Capítulo 8

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— Aisling. — me giro al escuchar mi nombre y me acerco a Bang Chan, que estaba hablando con Hyunjin y Jeong-in en la esquina.

— Buen trabajo. — me dice el menor de ellos con una sonrisa.

— Ahora vamos a practicar el baile de nuestra nueva canción. — Hyunjin me tendió una tablet con un vídeo de ellos bailando. Pero era un baile completamente diferente de las otras coreografías. — ¿Podrás seguirnos el ritmo? — pregunta mirándome fijamente a la vez que ponía un auricular en mi oreja derecha.

— ¿Podría verlo una vez más? — pregunto volviendo a fijar mi vista en la tableta. Observo los movimientos intentando memorizar los pasos, pero sentía que había algo en el baile que no cuadraba. — Ya está listo. — digo devolviéndole la tablet a Hyunjin.

— ¿Segura? Puedes verlo un par de veces más, no te preocupes por el tiempo. — me dice Bang Chan.

— No, está bien, creo que puedo hacerlo. — digo con una pequeña sonrisa. Nos ponemos en formación y me sorprende escuchar la música tal alta.

Definitivamente sería la obra maestra de Stray Kids.

Aunque digo eso cada vez que escucho una de sus canciones.

Inspiro y empiezo a moverme en sincronización con el resto de los miembros, aunque con nerviosismo al intentar recordar cada paso y no cometer errores. Intercambio mi sitio con el de Seungmin, al igual que Hyunjin y Han. Los movimientos eran intensos, más que nunca, y quizás por eso intentaban entrenar tan duro para estar al ritmo de Hyunjin y Lee Know.

— ¡Corte! — grita este último y todos respiran agitados en la pose final. — ¿Qué piensas, Hyunjin?

— Sigue faltando algo. — responde poniéndose de pie y tomando una toalla para secar el sudor de su frente. Aparto la mirada y pienso en sus palabras. Yo también había sentido que algo faltaba para darle esa textura ardiente que el baile quería transmitir.

— ¿Puedo...? — pregunto tragando en seco al ver que todas las miradas se centraban en mí.

— Si tienes alguna sugerencia, nos gustaría escucharla. — me anima Félix a mi lado.

— Quizás no se trata del último movimiento en sí, sino en la forma. — digo levantándome. — Algo así. — imito el movimiento que había surgido en mi imaginación y levantando la pierna simulando un golpe, para luego dar media vuelta con un salto y aterrizar al revés.

Silencio.

Nadie dice nada.

— ¿Tan mala idea ha sido? — pregunto con algo de timidez deseando que la tierra me tragase en ese instante.

— No. — Hyunjin me mira pensativo y luego sonríe, más animado desde que lo vi por primera vez hace unos días. — Eso podría funcionar. Vamos, otra vez. — les dice a sus amigos volviendo a poner la música.

— Si Hyunjin dice que podría funcionar, es que es una idea brillante. — me susurra Félix y yo suspiro, aliviada.

Terminamos la coreografía con el paso que había sugerido, y todos parecían satisfechos.

— Buen trabajo a todos. — dice el líder mientras aplaude, dando por terminado la práctica.

Estaba agotada. Aunque era algo normal considerando que no había descansado lo suficiente estos días. Entrenando de día, componiendo de noche.

— Toma. — Hyunjin se había sentado a mi lado en el suelo y me estaba tendiendo una botella de agua.

— Gracias. — la acepto y doy un largo sorbo hasta saciarme. Necesitaba ducharme antes de mi reunión con Jihyo.

— ¿Cómo se te ocurrió lo de la voltereta? Llevo días sin dormir intentando encontrar el defecto pero no pude. — dice apoyando su mejilla sobre su rodilla, mirándome de lado.

— Sólo... surgió, así sin más. — digo evitando su mirada. La belleza era mi debilidad.

Él no dijo nada más pero no apartó la mirada. Toso falsamente y miro a cualquier lado, hasta que finalmente fijo mi vista en él.

— ¿Tengo algo en la cara? — pregunto tocándome la mejilla. ¿Quedaba alguna mancha del desayuno y no me había fijado?

— No. — responde apartando los ojos y levantándose. — ¿Esta tarde tienes práctica de rap? — pregunta estirándose. Asiento confundida. ¿Cómo lo sabía? — Buena suerte. — dice palmeando mi cabeza y alejándose como si nada.

— ¡Aisling! — grita Han corriendo a esconderse detrás de mí. Changbin lo perseguía con una zapatilla asesina.

— Sal de allí, rata inmunda. — dice con una seriedad que era casi irreal. — Hoy será tu fin.

— ¿Qué está pasando? — pregunto sonriendo nerviosamente y levantando las manos en señal de rendición.

— Es el culpable de que mis Hershey's desaparecieran ayer. — Changbin me apuntaba con la zapatilla. — Te doy una última oportunidad o sufrirás las verdaderas consecuencias.

— ¡Lo dices como si no las estuviese sufriendo ahora mismo! — grita Han detrás de mí, aterrorizado.

— Calmaros los dos. Estáis asustando a nuestra hoobae. — dice I.N quitándole la zapatilla a Chagbin con un suspiro agotador. — Ya te hemos comprado otra caja de tus cereales favoritos, Changbin.

— Eso no es suficiente. — responde él sujetando el puente de su nariz. — Quiero diez cajas. ¡Me he quedado sin desayuno ayer por tu culpa! — vuelve a apuntar a Han con el dedo.

— ¡Vale! ¡Pero prómeteme no asesinarme mientras duermo esta noche! — grita él de vuelta detrás de mí.

Changbin se queda en silencio.

— Bin, prómetele eso. — insiste I.N con los brazos cruzados.

— ... Lo prometo. — dice desganado. Han finalmente deja de esconderse detrás de mí y se levanta con un suspiro de alivio.

No duró mucho.

— ¡Prometí no matarte de noche, no ahora tú imbécil! — grita Changbin empezando a perseguirle.

— ¿Estás bien? — pregunta Seungmin tendiéndome la mano.

— Sí, un poco sorprendida. — suelto una risa al ver cómo peleaban como lo hacían Soo-in y Chae-in

— Somos un poco más energéticos que otros grupos. — I.N me mira y me da mirada de disculpa.

— Eso es bueno. Ser Idols requiere una gran energía. — digo mirándolos con una sonrisa.

— ¡Chicos, a comer! — grita Félix desde la puerta. — ¡Hyunjin se está comiendo todo el pollo!

— ¡No puede ser! — grita horrorizado Han.

— ¿Vienes, Aesling? — pregunta Bang Chan a mi lado.

— Ah, no, lo siento. Tengo que seguir con mi agenda. — respondo haciendo una reverencia para despedirlos.

— El pre-debut suele ser ajetreado, así que asegúrate de comer bien. — me dice agitando la mano en forma de despedida.

En cuestión de segundos, todos se despiden y me quedo sola en la sala. Inspiro y sonrío para luego tirarme al suelo y dar vueltas en el suelo, emocionada.

La puerta se abre y yo me levanto de golpe.

— Ah... Sera, eras tú. — digo, volviendo a tumbarme en el suelo.

— Fingiré que no vi nada, no te preocupes. — me dice con una sonrisa. — Vamos a prepararte. Tu reunión con Jihyo es en quince minutos.

— Rayos. — digo y me levanto con rapidez. ¿Tan rápido había pasado el tiempo?

— Ve a ducharte. Te traeré tu ropa y le diré a un estilista de pelo que venga. — me dice apuntando algo en su libreta.

— Gracias, eres la mejor. — sonrío y echo a correr hacia los vestuarios.

Hyunjin - Cuando no queden más estrellas que contar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora