Capítulo 17: Contigo, conmigo

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- ¡Oye¡ Idiota, ¿por cuánto tiempo te vas a quedar ahí parado? - Sakusa se había dado cuenta de la presencia de Atsumu, pero este no lo había visto

- ¿¡Ah!? - el rubio reaccionó y volteó rápidamente para que el otro no vea el leve sonrojo de su cara

El pelinegro se extrañó por el repentino comportamiento y se acercó a preguntarle si le pasaba algo.

- Oye, ¿todo bien? ¿Salió algo mal con Shoyo? - Sakusa ya estaba detrás del otro y le tocó el hombro

- ¿Ah? ¿Shoyo? - Atsumu olvidó por completo que venía de hablar con Hinata

- Lo de los chocolates, imbécil

- Ahh, si si claro. Todo bien, no te preocupes, pero toma - Atsumu volteó y le dio los chocolates

- ¿Y eso?

- Bueno, a Shoyo no le gusta la menta y a ti sí, así que te la doy a ti

- ¿Y por qué le compraste algo que no le gusta?

- Pensé que le gustaba la menta al igual que a ti - el pelinegro rio levemente

- Atsumu Miya, eres pésimo para esto

- ¡Oye! No te burles

- ¿Cómo no hacerlo? Eres tan torpe - seguía riendo

- ¡Omiii-san! - El mayor de los miya jaló la toalla, que estaba alrededor del cuello del pelinegro, en forma de rabieta y lo acercaba y alejaba de su cuerpo

Atsumu había acercado mucho a Sakusa, que este perdió el equilibrio por el forcejeo y cayó encima del otro colocándolo contra la puerta. La mirada de ambos se cruzaron y el pelinegro notó el sonrojo del otro.

- ¡Woah! ¿Atsumu Miya, el conquistador, está intimidado por mí? JAJAJA

- ¿De qué hablas, idiota? - Atsumu lo empujó un poco y agarrándolo de los hombros lo colocó contra la pared, pero está vez era el rubio quien estaba encerrado al otro.

- Esta vez ¿Quién se encuentra intimidado por quién? Eh! Omi - Atsumu lo miró coquetamente y sonrió como siempre lo hacía para ligar con alguien

La característica más resaltante de Atsumu Miya era la de ser coqueto con chicos y chicas en cualquier fiesta, pero cuando conoció a Shoyo evitó continuar con sus coqueteos hacía otras personas, siempre y cuando Hinata estuviera. Sin embargo, cuando no estaba había ocasiones en las que Atsumu conversaba o bailaba con otros, y a veces le tocaba soportar eso a Sakusa.

Omi volteó su rostro para un lado, ya que el rubio se encontraba muy cerca de él y eso lo hacía cuando quería poner nervioso al otro. Y vaya que lo estaba logrando

- Ya salte, idiota

- ¿Por qué, Omi? - El rubio se acercaba más dejando sus caras a 1cm - ¿No te gusta estar cerca de mí?

El rubio con una mano agarró el mentón del pelinegro para que lo mire a los ojos, pero la fuerza de Sakusa permitía que su cara siga mirando hacia un lado. Aunque, este se sentía intimidado por la cercanía, ya que nunca antes la experimentó con Atsumu sobrio.

Pensamiento de Atsumu: ¿Desde cuándo tus ojos negros brillan tanto?

Woahh, Omi- Omi

Quién será el suertudo al que veas con esos ojos...

Tsk... ¿Me daría envidia?

El rubio se le quedó mirando por un momento y Sakusa lo miraba de reojo por momentos con miedo a que Atsumu haga lo de siempre.

You're my complement - KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora