03. estrategia

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El ambiente en la clase estaba cargado de tensión. El de cabellos rubios irradiaba una rabia que parecía llenar el aula, volviendo el aire denso y casi irrespirable para sus compañeros.

Su irritación era más evidente que nunca, y aunque su mal carácter era bien conocido por todos, esta vez algo parecía diferente. Se había vuelto aún más aislado, más inaccesible, como si estuviera construyendo un muro invisible entre él y los demás.

Sus compañeros no tardaron en notar el cambio y comenzaron a especular que su mal humor estaba relacionado con la ausencia de su novia, quien no había asistido a clases en varios días.

Bakugo, sentado en su lugar, mantenía la mirada fija en la pizarra, aunque de vez en cuando, sin darse cuenta, sus ojos se desviaban hacia el asiento vacío donde solía sentarse su novia. Este gesto lo enfurecía aún más consigo mismo.

« ¡Maldición! ¿Por qué me importa que no esté? ¡Debería disculparse por haber desconfiado de mí! ». Se recriminó en silencio, apretando los dientes con frustración.

De repente, una notificación en su celular lo sacó de sus pensamientos. Rápidamente tomó el teléfono, con impaciencia, esperando que tal vez fuera un mensaje de ella, disculpándose. Sin embargo, al desbloquear la pantalla, solo encontró una notificación de un juego que apenas le interesaba.

Un suspiro de frustración escapó de sus labios, y estaba a punto de arrojar el dispositivo sobre la mesa cuando sintió que alguien se sentaba en el asiento vacío a su lado.

Giró bruscamente, con una expresión de irritación pura, y se encontró con la figura de la de ojos rosados. Frunció el ceño, claramente molesto, esperando que ella misma se explicara. Su sola presencia en ese asiento lo incomodaba.

La de cabello azabache, por su parte, sintió cómo la ansiedad empezaba a apoderarse de ella. Pequeñas luces tenues, apenas visibles, comenzaron a aparecer sobre su cabeza, delatando su nerviosismo. Sin embargo, respiró hondo, tratando de mantener la compostura. Sabía que no podía mostrar debilidad frente a él.

—¿No escuchaste lo que dijo Aizawa sobre el trabajo en equipo que tenemos que hacer juntos? —preguntó con un tono firme, aunque internamente luchaba por no dejar que su voz temblara.

La miró con desdén, sus ojos encendidos con una rabia contenida.

—¿Y a mí qué me importa eso? —espetó con dureza—. Si no quieres hacerlo, vete. No te necesito, puedo hacerlo solo.

A pesar del miedo que le provocaba estar tan cerca de él, se obligó a mantener la mirada firme. No podía dejar que la intimidara, no ahora.

—Créeme, si fuera por mí, no estaría aquí sentada contigo —dijo con un suspiro, intentando que su voz no reflejara el nudo en su garganta—. Pero no voy a dejar que algo tan estúpido afecte mis notas. Así que hagámoslo rápido y terminemos de una vez.

AFTK | Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora