Capítulo 3: Ecos del Pasado

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Descubriendo la Biblioteca Familiar;

La sensación de incomodidad permanece, pero su naturaleza curiosa lo impulsa a investigar más sobre la historia del objeto. Elena le menciona que los antiguos documentos familiares se encuentran en la biblioteca de la mansión, un lugar que no ha sido visitado en años. Aquí, David ve la oportunidad de descubrir más acerca del misterioso espejo y su relación con la familia.

La biblioteca es descrita con un nivel de detalle que refleja su importancia. Las estanterías, cubiertas de polvo, están repletas de antiguos volúmenes encuadernados en cuero, muchos de ellos escritos por miembros de la familia Ashcroft a lo largo de los siglos. Este lugar no solo es un archivo de conocimiento, sino un depósito de los secretos más oscuros de la familia. Las ventanas, cubiertas por pesadas cortinas, apenas dejan entrar la luz, creando una atmósfera sofocante, como si el tiempo mismo se hubiera detenido en esta habitación. David siente que, de alguna manera, la biblioteca es el corazón de la mansión.

En el centro de la habitación, David encuentra un gran escritorio de roble que perteneció al patriarca de la familia, Lord William Ashcroft, el miembro de la familia más vinculado al origen de la maldición. Este descubrimiento despierta la curiosidad de David, y pronto se sumerge en la lectura de antiguos diarios, cartas y notas que contienen fragmentos del pasado que arrojan luz sobre los oscuros eventos que marcaron a los Ashcroft.

A medida que David avanza en su lectura, el capítulo toma un tono más siniestro al revelar los primeros indicios de la maldición. Los textos antiguos describen cómo Lord William Ashcroft, un hombre obsesionado con lo oculto y el poder sobrenatural, adquirió el espejo en una subasta privada a finales del siglo XVIII. El espejo, ya entonces, tenía la reputación de ser un objeto maldito, relacionado con la desaparición de sus anteriores propietarios. Sin embargo, para Lord William, esto solo incrementaba su interés, ya que veía en el espejo una herramienta para alcanzar un poder más allá de la comprensión humana.

David descubre que Lord William comenzó a realizar rituales oscuros frente al espejo, convencido de que podría usarlo para comunicarse con entidades de otros planos de existencia. En los diarios de Lord William, David encuentra descripciones detalladas de sus experimentos, en los que utilizaba el espejo como una especie de portal para acceder a una dimensión más allá de la realidad, algo que él llamaba "el reino del reflejo". Los escritos de Lord William son inquietantes, repletos de símbolos esotéricos y referencias a entidades invisibles que habitaban en el espejo, esperando ser liberadas.

Los diarios también revelan el comienzo de la tragedia familiar. Después de meses de experimentos, Lord William comenzó a sufrir de visiones perturbadoras y alucinaciones. Describía en sus escritos cómo las figuras que veía en el espejo comenzaron a invadir su mente y su vida diaria. Creía que el espejo estaba ganando control sobre él y que las entidades en su interior se alimentaban de su alma. A medida que su cordura se deterioraba, su comportamiento se volvió errático, lo que finalmente llevó a su muerte en circunstancias misteriosas.

La tragedia no terminó con la muerte de Lord William. A partir de ese momento, la maldición del espejo comenzó a afectar a los descendientes de la familia. Elena explica que, desde entonces, los miembros de la familia Ashcroft han sido atormentados por extraños sucesos: desapariciones inexplicables, suicidios, y un patrón de locura que ha marcado a cada generación. La obsesión por el espejo se transmitió de padre a hijo, como si el objeto tuviera una especie de control sobre la familia, atrayéndolos hacia su poder oscuro.

Elena comparte la historia de su propio padre, Henry Ashcroft, quien, como muchos otros antes que él, intentó romper la maldición. Sin embargo, Henry también cayó bajo la influencia del espejo, y su búsqueda para destruirlo terminó en su misteriosa muerte. David comienza a entender que el espejo no es solo un objeto inanimado, sino una especie de entidad malévola que se alimenta de la familia y de aquellos que se acercan demasiado a él.

En este capítulo, también se explora más sobre el destino de Mark Ashcroft, el hermano desaparecido de Elena. A través de las notas y diarios de Mark, que David encuentra en la biblioteca, se descubre que Mark también intentó desentrañar los secretos del espejo, pero, al igual que su padre, fue atrapado por su poder. Las últimas anotaciones de Mark son crípticas y confusas, describiendo cómo sentía que el espejo lo observaba, que las figuras en su reflejo no eran simples sombras, sino entidades conscientes que intentaban comunicarse con él.

Una de las anotaciones más perturbadoras de Mark describe un sueño recurrente en el que se veía a sí mismo atrapado dentro del espejo, incapaz de escapar. En este sueño, las grietas del espejo lo consumían lentamente, hasta que su reflejo desaparecía por completo. David se da cuenta de que la obsesión de Mark con el espejo no era solo un interés académico, sino una conexión mucho más profunda y peligrosa. Elena confirma que Mark desapareció misteriosamente después de pasar semanas encerrado en la biblioteca, estudiando el espejo.

A lo largo del capítulo, la tensión emocional de Elena se hace más evidente. Ella es la última de los Ashcroft, y la presión de la maldición recae completamente sobre sus hombros. A medida que David lee más sobre la historia de la familia, comienza a darse cuenta de la magnitud del horror que los Ashcroft han soportado. Elena confiesa que teme que el espejo la consuma de la misma manera que lo hizo con su padre y su hermano, y por eso buscó la ayuda de David, como último recurso.

David, aunque fascinado por el misterio, también empieza a sentir el peso del peligro que acecha. La mansión, con su historia oscura y sus paredes repletas de secretos, comienza a parecerle una trampa de la que tal vez no podrá escapar. El espejo, aunque aún no lo ha investigado en profundidad, representa una amenaza palpable, y David no puede evitar sentir que, al igual que los Ashcroft, está siendo atraído lentamente hacia su influencia.

David toma la decisión de continuar investigando, decidido a desentrañar los secretos del espejo y la maldición que ha caído sobre la familia Ashcroft. Sin embargo, mientras se sienta en la biblioteca, rodeado por los vestigios del pasado, siente una presencia extraña a su alrededor, como si los ecos de los antiguos Ashcroft lo estuvieran vigilando desde las sombras. Las páginas de los diarios aún están abiertas frente a él, pero David sabe que está adentrándose en un territorio peligroso, y que cuanto más aprenda, mayor será el riesgo de que el espejo lo atrape también.

La Maldición del Espejo RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora