CAP 1. el renacimiento de una superpotencia.

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El cuerpo de Han Sheng temblaba incontrolablemente mientras se apuntaba a sí misma con aquella pistola tan familiar que la había acompañado en toda esta pesadilla de apocalipsis.

De hecho era totalmente innecesario gastar una bala para suicidarse, ella fácilmente podría autodestruir su núcleo espiritual y pasar a mejor vida.

Pero...¿Para qué? Ya no había absolutamente nadie con vida en todo el planeta Tierra, entonces...¿Para qué guardar una bala que ya nadie va a utilizar?

Ella recordó con tristeza lo ocurrido horas atrás, la base z, que era la única base que quedaba en pie en todo el mundo, fue invadida por zombies evolucionados de nivel 10, el nivel máximo tanto para zombies como para humanos y bestias, eran demasiados y ella, a pesar de ser una superpotencia de nivel 10, no pudo hacer más que proteger su propia vida.

Patética, ella se sentía patética.

La culpa, el remordimiento y su propio autodesprecio le oprimían el pecho, ¿Y cómo no? Si en la base z se encontraban los únicos sobrevivientes de todo el mundo, era su lugar seguro, y por culpa de su debilidad esas personas habían sufrido finales horribles.

¿Cómo podía ella seguir viviendo cuando muchos murieron por culpa suya?

Sus manos volvieron a tensarse y sujetó con determinación aquella arma de fuego, pero fue interrumpida por un, a su forma de ver, triste rugido.

Su vista se posó en el majestuoso león que caminaba hacia ella, y por más que quisiera evitarlo no pudo contener aquellas gotas saladas que se deslizaban por sus sucias mejillas.

Era su bestia espiritual, Dollsben, quien se acercaba vacilante a su dueña.

Han Sheng no pudo evitarlo y extendió su mano para acariciar aquella abundante y esponjosa melena por última vez, le dolía dejarlo, pero le dolía aún más quedarse, aún así no era fácil apretar el gatillo cuando sentía los agobiantes sentimientos de su mascota, no, en todo este tiempo que compartieron juntos Dollsben se había convertido en algo más que una mascota, se había convertido en un aliado, en un amigo, en SU amigo.

Era cruel de su parte dejarlo solo, y era aún más cruel irse sin siquiera despedirse de su compañero de aventuras que tanto le ha cuidado las espaldas.

Ella bajó el arma por un momento para despedirse correctamente del abatido león que superaba un poco su altura.

Han Sheng abrazó fuertemente a su querido amigo, perdiendo su rostro entre aquella suave y acogedora melena que le había servido como almohada innumerables veces en el pasado, ella se comunicó mentalmente con el león (uno de los beneficios de haber hecho un contrato espiritual con él).

- lo siento, Dollsben, pero ya no puedo seguir así - la voz se le quebraba por el tornado de sentimientos que quería contener, pero sus lágrimas no paraban de brotar por más que intentara detenerlas - sé que es egoísta de mi parte, pero realmente lo intenté y no puedo.

- ¿Me vas a abandonar? ¿así como así? ¿Después de prometerme que te quedarías a mi lado sin importar qué?...¿O es que acaso me odias? - el tono de Dollsben era indiferente, pero luego de haber pasado tantos años juntos Han Sheng sabía mejor que nadie todo el dolor y decepción que albergaban aquellas palabras, y eso le hizo trizas el corazón, todo lo que su amigo dijo era verdad, ella le había prometido no apartarse de su lado...y aquí estaba: alejándose por su propia mano.

- ¿Cómo podría odiarte? - las lágrimas se volvían más y más gruesas, su voz era un susurro apenas audible, pero Dollsben pudo escucharla claramente gracias a su excelente sentido auditivo - sabes que yo jamás sería capaz de odiarte, no me voy porque te odie, me voy porque me odio, ¿Entiendes? Yo ya no puedo vivir más así.

¿Qué se siente morir en un apocalipsis para renacer en otro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora