05. luciérnagas

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El silencio que siguió a la explosión fue tan pesado que se podía cortar con un cuchillo. La ojirosa, aún temblando por la intensidad de la energía liberada, se giró lentamente hacia el de cabello ceniza, su pecho subiendo y bajando con cada respiración agitada. Sus ojos rosados estaban ahora llenos de ira, mezclada con la frustración acumulada por todo lo que había pasado ese día.

El chico, quien había logrado mantenerse en pie a pesar de la explosión, la miraba fijamente. Su expresión era difícil de leer, pero sus ojos brillaban con una chispa de algo que ella no comprendía. Tal vez era curiosidad, o tal vez era molestia por la falta de control de Hana.

Pero antes de que pudiera decir algo, Hana estalló.

—¡Todo esto es tu culpa, Bakugo! —gritó, sus puños aún apretados, temblando con la energía que se mantenía latente dentro de ella—. ¡Si no te hubieras burlado, si no te hubieras reído, esto no habría pasado!

El chico levantó una ceja, su semblante pasando de la sorpresa a una furia contenida. No estaba acostumbrado a que lo culparan, y menos que lo culpara alguien a quien consideraba inferior en poder y habilidades. Dio un paso adelante, achicando la distancia entre ellos.

—¿Mi culpa? —su voz estaba cargada de veneno—. ¿Es mi culpa que no puedas manejar a un gusano como Mineta? ¡Deja de ser tan débil y culpar a otros por tus problemas, Asakura!

La chica se estremeció ante esas palabras. Siempre había temido que él la viera como débil, pero escucharlo decirlo en voz alta, en frente de todos, era como una daga clavada en su corazón y orgullo. Sin embargo, en lugar de retroceder, su furia creció aún más.

—¡No soy débil! —exclamó, lanzando un puñetazo hacia él, más por impulso que por estrategia.

El cenizo bloqueó su golpe con facilidad, sujetando su muñeca con fuerza.

—¿Eso es todo lo que tienes, inútil? —dijo con una sonrisa burlona—. ¿Crees que puedes ganarme con esa actitud patética?

Asakura intentó liberarse, pero el contrario no la soltaba. Su mirada desafiante y esa sonrisa arrogante la hacían hervir de rabia. Apretó los dientes y usó su quirk para hacer que pequeñas explosiones de luz aparecieran alrededor de ellos, lo que sorprendió al chico por un segundo, lo suficiente para que ella pudiera zafarse de su agarre.

—¡No te atrevas a llamarme inútil, Bakugo! —gritó, retrocediendo y preparando otra explosión de energía en sus manos.

Katsuki dio un paso hacia ella, su mirada intensa, pero ahora había algo más que solo arrogancia en sus ojos. Estaba irritado, sí, pero también parecía que estaba disfrutando hacerla perder el control.

AFTK | Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora