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Bakugo se dejó caer en la silla del escritorio de la ojirosa con un golpe seco, haciendo girar el asiento hacia ella. Aun con el ceño fruncido, apoyó los codos en la mesa y se inclinó hacia delante, acercándose lo suficiente como para que ella pudiera sentir el calor de su aliento.
—Bien, ya que estamos con tus malditas reglas ridículas —declaró, su voz baja y firme, cada palabra arrastrándose como un cuchillo a través del aire tenso de la habitación—, ahora es mi turno.
Lo miró, con la mandíbula tensa. Sabía que nada en lo que Bakugo Katsuki estuviera involucrado sería facil, pero se sorprendía incluso a si misma que estaba decidida a mantener su posición.
—Primero —empezó, alzando un dedo frente a su cara—, ninguna muestra pública de afecto. Si alguien nos ve, tiene que parecer genuino, pero no quiero estar por ahí tocándote a cada rato.
Ella asintió, encontrando esta regla sorprendentemente razonable.
—Segundo —continuó él, su tono volviéndose más severo—, vas a tener que actuar como si yo fuera lo más importante en tu vida. No quiero ver ni una maldita mirada hacia otro tipo, ¿entendido? Y eso incluye al maldito mitad-mitad.
Resopló, rodando los ojos. Sabía que esto era parte de su plan para hacer que su ex sintiera celos, pero la idea de actuar como una novia celosa la hacía sentir incómoda.
—¿Eso es realmente necesario? —protestó, su voz cargada de incredulidad.
Él ante esa pregunta la miró fijamente, con una intensidad que casi la hizo retroceder.
—Absolutamente. Si quiero que ella piense que me importa una mierda esta relación, necesitas estar comprometida —se encogió de hombros—. Cómo habías dicho anteriormente, si te niegas a seguir esta regla, toda esta farsa no va a servir para nada.
La ojirosa suspiró, dándose cuenta de que no tenía otra opción. Asintió lentamente, aceptando la condición con evidente desgana.
—Tercero —prosiguió, bajando la voz—, no quiero que hables de mí con tus amigos. Ni una palabra. Esto es entre nosotros. No necesito que el maldito Deku o esa rarita del Aula-B se metan en mis asuntos personales.
Ella frunció el ceño. Esta regla era algo que no le gustaba. Sus amigos eran una gran parte de su vida, y saber que tendría que ocultarles todo esto la inquietaba.
—Bakugo, eso es... complicado —comenzó—. Ellos son mis amigos, no puedo simplemente...
—No me importa —la interrumpió bruscamente—. Es eso o se acaba todo aquí.
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AFTK | Bakugo Katsuki
FanfictionAFTK | ALL FOR THE KING TODO POR EL REY® -¿Fingirias ser mi novia?