que me va a explotar una vena.

Hyunjin - Cuando no queden más estrellas que contar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora