Capítulo 7

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Chester

Debo admitir que es la primera vez que tengo miedo de hablar con una mujer, pues es mi jefa. Esta vez no la he cagado, creo. Lo hize bien, no molesté a ningún cliente, lo mantengo el lugar limpio si ensucio, hago lo que ella me pide. Pero tengo miedo, ¿qué tal y si me despide?
Hay no, deja de pensar así, solo quiere hablar. Pero parecía muy seca. Na, ella creo que es siempre así, ¿no?
Unos chasquidos me sacaron de mis pensamientos.

*Clap clap*

— Mi cara está arriba, no en el suelo maldito idiota.

— Lo siento... - Dije para luego subir la cabeza.

— Rarito, tan creido que pareces y te resguardas en el miedo.

— ¡!

Esa frase puso en alerta a Chester, pues si, parece creido y se resguarda en el miedo que tiene de cagarla. Pero eso no le daba derecho a Mandy de soltarlo como si nada, pues sí, un comentario si afecta.

“ Tan creido que pareces y te resguardas en el miedo „

Mala idea decir eso Mandy.

— ¿Y qué? - Respondió Chester con una voz fría y seca.

— ¿Cómo que y qué?

— ¿Que qué tiene que sea un creido y a la vez un miedoso, sensible y llorón? ¿Es delito, princesa?

Una vez que pensé que avanzaba en llevarme bien con ella y va con ésto. Dolió.

— Pues la princesa te dice la verdad en la cara y por eso te duele ¿no?

— ¿Te crees mucho, no?

— ¿A qué te refieres?

— ¿Una princesa, no?

— Ajá.

— Nació en cuna de oro.

— Puede.

— Le dieron todo lo que deseó. - Comenzo a decir Chester dando vueltas alrededor de Mandy. - Golosinas, ropa, juguetes, cosmeticos, las mejores cosas, no dejaron que la lastime ni una mosca. ¿Verdad?

— Pues así es la realeza.

— Claro... Y...

— ¿Y?

— ¿De verdad te dieron todo lo qué querías y necesitabas?

— Si.

— Afirmas muy rápido para poder afirmar que te dieron cariño.

— ..¡! ¿Q-que?..

— Por eso poca expresión que das cuando alguien te dice algo bonito, cuando alguien te muestra afecto se puede deducir que no te prestaron mucha atención. ¿Si no? ¿Por qué estarías aquí? - Dijo para parar de caminar y ponerse frente a Mandy. - Una princesita de cuna de oro que se supone que tiene de todo, ¿por qué estaría aquí?

— No es de tu incumbencia.

— Ni de la tuya por que soy así.

— Por ésta vez te lo dejo pasar.

— ¿Pasar el qué?

— La falta de respeto.

— ¿Y tú?

— ¿Yo?..

— Me faltaste al respeto igual, y no dije nada.

— Cómo sea, agradece no ser despedido.

— ¡!... ¿No ser despedido?...

— Ajá.

— No hace falta, dimito.

✯ ᥱᥒᥱmіᥱs 𝗍᥆ ᥣ᥆᥎ᥱrs (mᥲᥒძᥡ ᥊ ᥴһᥱs𝗍ᥱr)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora