el escape de impelldown y la bondad de un demonio

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El grupo estaba a punto de retirarse cuando una voz resonó en todo el área, interrumpiendo el momento de calma que había surgido entre Luffy y Aurora.

"¡Jinbe! ¡Por favor, ten piedad de mí y déjame ir contigo!" imploró una voz desesperada desde una celda cercana.

Luffy, quien hasta ese momento había parecido un niño pequeño aferrado a la mano de su madre, se detuvo. Miró hacia la fuente del clamor y, sin soltar la mano de Aurora, caminó hasta la celda de donde provenía la voz. Jinbe, debilitado y angustiado, miró a Luffy con ojos llenos de esperanza.

"Está bien, ven conmigo," dijo Luffy, con la misma determinación que siempre había mostrado hacia sus amigos. Sin dudarlo, rompió los barrotes de la celda de Jinbe, liberándolo de su confinamiento.

Mientras lo hacía, Luffy seguía aferrado a la mano de su madre con una mano y sostenía a Sadi con la otra. Aurora observaba la escena con una sonrisa, llena de cariño y curiosidad. "Jajaja, mi príncipe... ¿quién es ella?" preguntó Aurora, refiriéndose a Sadi.

Luffy, algo nervioso, respondió con timidez, "Eh, bueno, mamá... después te hablo de ella."

Aurora dejó escapar una pequeña risa, disfrutando del momento y de la nueva faceta que estaba descubriendo en su hijo. Mientras tanto, el grupo, encabezado por Luffy y Aurora, se dedicó a liberar a todos los prisioneros de los niveles inferiores, armando una gran revuelta en Impel Down.

Los prisioneros, agradecidos y llenos de una nueva esperanza, se unieron a la causa, formando una fuerza imparable que se extendía por todo el complejo. El caos se desató mientras Luffy, su madre y sus nuevos aliados avanzaban, dejando atrás las sombras del pasado y preparándose para el próximo desafío.

El grupo estaba a punto de retirarse cuando una voz resonó en todo el área, interrumpiendo el momento de calma que había surgido entre Luffy y Aurora.

"! ¡Por favor, ten piedad de mí y déjame ir contigo!" imploró una jimbe desesperado desde una celda cercana.

Luffy, quien hasta ese momento había parecido un niño pequeño aferrado a la mano de su madre, se detuvo. Miró hacia la fuente del clamor y, sin soltar la mano de Aurora, caminó hasta la celda de donde provenía la voz. Jinbe, debilitado y angustiado, miró a Luffy con ojos llenos de esperanza.

"Está bien, ven conmigo," dijo Luffy, con la misma determinación que siempre había mostrado hacia sus amigos. Sin dudarlo, rompió los barrotes de la celda de Jinbe, liberándolo de su confinamiento.

Mientras lo hacía, Luffy seguía aferrado a la mano de su madre con una mano y sostenía a Sadi con la otra. Aurora observaba la escena con una sonrisa, llena de cariño y curiosidad. "Jajaja, mi príncipe... ¿quién es ella?" preguntó Aurora, refiriéndose a Sadi.

Luffy, algo nervioso, respondió con timidez, "Eh, bueno, mamá... después te hablo de ella."

Aurora dejó escapar una pequeña risa, disfrutando del momento y de la nueva faceta que estaba descubriendo en su hijo. Mientras tanto, el grupo, encabezado por Luffy y Aurora, se dedicó a liberar a todos los prisioneros de los niveles inferiores, armando una gran revuelta en Impel Down.

Los prisioneros, agradecidos y llenos de una nueva esperanza, se unieron a la causa, formando una fuerza imparable que se extendía por todo el complejo. El caos se desató mientras Luffy, su madre y sus nuevos aliados avanzaban, dejando atrás las sombras del pasado y preparándose para el próximo desafío.

Aurora y Luffy corrían a través de los pasillos de impelldown, dejando tras de sí un rastro de destrucción. Cada paso de Luffy parecía desatar un nuevo caos, el estrépito de su furia resonaba en cada rincón. Aurora, con una expresión de preocupación y determinación, mantenía el ritmo con su compañero, aunque la devastación a su alrededor era abrumadora.

one piece alianza en la oscuridad (remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora